Capítulo 31: Si fui un poco ruda, lo siento

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Durante los últimos cuatro días después de salir del instituto me dirigía a el pequeño parque en una parte de la ciudad que tenía el honor de ser llamada pequeña replica del Bronx; aquel chico misterioso y cubierto de tinta siempre se encontraba sentado junto a un árbol mientras tomaba una calada de un cigarillo en espera de alguien. Si, esto se estaba convirtiendo en una especie de rutina, si así lo podía llamar, siempre hablábamos de cosas estúpidas como porque se perforo la nariz si nunca se colocaba el aro o porque yo me debería teñir el cabello de un color diferente dependiendo de mi estado emocional así según sus palabras sería más fácil saber como me siento en ese momento.

Ya se me estaban acabando las excusas para decirle a Chase que no quería ayudarlo en sus entrenamientos, me di cuenta poco después específicamente hace tres horas que me estaba comportando como una niñata celosa y resentida, probablemente Chase se esta riendo en estos precisos momentos por darse cuenta de cuanto me afecto lo que ocurrió en la cafetería, creerá que estoy loca por el y que me tiene besando sus pies, pero de eso esta muy equivocado.

No me iba a perdonar ser afectada emocionalmente por un rompe corazones. Así que iba a hacer lo mismo que el me hizo a mi, nada de explicaciones, nada de charlas, solo finjamos que no ocurrio nada.

Sujeto las correas de mi mochila mientras bajo las escaleras del mini estadio para llegar al campo de fútbol, varios chicos uniformados se encontraban calentando en el centro del campo imitando voces de soldados mientras lo hacían. Camino hasta el entrenador que se encuentra de espaldas hacia mi, llamo su atención al aclarar mi garganta. Se da media vuelta para mantener su mirada de desdén sobre mi persona.

-No esperaba verte por aquí.¿Que es lo que quieres?

-Vengo para enseñarles a estos chicos como jugar en equipo y no se lo tome a mal cuando en esa tarima haya un trofeo de verdad, un trofeo por ser un buen equipo y no por participación.

El barbudo eleva su mentón y escucho como suelta un gruñido entre dientes.

- Te das cuenta de que si no funciona tu plan, serás la primera responsable y toda la escuela sabrá que fue por ti.

-El odio ya lo recibo así que no tengo nada que perder, señor. Y con todo respeto quiero que se vaya, no puedo aplicar mis métodos convencionales con usted clavándome la mirada en la nuca.

-Vale, te veo en la noche Salvatore, tu tía hará una cena especial.

Ruedo los ojos y le presento mis dedos corazones cuando se da la vuelta.

Una vez que se va tomo el silbato puesto en mi cuello y soplo con fuerza para llamar la atención de los trogloditas.

Todos se detienen para mirarme con escepticismo y confusión.

Chase no se da cuenta de mi presencia aun hasta que se da la vuelta y abre los ojos como platos, camina con rapidez hacia mi y me cruzo de brazos para inspirar irrelevancia.

-¿Que haces? creí que los entrenamientos serían solo para mi-Susurra tratando de evitar que los demás pusieran atención a la conversación.

-¿De que sirve entrenarte si los demás no saben jugar en equipo? Sería como educar a un niño y volverlo a corromper juntandole con adolescentes.

-Frankie tu no sabes como entrenarlos, ellos son...

-Lo se, solo regresa a tu lugar, ¿vale?

Bufa frotando su cabello y trota hasta unirse al grupo.

Escucho como ríen y susurran cosas que a pesar de no escucharlas se lo que dicen.

Soplo nuevamente el silbato y todos mantienen un corto silencio que aprovecho para hablar.

-Escuchen, se que probablemente se preguntaran que hace la loca aquí -Exclamo imitando una voz masculina.-Los voy a entrenar a partir de ahora, y si soy una chica, y...si soy una mente satánica que solo quiere ver sus cabezas en una bandeja llena de vegetales pero si algo también soy es comprometida cuando me lo propongo. Mi padre y mi hermano me enseñaron todo lo que se de fútbol americano y lo que ustedes hacen está lejos de formar parte de las ligas mayores.

-No vamos a permitir que una chica como tu nos enseñe lo que ya sabemos.

-Además no tienes nada que nos demuestre que vales la pena para dejarnos entrenar.

Asiento con la cabeza y me doy media vuelta para buscar un objeto en las bancas.

-¿La loquita con falta de autoestima se rindió tan fácil?.

Las risas aumentan sus burlas y sujeto el balón de fútbol para girarme sobre mis talones.

-Alex ya basta.

Miro a Chase que se encuentra con un semblante poco usual en su rostro y lo detengo con un corto no dirigiendo mi cuerpo completo hasta el supuesto Alex.

-Así que tu nombre es Alex, nombre de chico que se burla de las personas a su alrededor para completar ese sentimiento de afecto que tus padres nunca te dieron, se muchas cosas de ti Alex pero...mejor no las divulgare, no quiero que tus amigos también se alejen de ti, a cambio solo quiero que mires este balón.

Parece incómodo ante mi anterior divulgación y suspira mientras sube mirada mirando el objeto entre mis manos.

-Bien, ahora quiero que mires tus pies.

Mantiene una mirada neutra sobre mi y espero que cumpla la acción.

-¿Que? ¿en preescolar no te enseñaron esas simples palabras?, vamos no tenemos todo el día.

Gruñe entre dientes y baja su cabeza mirando sus pies, diviso mi objetivo y lanzo el objeto a su dirección, justo en su parte baja.

Suelta varios gemidos y exclamaciones a la vez que se cubre su masculinidad tirado sobre el cesped.

-Ahora, así como hice con el, puedo hacer lo mismo con todos ustedes. Todo lo que han ocultado entre ustedes durante sus diez años de amistad lo se yo, ¿como?, no les interesa. Tan solo tengo una advertencia para ustedes, no voy a permitir que me tomen el pelo, aquí se hace lo que yo diga y si alguno de ustedes desaprueba mi manera de ayudarlos a ganar ese maldito trofeo y que obtengan mejores oportunidades que los jugadores de Saints en un futuro van a hacer lo que yo diga, ¿entienden?

-Si.

Dicen varios en un tono bajo y casi inaudible.

-Acabo de preguntar si entendieron.

-Si entrenadora.

-Correcto,quiero que avancen diez yardas y apliquen un touchdown.





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