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Evan.

- ¿Quieres ser mi...? - dije mirandome al espejo mientras arreglaba mi pelo. - No...ahm. Es muy estupido. ¿Te quieres casar con... MALDICIÓN

- ¿Estas bien? - escuche la voz de rose detrás de la puerta del baño, instantáneamente me puse nervioso, y actué como si estuviera completamente bien.

- Super bien. ¿Ya terminaste? - pregunté. Ella gritó un si, frustrado y sin tener una frase establecida para que se case conmigo, sali del baño.

Ambos llevabamos puestas unas pijamas, qué gracias al cielo rose había conseguido, nunca opte por cosas llamativas, me gustaba estar de lo más comodo, y qué a rose igual le gustara hacía qué está relación funcionara de lo mejor.

Vi qué se colocaba unos tenis, Asi qué yo imite su acción, al terminar me acerqué a ella y la besé.

- Te vez hermosa

- Solo es una pijama. Nisiquiera me maquille. - rodó los ojos.

- ¿Y qué? Todo te queda absolutamente bien. Si fuera tu estilista igualmente estuviese enamorado de ti.

- ¿Aún qué fueras gay como james? - preguntó.

James era el chico qué le arreglaba el pelo, yo aprete los ojos.

- Si fuera james te pediría ser mi mejor amiga, y te obligaría a no tener novios. - completé.

Ella largó una risa.

- ¡LLEGUÉ! - gritó michelle desde abajo.

Rose me tomó de la mano para qué ambos salieramos de la habitación, pero antes de poder salir le dije qué bajara sola, había olvidado supuestamente ponerme colonia. Ella no dijo nada y solamente bajo. Dandome tiempo de sacar del closet la caja del anillo y guardarlo en el bolsillo de mi pijama.

Si esto no tuviera bolsillo, no se donde más podría guardar esta cajita.

Rose.

Michelle conducía el auto, mientras yo iba de copiloto y evan se iba quejando detrás del auto, ya qué por ser el hombre él debía manejar.

A michelle por supuesto no le agrado la idea, no le gustaba qué evan tocara su camioneta, asi que por obvias razones ella manejo hasta el centro de la ciudad, donde se encontraba el reloj.

Ahi, habían cumulos de personas bebiendo, otras preparandose para activar los fuegos artificiales, algo qué no me gustaba en lo absoluto era eso, ya qué nisiquiera se ponian a pensar en los pobres animalitos, ¿pero como podría ponerme a pelear con gente tan necia?.

Al rato, llegaron andrew su esposa, y sus pequeños hijos, quienes me abrazaron, cuando los había visto tenian cuatro años, y ahora...bueno, ahora ya tenian nueve. Los años realmente pasaban volando.

Eran las once y cincuenta y ocho minutos, michelle saco su celular y yo me dediqué a grabar como habían personas tocando instrumentos en el sitio.

Evan se acercó a mi, y me tomó de la mano, apretandola con fuerza.

- Rose. - llamo mi atención, asi qué me giré hacía el para observarlo, ¿Como podía existir persona tan perfecta como el?. Nisiquiera lo sabré. No lo sabré nunca.

- Dime.

- Te he amado desde qué te conocí - dijo sonriendome.

- Digo lo mismo.

- Puedes dejarme hablar, solo quedan dos minutos - dijo apretando los labios, a lo cual riendo asentí y mire el reloj.

- Lo qué quiero decir es que. Bueno, un momento creí demasiado idiota la posibilidad de qué ambos volvieramos a estar juntos. Pero, pasó, y eso es lo mejor qué me pudo haber pasado en toda mi maldita vida. - dijo tomandome de la cintura. - Me apoyaste en el peor de mis momentos, y dije, si ambos nos amamos por qué no simplemente volver a intentarlo. Rose solo quedan treinta segundos. - dijo nervioso y cerrando los ojos con fuerza. - A partir de este nuevo año no hay otra cosa qué no quiera hacer sin ti, llevandote de la mano.

En todo momento no aparte mi vista de sus preciosos ojos, y de como se hundían sus mejillas en forma de hoyuelos.

Vi qué tomó mi mano, mientras todos comenzaban a llevar el conteo del reloj.

Senti mi estomago revolverse, no sabía si era de la emoción o de saber si era lo qué me estaba imaginando.

- Rose, ¿te quieres casar conmigo? - vi qué se arrodilló.

No me pude dejar de imaginar esto como una escena de película, quería llorar. Todos extrañamente estaban atentos mientras el reloj indicaba qué faltaban dos segundos.

Solo asentí varias veces.

¿Como no casarme con el amor de mi vida?.

- Obviamente qué si. - dije, evan se levantó rápidamente, mientras todos gritaban "Feliz año nuevo".
El me colocó el anillo, y yo no dude en besarlo mientras el pasaba sus manos alrededor de mi cintura.

Todo esto era un sueño, mientras hace años creí que me casaría con la persona equivocada. Pues al parecer no. Todo iba como debía suceder.

Me iba a casar con evan...

A los segundos, andrew, michelle y los niños nos abrazaron felicitándonos por el año nuevo, qué Nisiquiera me importaba eso, solo lo qué sucedería aproximadamente.

Empezaba el año perfectamente bien.

Style - Evan PetersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora