ᚲᚨᛈᛁᛏᚢᛚᛟ-4

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Durante la siguiente noche una vez supo que su padre estaba bien dormido, Atreus se vistió en silencio y luego salió de la casa de igual manera, sin despertar a nadie…tenía que buscar una solución, pero a dónde podría ir primero—bien, si papá se entera estoy muerto, debo volver antes de que amanezca—dijo, ya sabiendo que tenía el tiempo contado se dispuso a ir primero al lugar dónde toda la información se escondía primero…el templo de Tyr, con el lago congelado era mucho más sencillo llegar ahí y cuando estuvo miró dentro de las bóvedas…los santuarios y ahí es donde encontró su primer esperanza, una canica con runas grabadas—bien…esto no es para nada raro—siguió buscando entre pergaminos y en la sala de viaje pero de ahí nada útil pudo encontrar, salió de la sala de viaje solamente con una canica azul extraña, pero quizá si buscaba en el resto de santuarios encontraría más cosas, pasó por el taller donde Brok y Sindri se habían reconciliado, no había nadie cuando entró pero cuando llegó ahí Atreus escuchó el ruido de un martillo que lo asustó un poco.

—oye, muchacho ¿no es muy noche para que estés lejos de casa?—la voz era conocida y le alivió el alma escucharlo, era Sindri, con un gorro hasta sus orejas…una armadura más dorada y su barba mejor peinada—es casi medianoche.
Atreus se acercó a la fragua y sonrió por lo alto—¿Sindri?—dijo con emoción en su voz y el enano simplemente se quedó confundido cuando lo llamó por su nombre.
—¿me conoces? Es decir, quizá lo hagas pero…siento que te conozco, debo acordarme o no voy a dormir—respondió el enano acercándose a la mesa de trabajo—de verdad…
—soy yo, Atreus—cuando el joven dijo su nombre Sindri se ahogaba del susto—¡qué gusto me da verte!
—Atreus…pero, qué ha pasado ¡eres altísimo!—exclamó caminando a su alrededor sin parar—espera ¿dónde está tu padre?

—vine solo.
—¡te volviste loco! Es la mitad de la noche y estás aquí ¿dónde está él?
—en casa, durmiendo—Atreus suspiró—escucha…sé que no debí salir solo pero busco algo…respuestas, para toda esta situación ¿te puedo contar? Te prometo que después me iré a casa.
—vale…ven, siéntate y cuéntame todo, a tu buen amigo, Sindri—el enano sonrió y Atreus entró al taller—como creciste tanto…increíble.
—y han pasado apenas dos años—respondió Atreus—el Ragnarök se acerca, Sindri, necesito saber si se puede prevenir o algo, algo para mínimo padre y yo quedemos fuera de todo esto, Freya intenta matarnos cada vez que salimos y es difícil vivir así.

—¿Y por qué no se lo contaste? Pensé que le tenías más confianza.
—¿Crees que iba a apoyarme en esto?
—nop, la verdad es que no—Atreus suspiró y se levantó caminando de un lugar a otro—¿qué harás?
—empezar a investigar…debo, no sé, quizá madre tenía algo preparado algo que no vimos en Jötunheimen, debo averiguar de qué se trata, nos vemos, Sindri—Atreus quiso abandonar el taller cuando el enano se le puso enfrente.
—no puedes irte por ahí solo, Atreus, es muy peligroso.
—Sé cuidarme solo a estas alturas, amigo—Atreus sonrió y quiso seguir cuando Sindri le siguió bloqueando el paso—¿qué?
—necesitas que alguien te cubra la espalda, tu padre va a lamentarse si te pasa algo y no sabe—el joven se quedó pensando en ello y asintió—te voy a acompañar en esto.
—Gracias, Sin. Supongo que no me sentiré tan nervioso, ahora me tengo que ir padre podría despertar en cualquier momento y se volverá loco si no me ve—Atreus salió corriendo del templo evitando a toda costa las manadas de monstruos que había por todos lados gracias al Fimbulvetr.

El joven logró llegar a casa entero sin despertar a sus lobos en el proceso, se quitó sus armas en total silencio, cualquier pequeño ruido podía despertar a Kratos o Mimir, se quitó los cinturones, se sentó en su cama y ya se estaba quitando las botas cuando Kratos se despertó y su primer reacción fue mirarlo—hijo…¿qué haces?
—yo…iba a tomar aire, no puedo dormir—dijo y se terminó de quitar sus botas—descansa, mañana seguimos entrenando—se dio vuelta en su cama para de inmediato dormir…Kratos se levantó y se paró junto a él, suponía que la tensión del momento lo tenía ansioso…suspiró y apoyó su mano en el hombro de su hijo antes de regresar a la cama. Atreus abrió los ojos, pensaba mucho en lo que hizo, le acababa de mentir a su padre y se sentía horrible, pero si quería mantenerlo a salvo también debía correr ese riesgo.

Atreus durante las noches salía solo de casa con Sindri para buscar información del Ragnarök…pero sin demasiado éxito al no saber dónde buscar, hasta Atreus decidió volver al templo de Tyr y su bóveda—¿me repites, qué hacemos aquí?
—aprendí a leer los santuarios jötnar—mencionó Atreus viendo el santuario roto—al panel de la izquierda es el pasado, el del centro es algo importante y el derecho es el futuro…así lo leo. Bien, quizá podamos saber que le pasó a Tyr, quizá no está muerto como dicen.
—Atreus, lamento desilusionar tu entusiasmo pero es un hecho que Tyr está muerto—mencionó Sindri.
—quizá no…si hacemos que Tyr, si es que está vivo comande los ejércitos del Ragnarök a padre y a mí nos dejarán en paz o quizá sabe como parar esto y también quiero saber algo en especial.
—muy bien…esto es cosa tuya, solamente te cuido el pellejo.
—¿por qué venir conmigo?
—porque ya te vi y si te sucede algo…¿sabes lo que podría hacerme tu padre?
—sip y no es nada lindo—mencionó Atreus viendo el mural—Tyr encadenado…Thor y Odín sobre él, los Æsir lo encarcelaron…¿dónde?

—digamos que encuentras a Tyr y luego qué—mencionó Sindri mientras veía el panel.
—sabrá cómo evitar la guerra a eso se dedicaba…pero no hay más, en otros santuarios dónde se hable del Ragnarök podría ser—susurró Atreus y sacó su diario—sé dónde buscar pero ¡agh! ¡Por qué tiene que ser tan difícil!—el joven recargos sus palmas en el santuario y magia dorada dejó ver una enorme puerta de piedra frente a los presentes, mientras Atreus se alejó para apreciarla, Sindri se escondió detrás del joven por miedo—no me quejo otra vez…¿vienes?
—nop, tú ve y yo te espero aquí, por si pasa algo—Atreus se sentía contento de tener un respaldo y entró por las puertas…Sindri esperó muy buen rato cuando el joven finalmente salió.

—¿y bien?—ambos a petición de Atreus fueron explotando de santuario en santuario.
—los gigantes escondían profecías dentro de los santuarios, solamente un gigante las puede abrir, descubrí que Tyr puede estar vivo…busquemos en los santuarios que hablen del Ragnarök, ya sé con cuál vamos a terminar—Atreus ayudaba a Sindri a trepar y caer de los lugares altos aunque eso solamente fue una vez porque el joven no pudo sostener bien al enano y ambos cayeron al suelo—quizá loa santuarios de otros reinos sirvan.
—no podemos viajar, Atreus y es mejor no sabemos cuanta suciedad hay ahora con el Fimbulvetr—ambos viajaban cada noche a diferentes lugares de Midgard y Atreus iba anotando todo pero la hoja al final la tenía que esconder ya que su padre solía tomar su diario sin avisar.

La última parada del momento era el santuario de Skoll y Hati en el propio bosque silvestre, hogar de Kratos y Atreus. Kratos no estaba en casa así que ambos rebeldes llegaron hasta la cabaña sin problemas—bien, bienvenido a nuestro humilde hogar—dijo Atreus.
—así que aquí creciste, aquí vivió Faye—susurró Sindri con tristeza.
—tenemos su recuerdo cada día, amigo…—escucharon un gruñido y era nada más y nada menos que un gran lobo gris gruñendo a Sindri—Fenrir, tranquilo, es un amigo—Atreus levantó sus manos en calma mientras Sindri se quedó tieso como piedra—Fenrir, él es Sindri, Sindri,él es Fenrir, un lobo que adopté hace tiempo no te preocupes está entrenado.

—h-hola…peludo que quién sabe cuantos bichitos tenga encima…—Sindri estaba muy nervioso.
—en terminos de lobos, Fenrir es muy limpio espera a que conozcas a Speki y Svånna—dijo Atreus emocionado y Sindri lo tomó por los hombros.
—así estamos bien, vamos a donde debemos—ambos se fueron al santuario donde Atreus comenzó a dibujar lo encontrado en el resto de Midgard—¿qué haremos con lo que encontramos?
—bueno, no podemos llamar a la serpiente del mundo…no sabemos si está ahí, prepararé mis cosas y…pensaré como decírselo a padre sin que nos mate en el intento—dijo Atreus—estoy en casa así que puedo revisar este santuario solo.
—pensé que éramos compañeros, sin secretos—dijo Sindri con cierto enojo.
—Sindri, sabes exactamente lo que hemos encontrado, todo lo que he encontrado en los santuarios te lo he dicho, no te preocupes, luego iré a verte ¿sí?
—bueno…no me queda de otra, pero no se te ocurra ir a ningún lugar solo.
Atreus abrió en santuario secreto y abrió las puertas—¡lo prometo!

Ragnarök: El Ocaso de los dioses. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora