Los nueve sacerdotes gnomos dejaron de cantar, y cada uno vomitó una bocanada de sangre que fue rociada sobre sus respectivos pilares de piedra.
Cuando la sangre tocó los pilares de piedra, aparentemente se filtró en ellos y luego desapareció extrañamente sin dejar rastro.
Los nueve gnomos no se sorprendieron, ya que sus rostros se volvieron cenicientos y pálidos como la estatua.
Se levantaron en silencio y saltaron de los pilares de piedra.
En el suelo, otro grupo de nueve sacerdotes con el mismo atuendo subió a los nueve pilares para continuar con los cánticos.
***
Cuando el sol se puso, proporcionó un alivio muy necesario al clima caluroso.
Sin embargo, el aire seguía siendo muy seco, ya que no había ni un solo rastro de agua en la atmósfera.
Ji Mo Ya había esperado durante cuatro horas en el lugar donde cayeron pero Mo Si y los demás no aparecieron, por lo tanto, dejó algunas marcas antes de alejarse con Huan Qing Yan.
Se dirigieron en dirección al sol poniente.
Afortunadamente, el cambio brusco de las condiciones climáticas era soportable para cultivadores como ellos, ya que podían hacer circular su energía espiritual para adaptar su cuerpo a las temperaturas del entorno.
-Tío, estoy sintiendo calor, -el sudor comenzó a aparecer en la nariz de Huan Qing Yan.
Ji Mo Ya la guio pacientemente:
-Usa tu tesoro espiritual para resistir la temperatura elevada.
La chica con falta de intelecto preguntó con curiosidad:
-¿Qué es un tesoro espiritual?
Ji Mo Ya levantó sus muñecas y señaló las huellas del tesoro espiritual en cada una de ellas; una huella tenía la forma de un cerdo mientras que la otra tenía la forma de una hoja...
Por su aspecto, la huella en forma de hoja parece ser mucho más clara y pronunciada.
Por lo tanto, Ji Mo Ya señaló el tesoro espiritual en forma de hoja:
-Este es tu tesoro espiritual, intenta llamarlo.
-Oh, ¿este es mi tesoro espiritual? ¿Pero cómo lo llamo?
Ji Mo Ya la miró con una mirada lánguida pero noble:
-Tú eres su dueña, intenta usar tu mente para sentir su presencia y llamarlo para que salga a ayudarte...
Huan Qing Yan abrió mucho sus grandes ojos y parpadeó una vez.
Luego parpadeó otra vez.
¡Parecía un pájaro sin cerebro!
Ji Mo Ya se retiró las mangas y reveló su muñeca izquierda, en ella había la forma de un mini dragón:
-Mira mi tesoro de espíritu de dragón…
E inmediatamente, el mini dragón pareció vivo y salió volando de su muñeca.
Ji Mo Ya no le dio instrucciones para que se hiciera más grande, así que mantuvo su forma en miniatura y rodeó a Huan Qing Yan una vez antes de volver a su muñeca.
Huan Qing Yan aplaudió con alegría:
-Pequeño dragón, qué bonito dragoncito, es tan bonito como el tío.
-Deberías probarlo, tu tesoro espiritual también es muy bonito.
Huan Qing Yan preguntó:
-¿Es eso cierto?
Ji Mo Ya le dirigió una mirada alentadora, esa mirada bajo el sol poniente lo hacía excepcionalmente guapo.
Huan Qing Yan obtuvo una gran confianza mientras señalaba su propia muñeca e instruía:
-Tú, pequeño tesoro espiritual, sal a jugar conmigo...
No hubo ninguna reacción.
Huan Qing Yan usó su dedo para señalar la huella:
-¡Pequeño tesoro espiritual, sal y juega conmigo!
Sin embargo, todavía no hubo ninguna reacción.
Ji Mo Ya la miró con una expresión elegante y tranquila, pero la alegría dentro de su mirada no se podía ocultar:
"¡Esta chica es... realmente linda!”
Huan Qing Yan continuó golpeando su muñeca varias veces más con su dedo, pero el tesoro espiritual permaneció inmóvil.
Se dio por vencida, pero no se sintió frustrada, sino que dijo lastimosamente:
-Tío, parece que mi tesoro espiritual está roto.
Ji Mo Ya reflexionó por un momento, tal vez era debido a su baja inteligencia, la baja destreza mental le había impedido usar su voluntad para controlar su tesoro espiritual.
Afortunadamente, sus habilidades como maestra de espíritus de Cinco Estrellas seguían ahí, era suficiente para que pudiera soportar esta extraña condición climática.
-No hay problema, aparecerá en el futuro, ¿quieres beber un poco de agua?
Cuando miró a su alrededor, sólo había dunas totalmente desnudas de vida, el brillo del sol poniente hacía que la tierra amarillenta tuviera un aspecto excepcionalmente desolado y árido.
Huan Qing Yan comía y bebía todo lo que se le ofrecía, por lo que naturalmente había tomado también el frasco de él y bebió el agua.
