Cuando Huan Qing Yan fue arrojada bruscamente sobre la cama, sintió un ligero dolor en la parte posterior de su cabeza; mientras apoyaba su cuerpo e intentaba sentarse temblorosamente, sus ojos parecían embriagados mientras se quejaba:
-Joven Maestro, su lanzamiento me ha herido...
Con los brazos colocados debajo de su cuerpo, la ropa interior aflojada por Ji Mo Ya se deslizó, revelando a medias un par de picos orgullosos y voluptuosos, suaves y tentadores.
Ji Mo Ya respiró profundamente ante esa visión, su embriaguez se consumió.
Sin embargo, dio un paso adelante sin prisas y quitó la ropa interior de Huan Qing Yan; dejándola así sólo en ropa interior que dejaba ver su hermoso y perfecto cuerpo...
La mirada de Ji Mo Ya estaba encendida mientras saboreaba el espectáculo que tenía delante, tomó asiento junto a ella mientras su mano avanzaba para recorrer todo su cuerpo.
Dondequiera que fueran las yemas de sus dedos, una corriente eléctrica caliente le seguiría, y eso hizo que el cuerpo de Huan Qing Yan se sintiera blando y caliente, y ella se retorció inquieta.
-Un, Joven Maestro Ya, no...
Su voz era tan suave como una gota de agua.
Su cara era como una flor floreciente, mientras que todo su cuerpo parecía una flor madura que estaba esperando a ser cosechada.
Una vez que se quitó la ropa, el aire frío en su piel permitió a Huan Qing Yan recuperarse un poco de la punzada.
Sabía lo que estaba por venir, su mente y su corazón estaban llenos de timidez, esta sería su primera vez, tanto en su vida anterior como en la actual; y estaba ligeramente asustada.
Había oído que la primera vez de una mujer podía ser muy dolorosa, por lo que instintivamente tenía cierta aprensión al respecto.
Sin embargo, cuando la gran mano de Ji Mo Ya recorrió y frotó, su cuerpo la traicionó por completo y comenzó a acompañar sus movimientos.
Ella ama a este hombre, y estaba dispuesta a ser suya, a unir sus cuerpos.
Ella no se contuvo y estaba dispuesta a entregárselo todo a él.
La mano de Ji Mo Ya llegó al interior de sus muslos y Huan Qing Yan se puso rígida; por un momento sus suaves muslos se cerraron incontroladamente alrededor de su mano y le impidieron recorrer y tocar su cuerpo...
Ji Mo Ya soltó una profunda risa:
-Pequeña, ¿por qué? ¿Quieres que entre mi mano?
Tales palabras pícaras sólo causaron más vergüenza a Huan Qing Yan, pero su cuerpo se quemó de una manera asombrosa.
Un calor comenzó a acumularse en la parte inferior de su cuerpo mientras ella rápidamente abría sus muslos y liberaba su mano.
Sin embargo, su mano no se apartó, sino que se dirigió hacia arriba y acarició ligeramente la zona.
-Pequeña, ni siquiera hemos empezado y ya estás mojada, no te precipites... -le susurró al oído sus pícaras palabras.
La mente de Huan Qing Yan ya ha estallado, combustionada por sus palabras y las acciones de su mano, el extraño calor seguía fluyendo mientras reaccionaba ante él:
-Qué tontería... estás... nnhh...
La reacción de la dama hizo que se formaran gotas de sudor en la frente de Ji Mo Ya, que luego gotearon sobre la ropa interior de Huan Qing Yan, que también empezó a aflojarse.
Ji Mo Ya había considerado que como era la primera vez de Huan Qing Yan, quería guiarla lentamente y prepararla antes de entrar a matar; sin embargo, con la escena actual frente a él, empezó a perder el autocontrol.
Mientras una mano continuaba con esos movimientos, su otra mano se estaba quitando la ropa.
