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Evan.

Estuvimos por mas de tres horas buscando el anillo correcto.
Y creo qué finalmente lo habíamos encontrado.

Era tan precioso, qué cuando lo guarde en mi bolsillo junto con su caja, mantenía mi mano en el para cuidar qué no se cayera.

Michelle me había ayudado a qué rose no se sintiera aburrida hoy sin mi, pues , teniamos planeado conseguir ropa para esta noche, lamentablemente por cuestiones más importantes no pude llevarla.

Pero quizás esta sorpresa le gustaría muchísimo más.

Andrew condujo de regreso a misuri, no sin antes comprarnos algo de comer, mientras escuchabamos musica en el auto.

Yo ya quería preguntarle a rose si se quería casar conmigo, pero debia soportar un poco más de tiempo para decirselo, hasta esta noche.

Cuando llegamos a casa, ya eran las siete de la tarde, rose y michelle aún no habían llegado, algo qué me mantenía un poco preocupado, asi qué instantáneamente le envie un mensaje a michelle.
Para mi suerte, ambas ya estaban de camino a casa, asi qué los nervios subieron hasta mis brazos haciendo qué estos temblaran.

Aún no le diría, pero de solo pensarlo y de que la respuesta fuese negativa me ponía mal.

Escondi rápidamente en el bolsillo de mi pantalón la caja, y lo guarde en el closet. Justo cuando escuche la puerta de abajo abrirse, sali de la habitación. Tomando una buena bocanada de aire y decidido bajando las escaleras, vi como michelle y rose se reían de alguna tontería qué mi hermana le dijo, estaba seguro.

- Hola - dije un poco nervioso, o al menos, ocultando qué lo estaba. Rose se giró rápidamente y se acercó a mi para abrazarme, yo también la había extrañado tanto.

- No me escribiste, creí qué te había pasado algo. - dijo preocupada.

- Lo se. Fui un poco estupido con ese detalle. Pero michelle me dijo qué ambas estuvieron divirtiéndose. - dije mirando a mi novia.

- Si, le enseñé un sitio de strippers. - dijo mi hermana mirandome y alzando las cejas, ella y rose se largaron a reir, mientras yo las observaba sería.

- Qué graciosas. - dije rodando los ojos.

- ¿Donde esta mamá? - preguntó michelle evitando lo qué dije.

- Seguro salió con sus hermanas por ahí, no lo se. Tampoco estaba papá, supongo pasaran este fin de año con ellos. - dije haciendo a un lado mis nervios. Me estaba relajando un poco más.

- Bueno. Yo tengo qué hacer algunas cosas con mi hija, asi qué nos vemos antes de las once, espero esten listos por qué de no serlo, los dejaré plantados. - michelle nos señalo con su dedo, y acto seguido salió de la casa no sin antes yo hacerle una seña de gracias.

- ¿Donde estuviste? - dijo rose confundida.

Ay carajo.

- Por ahi. - dije nervioso.

- ¿Por ahi? - preguntó alzando una ceja. - Sabes qué no soy celosa pero...

- Tranquila, estuve con andrew, jamás podría serte infiel. - dije asintiéndole.

- Me pones más tranquila - dijo abrazandome y dejando un beso en mis labios.

- Sabes también como me gustaría ponerte...- dije susurrandole al oido, después de eso, sentí como me picaba el estómago.

- Vete al diablo. - dijo alejandose de mi, yo resoplé.

- Estoy triste. - menti

- Ah si, por supuesto. Muy triste - habló riendo.

Tal vez cambie de opinión cuando le pida ser mi esposa, o de lo contrario, me vuelva a mandar al diablo.

Style - Evan PetersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora