Después de que Qing Jiao hablara, todos empezaron a pedir sus precios.
-¡Veinte mil piedras espirituales!
-¡Veintidós mil piedras espirituales!
-Treinta mil...
El precio subió rápidamente y alcanzó las cien mil piedras espirituales en un abrir y cerrar de ojos.
Cien mil piedras espirituales eran básicamente el rango de precio inicial habitual de un equipo mágico normal de Rango Púrpura, y por tanto el número de personas que pujaban también se redujo.
Finalmente, sólo dos individuos continuaron pujando...
Huan Qing Yan se subió a la silla y miró la bola negra que rodaba por el escenario y que era del tamaño de la sandía que estaba comiendo.
La señaló y dijo:
-¡Tío, quiero comer esa sandía negra!
La boca de Ji Mo Ya se curvó ligeramente en una débil sonrisa:
-Eso no es una sandía, no es comestible.
Huan Qing Yan hizo un mohín con los labios:
-Sí lo es, es una sandía negra, ¡quiero comerla, quiero comer!
¿Qué podría decir Ji Mo Ya?
Presionó el mecanismo que le permitía pujar.
-Doscientas mil piedras espirituales.
El precio de la puja fue aumentando lentamente en unidades de mil y llegó a ciento cincuenta mil, pero con su puja, saltó a doscientos mil.
Todo el mundo dentro de la sala de subastas miró al instante en dirección a la sala privada número ocho.
Gastar diez mil piedras espirituales para comprar un cuenco de plato espiritual y gastar doscientas mil piedras espirituales en un equipo mágico inservible, ¡esta era la actitud descarada de un nuevo rico!
Por eso, muchos de los que pensaban que este equipo mágico inservible era sólo un objeto de colección más, empezaron a preguntarse si este objeto podría tener algo especial que hubiera llamado la atención de este nuevo rico.
¿Quizás se trataba de un buen objeto del que no habían podido descubrir su uso?
Los que no habían pujado inicialmente empezaron a decir el precio.
-Doscientos cincuenta mil.
-Doscientos setenta mil.
......
Ji Mo Ya mantuvo su elegante compostura, y con una vaga sonrisa dijo:
-¡Quinientos mil!
Cuando las palabras quinientas mil fueron pronunciadas, todo el mundo se quedó en silencio.
Huan Qing Yan estaba observando todo con interés a un lado, también intentó pulsar el botón del mecanismo y soltó una risita:
-¡Seiscientos mil!
Nadie ha hecho una oferta después de quinientos mil, sin embargo, debido a la jocosidad de Huan Qing Yan, llegó a seiscientos mil en su lugar.
Afortunadamente, había formaciones mágicas especiales instaladas dentro de las habitaciones privadas para proteger la privacidad de sus invitados, el mecanismo de puja mecanizaría la voz del usuario, tanto si la persona era hombre o mujer, todos sonarían igual.
Con los seiscientos mil de Huan Qing Yan, todos se quedaron boquiabiertos por un momento antes de que estallara una conmoción.
-¡Qué tipo tan rico, reciba nuestro más sincero respeto! Ese precio ya es suficiente para comprar un equipo mágico funcional de Rango Púrpura.
-Todos podéis aprovechar esta oportunidad para haceros los duros pidiendo setecientos o incluso ochocientos mil para satisfacer vuestros egos, ya que ese nuevo rico seguro que pujaría más.
-Si hacéis eso, tened cuidado con ser silenciados por ese nuevo rico cuando salgáis de la casa de subastas; estos ricos son definitivamente de una organización poderosa, podríais estar buscando la muerte. Además, ese nuevo rico podría cambiar de opinión repentinamente, incluso si te desnudas, no sería suficiente para pagar el precio.
-Arhem, sólo lo digo por diversión.
......
-¡Seiscientos mil! -Qing Jiao gritó tres veces consecutivas:
-Felicidades a la Sala Privada Número Ocho por obtener este equipo mágico de Rango Púrpura, ojalá nuestro estimado invitado descubriera un método para usarlo... ¡Felicidades a ti una vez más!
......
Poco después
Una esfera negra profunda fue entregada por Mo Wu en la habitación una vez más.
Antes estaba demasiado lejos, por lo que Ji Mo Ya no podía verla con claridad; ahora que estaba cerca de él, envió inmediatamente su energía espiritual para sondearla.
La bola de sandía negra rodaba rápidamente mientras emitía continuamente un brillo púrpura debido a su energía espiritual.
Sin embargo, no pudo determinar su contenido ni la causa de su movimiento.
Huan Qing Yan sacó alegremente la sandía negra de la caja de cristal; mientras la llevaba, aquella bola que se movía rápidamente dejó de hacerlo inmediatamente.
