Capítulo 45: Trato es un trato

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Hoy es lunes, el peor día de la semana, de hecho todos los días en los que tenga que levantarme a las seis de la mañana son una mierda, me tomo mi tiempo para guardar los libros que me tocan en la siguiente clase y trago saliva cuando veo mis nudillos  enrojecidos y con un que otro moretón, vuelvo a recapitular lo que sucedió esa noche y mi corazón comienza a latir con lentitud al darme cuenta de que no estoy respirando.

—Hola muñeca.

Me sobresalto al sentir una mano en mi cadera apartándome con rapidez, me giro para ver a Chase y suspiro con alivio. Frunce el ceño ante mi acción pero sin ocultar su sonrisa—¿Estas bien?

Asiento con la cabeza dando media vuelta para seguir ordenando mis libros, él se ubica a mi lado derecho observando mis  movimientos—Hoy estas más rara de lo usual, ¿hay algo que deba saber?

Lo miro por un momento antes de cerrar la puerta de mi casillero—No es nada, tengo que ir a clases—Paso por su lado sin mirarlo.

—Nena.

Hago una mueca antes de girarme un poco para mirarlo—¿Si?

—Tenemos practica mañana, no lo olvides.

Le dirijo una media sonrisa antes de volver mi vista al frente y seguir mi camino con una sensación dolorosa en el pecho.

...

—Quiero pizza.

Ruedo los ojos al cielo por enésima vez—Nick, no hay pizza, el dinero que está en la mesa es para emergencias solamente.

—Por favor, solo será esta vez, no quiero sopa de verduras.

Gruño entre dientes—Si lo hago, ¿tu y Tamara dejaran de arruinarme la existencia?

Asiente con la cabeza sin poder ocultar esa sonrisa pícara del pequeño diablillo que es, me levanto a regañadientes y me dirijo al teléfono fijo marcando el nombre de la pizzería. Luego de cambiar la órden más de tres veces por las indecisiones de ambos, cuelgo el teléfono y me tiro al sofá dejando la televisión en el canal de caricaturas de disney.

Cuando oigo la puerta abrirse ladeo mi cabeza para mirar a Chase tirando su mochila a un lado de la puerta cerrándola tras de sí.

Quería preguntarle porqué había tardado tanto pero lo analice y sonó a algo que diría Quinn, así que me abstuve de preguntar.

Su cuerpo se lanza al sofá y sin autorización coge el mando de la televisión cambiando de canal, suelto un bufido—Estaba viendo eso.

—No sabía que eras de la clase de chica que ve esas cosas.

Me encojo de hombros antes de acercame a él y arrebatarle el control—Hay muchas cosas que no sabes de mí aún.

Suelta una carcajada con una sonrisa divertida queriendo recuperar nuevamente el mando pero me levanto con rapidez en dirección a mi habitación, pretendo cerrar con seguro pero su pie se ubica entre la puerta y el marco obligándome a retroceder, me doy cuenta de que trae su mochila consigo dejándola a un lado de la habitación y seguidamente cierra la puerta. Busco un lugar donde esconder el control y al contrario de lo que quería hacer su cuerpo cae junto con el mío sobre la cama, se coloca arriba de mí con una rodilla apoyada en el espacio entre mis piernas, al darme cuenta de que no tengo otro lugar donde esconderlo lo coloco detrás de mi espalda con mis manos sujetándolo a cada lado.

—Salvatore, eres exasperante.

Bufo—Tu no te quedas atrás Hudson.

Sonríe de lado colocando ambas manos a un lado de mi cabeza inclinándose hacia mí, puedo sentir su aliento contra mi cara a medida que va teniendo contácto con mis labios, inhalo el aroma de su colonia como elixir y entreabro los mismos dando entrada a su lengua, esta recorre mi boca con desesperación, hago lo mismo con la suya apartandome un poco para volver a respirar, aprovecho el momento para morder levemente su labio inferior.

Una de sus manos baja hasta mi cintura y se dirije hasta detrás de mi espalda tomando el control remoto y dejándolo a un lado de la cama, con la misma mano sube un poco mi camiseta acariciando la piel expuesta, inmediatamente me tenso por ello y me repito a mi misma que es Chase, no es nadie más, él no me va a lastimar.

—Eres tú—Susurro en contra de sus labios.

Se separa un poco de mí para mirarme a los ojos—¿Qué?

Niego con la cabeza—Nada—Lo obligo a que vuelva su atención a mis labios mientras mis manos juegan con las hebras de su cabello, él por su parte sigue acariciando mi piel subiendo poco a poco a la altura de mi brassier, me sobresalto cuando aprieta uno de mis pechos por sobre la tela pero no me molesta, todo lo contrario tomo los bordes de su camiseta subiéndola por sus brazos, toco su piel con miedo a que se de cuenta de lo nerviosa que estoy, acaricio su pecho y araño un poco su abdómen marcado, él gime contra mi boca deshaciéndose de mi camiseta con rapidez, sus ojos vagan por mi cuerpo y se vuelven más oscuros a medida que lo hace, me obligo a mi misma a dejar la verguenza atrás y a dejar que esa ola de calor se extienda en mi interior, su boca se ubica en mi cuello mordiendo y succionando la piel con destreza, mis manos inevitablemente se deslizan hasta el cinturón de sus jeans y su cuerpo parece tensarse cuando lo hago, pero no dice nada, solo hace el trabajo que yo me disponía a hacer y deja caer sus jeans hasta la altura de sus rodillas, se separa un poco de mí  para deshacerse de mis leggings pero entonces lo miro.

¿De verdad quería hacer esto?, ¿Estoy lista para hacer esto con él? ¿Cómo estaba tan segura de que al terminar todo esto él no se aburriría de mí y presumiría con toda la escuela lo que hizo el día anterior? después de todo es Chase Hudson del que estoy hablando.

—Chase—Susurro con la respiración entrecortada.

Él no parece escucharme a la vez que muerde la piel expuesta de mis pechos,me remuevo incómoda debajo de él—Chase, por favor basta—Esta vez suplico.

Pero nada, al contrario una de sus manos se mete en el interior de mis leggings acariciandome por sobre la tela de la ropa interior, y eso es todo, me estremezco con repulsión hacia él empujándolo lejos de mí, cojo lo primero que encuentro para cubrirme, un sweater que me coloco con suma rapidez.—Lárgate.

Intenta acercarse a mi pero lo vuelvo a empujar—Dije largo—Exhorto con fuerza queriendo ignorar el hecho de que está semisdesnudo con una protuberancia en sus bóxers.

—No se cual es tu maldito problema—Comenta con molestia en su voz mientras abrocha sus pantalones y se coloca su camiseta. Cuando creo que por fin va a irse abre su mochila y saca la caja de un teléfono arrojándola sobre la cama, me mira por unos instantes.

—Eso es tuyo, trato es un trato—Y finalmente desaparece de mi habitación.

I'm Not A Disney Princess!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora