Capítulo 443 - ¿Tú también eres la pequeña Yan?

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Ante la mención de beber sangre, Huan Qing Yan pareció interesada y también apareció una sonrisa en su incompleto rostro, haciéndola parecer muy extraña.

Sin embargo, todo lo que Ji Mo Ya sintió al verla fue dolor de corazón y culpa.

Esta chica tonta realmente ha sufrido.

-Joven Maestro Ya... Joven Maestro... Ya... ya no me quiere... -La sonriente alma zarrapastrosa de repente comenzó a llorar después de un rato.

Ji Mo Ya se sobresaltó y se quedó clavado en el sitio, aunque sólo le habló un manojo de almas, ¡su pecho sintió un insufrible dolor agudo cuando esta chica le echó sal en las heridas!

Para no volver a ver su aspecto actual, preferiría recibir otra puñalada de ella de nuevo e incluso soportaría todo su dolor.

-No, te quiero a ti, he vuelto para encontrarte. A partir de hoy, no dejaré que vuelvas a abandonarme; no tendrás otra oportunidad de hacerlo a partir de ahora. -Ji Mo Ya respondió con una voz tan suave como una pluma.

Aquella alma desarrapada levantó la cabeza y dejó de llorar y miró a izquierda y derecha.

Aunque todavía no permitía que el sentido divino de Ji Mo Ya se acercara, ya no retrocedía ni tenía intenciones de esconderse.

-Esa es mi chica. ¿Puedes traerme al alma que te intimidó? Este joven maestro se lo sacará a golpes. -Animó Ji Mo Ya.

La pequeña alma irradiaba una sensación de felicidad.

Ji Mo Ya dio un suspiro de alivio, ya que parecía que esta muchacha aún podía salvarse, una parte de su voluntad aún estaba presente, y al menos era capaz de comprender palabras.

En ese momento, un haz de luz se acercó rápidamente.

Era otro bulto de alma con forma humana hecha jirones y era exactamente igual que Huan Qing Yan.

Sus miembros también estaban desgarrados, pero mostraba una expresión despiadada mientras corría hacia su objetivo, ¡Ji Mo Ya!

Ji Mo Ya esquivó con agilidad el haz de almas que se acercaba.

Al mismo tiempo, estaba confundido; ¿por qué esta alma era exactamente igual a la de Huan Qing Yan y qué estaba pasando?

En teoría, no importa de quién sea el alma que invada el cuerpo, conservará su apariencia original.

Tomando a Ji Mo Ya como ejemplo, cuando entró en este lugar, su apariencia era exactamente un doppelganger de la del mundo físico.

A la luz de este escenario, Ji Mo Ya se sintió ligeramente aprensivo; ¿eran ambas almas Huan Qing Yan?

¿Cuál era la real? ¿Y cuál era la falsa?

Su propósito al venir aquí era echar una mano a Huan Qing Yan y ayudarla a destruir el alma extranjera.

Poco estaba preparado para que ambas almas fueran exactamente iguales, si se equivocaba... no podría soportar las consecuencias.

-¿Tú también eres la Pequeña Yan? -Preguntó Ji Mo Ya.

La recién llegada 'Huan Qing Yan' tenía una expresión viciosa, llena de intenciones maliciosas; como su alma estaba incompleta, actuaba puramente por instinto y quería forzar a Ji Mo Ya a salir.

Cada vez, utilizaba un método suicida para atacar con saña a Ji Mo Ya.

¡Esto le hizo estar muy seguro de que esta era la persona que apuñaló su corazón ese día!

Sin embargo, Ji Mo Ya seguía confundido, ¿por qué ambas parecían iguales?

Por lo tanto, no se atrevió a actuar precipitadamente y continuó evadiendo yendo a la izquierda o a la derecha:

-Tú no eres Pequeña Yan, ¿quién eres?

Ji Mo Ya sólo había enviado un zarcillo relativamente pequeño de sentido divino para investigar, aunque estaba evadiendo constantemente sin contraatacar, finalmente no pudo reaccionar a tiempo y fue empujado lejos...

Como todavía estaba preocupado por el ataque de 'Huan Qing Yan', incluso ayudó a absorber una parte del impacto del ataque.

De repente, la otra Huan Qing Yan, que estaba de pie a un lado, se agitó enormemente enfurecida, y chocó con la invasora 'Huan Qing Yan'.

Ambas almas se convirtieron rápidamente en un manojo de borrones desordenados mientras empezaban a desgarrarse mutuamente.

-Niña reencarnada, ¿cómo te atreves a intentar matar a mi hombre? -la furiosa Huan Qing Yan mordió a la invasora 'Huan Qing Yan'.

La invasora 'Huan Qing Yan' tampoco mostró ninguna debilidad, así que devolvió el mordisco y gritó:

-Y qué si lo mato, lo mataré, este cuerpo es mío, vete, vete...




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