La Princesa Qing Luo miró con envidia.
Había conseguido que las sirvientas de palacio aprovecharan algunas oportunidades cuando Ji Mo Ya y Huan Qing Yan no se daban cuenta, para robar algo de la comida dulce con la que Ji Mo Ya alimentaba a Huan Qing Yan.
Su sabor era extremadamente delicioso; especialmente el caramelo, la dulzura entró literalmente en su corazón.
Desde que lo comió por primera vez, anhelaba volver a probarlo.
Esta era también una de las razones por las que quería vivir entre los humanos, los humanos poseían tantas comidas deliciosas que ella era incapaz de identificar; en comparación con su vida con los gnomos, vivir con los humanos parecía más rico y mucho más colorido.
Mientras Huan Qing Yan chupaba el caramelo, le pidió a Ji Mo Ya con voz apagada:
-Tío, uno más.
Ji Mo Ya sacó inmediatamente otro sin preguntar y se lo pasó con gracia.
Huan Qing Yan lo cogió y se dirigió a la Princesa Hong Luan:
-El de rojo, aquí hay un caramelo, es muy dulce.
La Princesa Hong Luan se sintió ligeramente abrumada, ya lo había notado antes, ¿podría llamar a Qing Luo y a ella misma princesas?
Esta chica humana debería ser la verdadera princesa en su lugar, mientras su hombre fuera bueno, podría tener lo que quisiera...
-￥%×?%# -contestó agradecida en su lengua gnómica mientras recibía el caramelo.
Cuando la princesa Qing Luo vio a su gemela recibiendo caramelos, ella también se había preparado para recibir uno también, pero Huan Qing Yan la ignoró por completo y fue a tomar las manos de Ji Mo Ya antes de que se alejaran.
Qing Luo estaba furiosa, se armó de valor y habló en el idioma humano que había aprendido en los últimos días:
-Joven Maestro, Qing Luo, también quiere caramelos.
Ji Mo Ya detuvo sus pasos, pero antes de que pudiera hablar, Huan Qing Yan habló primero:
-¡Son todos míos, no te los voy a dar, enfádate!
El par de ojos inusualmente grandes de Qing Luo de repente empezaron a lagrimear mientras decía lastimosamente:
-¡Joven Maestro......!
Había observado en secreto la expresión de Huan Qing Yan durante los últimos días y se había dado cuenta de que a Ji Mo Ya le gustaba cuando Huan Qing Yan actuaba de forma mimada...
Por lo tanto, había practicado esta expresión frente al espejo de su habitación durante innumerables veces y finalmente decidió usarla hoy.
Quién iba a decir que la expresión de Ji Mo Ya no cambió y respondió:
-Mis más sinceras disculpas, los caramelos eran de la chica Yan de mi familia. No preparé extra pero si a la Princesa Qing Luo le gusta, puedo hacer que mis hombres le entreguen algunos la próxima vez.
Huan Qing Yan dijo dominantemente:
-¡Podemos entregar a todos menos a ella!
-Claro, entonces que así sea, ya que no era algo importante. -Ji Mo Ya curvó secretamente sus labios al notar su reacción, las tendencias celosas de esta muchacha no se reducían en absoluto, incluso con su inteligencia infantil.
Huan Qing Yan lanzó una mirada de suficiencia a la Princesa Qing Luo...
Después de ser golpeada como un perro por Ji Mo Ya y Huan Qing Yan, el corazón de la Princesa Qing Luo estaba profundamente herido.
Estaba bien si estaban en otro lugar, pero este era su hogar, el reino de los gnomos, así que ¿cómo es que todavía perdía ante un humano de fuera?
Debe darle una lección a ese humano.
Viendo que la situación estaba a punto de estallar, el Rey Gnomo calmó rápidamente a ambas partes.
-Jajaja, Joven Maestro Ji Mo, su compañera es tan difícil y aún así el joven maestro posee tanta paciencia hacia ella, ¡qué afecto tan profundo! Jajaja, ¡respeto, respeto! Vamos, ya que estamos aquí hoy, vamos a ver el último lote de equipo defensivo que se acaba de hacer. Si el Joven Maestro Ya ha visto alguno que le guste, adelante, coja uno.
-¿Oh? Entonces no me quedaré en la ceremonia, ¡te lo agradezco de antemano! -Ji Mo Ya enganchó su brazo alrededor de la cintura de Huan Qing Yan y siguió al Rey Gnomo.
