I'm Not A Disney Princess!

Capítulo 42: No estoy bien

Entrecierro los ojos en su dirección y presiono los labios sin querer hacer contacto con el interior de mi boca para evitar el sabor.

Me mira e intenta mantener a raya sus risas mordiendo el interior de su mejilla.

—¡¿Que mierda se te pasa por esa mente tuya?!

—Esa puta boca—Reclama.

Frunzo el ceño—Te vale mi puta boca, cabrón.

Hundo mi mano y la ahueco para arrojarle agua en la cara.

sacude la cabeza para apartarse el agua de los ojos y muerdo mi labio con picaría, ahueco mis dos manos y tomo agua nuevamente dejándola caer sobre su cabeza.

—Vale ya aprendí, para.

Limpio mis manos en mis leotardos y comienzo a reír ante sus muecas de disgusto.

—Esta agua es asquerosa—Refuta

Agarro tres monedas y las tiro al agua pidiendo deseos en voz baja y con rapidez.

1-Ser millonaria

2-Tener diez perros

3-Que Chad no me mate por tirar sus monedas

—No sabía que creías en esa mierda.

—Oh no, no lo hago. Solo quiero tirar tus monedas.

—No son para mí.

Lo miro desconcertada.

—¿Entonces para quien son?

—Para Roy y sus perros. Es un amigo que vive en la calle.

De pronto, me sentí como una estúpida.

—Lo... lo siento, no lo sabía.

Coge el puñado de monedas y las guarda en los bolsillos disponibles de su atuendo. Se levanta y sacude su cabello con sus manos con gotas de rocío cayendo de sus puntas. Su teléfono móvil comienza a sonar con My songs know what you did in the dark part 1 y atiende en menos de tres segundos.

—¿Que ocurre?

Su tono de voz cambia de ser divertido y tranquilo a transformarse en uno frío y cortante.

—Mierda, se me paso el tiempo rápido.

Enarco una ceja y miro la pantalla de mi móvil para revisar la hora. ¿En que momento se habían hecho las tres?

—Voy para allá. Tu solo cierra la boca y haz tu trabajo.

Al colgar, suelta una exhalación y guarda el aparato en su bolsillo trasero.

¿Como las personas guardan el móvil en sus bolsillos traseros?,a mí se me olvida por completo que lo traigo allí y cuando mi trasero tenga contacto con el suelo...bueno, que en paz descanse.

—Ya tenemos que volver.

Asiento con la cabeza y le tomo la delantera para subir las escaleras.

—Frankie.

Sujeta mi codo haciéndome girar.

—No olvides lo que te dije, no te alejes de mí en ningún momento.

Porque sentía que esas palabras tenían un significado más...No, pamplinas, solo no quiere cargar con la culpa de una chica muerta en una fiesta de drogadictos.

—Esta bien.

Me suelta y seguimos el mismo camino de antes hasta que la música taladra las paredes y mis oídos con fuerza.