Capítulo 20: Buena manera de evadir

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Guardé los libros que ya no necesitaría para la próxima clase cerrando la puerta de mi casillero, con normalidad caminé en dirección a mi siguiente clase pero una mano en mi hombro me giró con brusquedad haciéndome tambalear.
Fruncí el ceño preparada para mandar a quien sea que fuera a la mierda pero al ver quien era me sorprendí un poco solamente.
--¿Quenn, que mierda quieres?
Presionó los labios con fuerza entrecerrando sus ojos a mi dirección,--No te hagas la tonta Salvatore, se que ayer te fuiste a tu casa con Chase.
Luego de entender todo no pude evitar reír con fuerza.
--¿Qué es tan divertido idiota?
Me crucé de brazos mirándola sin poder creerlo,-- Nena, ¿de verdad crees que el patán de Chase y yo tenemos algo?
Colocó las manos en sus caderas frunciendo el ceño,--Claro que tienen algo, de no ser así no se hubieran ido juntos y mucho menos a tu casa. Quiero que te quede claro mojigata que Chase es mío y si te vuelves a meter con él yo...
--Si si, arruinarás mi reputación y me quitarás los cabellos oxigenados de un solo jalón.¿Sabes? Deberías tener nuevas amenazas, esas ya pasaron un poco de moda.
Me dí la vuelta negando con la cabeza, ¿en serio todas las porristas son así de estúpidas?

Que profesor tan hijo de perra, ¿que clase de persona le puede enviar a sus alumnos un trabajo de cien páginas escritas a mano sobre la adolescencia y como es influenciada por el sexo, el alcohol y las drogas? No jodas.
Cuando la clase acabó fue cuando me dí cuenta de que Chase y yo no nos habíamos siquiera dirigid la palabra en todo el día y eso de verdad me cabreaba por el simple hecho de que me incomodaba y lo que me hace incomodar me hace cabrear.

Baje los escalones con lentitud hasta llegar al pasillo de la planta baja, camine hasta la salida buscando con la mirada a Chase. La verdad no se que esperaba de él, y sinceramente después de lo que sucedió no podía obligarlo a nada.
Exhalé con fuerza resignan dome a llegar a mi casa con mis piernas, salí de la escuela mientras buscaba una buena canción en mi teléfono.
Concentrada en la pantalla de éste me había parecido escuchar un ligero pitido más allá de los auriculares pero me dio igual antes de que el maldito sonido no dejara de pitear.
Aparté los auriculares de mis oídos girándome hasta el proveniente del sonido. Era el auto de Chase, la ventanilla se deslizó hacia abajo y apareció con una sonrisa seductora típica de él.
Extrañada caminé hasta la puerta apoyando mis brazos en la entrelinea de la ventanilla.
--Vaya, creí que habías renunciado.
--Chase Hudson, jamás renuncia a nada nena.
--Bien, porque la verdad no quería caminar.
Admití abriendo la puerta subiéndome al coche.
--¿Ningún besito?
Lo miré perpleja, ¿en serio iba a ignorar lo que sucedió ayer?
--Eres increíble, ¿de verdad harás como si nada sucedió?
--Lo que pasó ayer fue solo un instinto princesa, ¿y además como voy a acostarme contigo sin primero probar tus labios?
Quería matarlo a golpes hasta que sus vísceras salieran de su cuerpo pero no quería darle a demostrar que me importaba un ridículo beso, no podía.
--Buen punto Hudson, ¿que mejor manera de aceptar tu derrota que besarme?
--Sabes...yo que tu ya me iría quitando la ropa porque estoy seguro de que extrañarás este auto.
--Mierda, no había pensado en eso pero...caminar es saludable.
--Eso no fue lo que dijiste hace dos minutos,--Canturreó.
--Eres insoportable.
***


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