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Evan.

Estaba más que decidido, no me importaba cuanto tiempo llevábamos juntos, sabía que estabamos en el momento correcto, pasamos cosas durante muchos años, ella me ayudó demasiado, me hizo ver lo bueno de la vida.

La amaba tanto, y sabía qué ella igual lo hacía por mi.

Asi qué cuando mi madre se la llevo a desayunar con ella y sus ancianas amigas, le pedi a mi hermano mayor qué me ayudara a elegir el anillo perfecto para rose.

Estuvimos entrando y saliendo de joyerías sin nada en las manos, simplemente no encontraba la sortija con la cual rose se sintiera segura, y aceptara sobre todo.
Bien podría rechazarme, si lo hace. Bueno, no se qué haría de mi vida.

Llegamos hasta la ultima tienda de la ciudad, si no encontrabamos ese anillo hoy, tendría qué programar un viaje para mañana por la mañana, a un sitio donde no fuera prácticamente un pueblo como aquí. Mañana sería año nuevo, y debería tener todo listo para cuando fuese 2018.

- Si no está aquí evan, Tendras que ir a kansas. - dijo andrew mirando por las ventanillas donde se encontraban las sortijas.

Kansas estaba a tres horas y media, lo qué prácticamente para mí sería todo el dia, pues buscando la tienda perfecta y el anillo perfecto tardaria demasiado, y después, el tener qué regresar nuevamente a misuri. Era todo un lío.

- No encuentro nada - dije frustrado.

- Me estas matando evan, de verdad. Sabes qué tengo asuntos mañana y no podre acompañarte. - andrew se cruzó de brazos frente a mi. - Sabes lo qué pasa, eres un indeciso. Elige el qué sea, uno tradicional.

- Mi amor con rose no es tradicional andrew. Ella se merece el anillo perfecto. - dije seguro.

Andrew comenzó a reir.

- Hace años jurabas no tener novia o esposa, y mirate. Regresando con la chica qué siempre amaste, y buscando un anillo para ella. - dijo riendo.

No era gracioso.

- Sucede qué hace años ninguna chica me volteaba a ver, siempre me decían feo. O me criticaban por ser demasiado bajo. A pesar de qué es una mierda, ¿Qué esperan? ¿Un chico de dos metros? - me burlé.

Nunca entendi a las chicas, solo la entendía a ella.

- O tal vez, te imaginabas qué te decian esas cosas por qué simplemente no querías tener novia.

No quiero seguir con esta platica.

- Ya vamonos, no hay nada aqui. Tendre qué levantarme a las malditas cinco de la mañana para llegar antes de la noche a misuri. - hable caminando junto con andrew ignorando lo qué el había dicho.

- Te acompañaré. De acuerdo, solo prometeme qué harás las cosas bien con ella evan. Desde qué llego a esta familia no ha hecho nada más que ayudarnos y apoyarte, y sobre todo amarte. Haz las cosas bien evan, no hagas ninguna idiotez, por qué te lo juro, ella no querrá volver contigo. - dijo abriendo el auto.

No miento, me quedé pensando en sus palabras, y a pesar de ser tan duras, tenía demasiada razón.
Entre al asiento conductor y andrew volvió a conducir.

Me prometi a mi mismo no volver a ser tan idiota, y lo haré, ninguno de los dos merece vivir en un ambiente tóxico. Yo quiero mi vida con ella, y haré lo imposible para qué sea la mejor.

Style - Evan PetersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora