ᚲᚨᛈᛁᛏᚢᛚᛟ-20

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De regreso al campamento se abrieron paso dejando ver a todo el grupo reunido—Kratos, Atreus me alegro de verlos Byggvir aprovechó la distracción para escapar—ambos estrecharon sus manos como saludo.
—¿Y tu hermano?—preguntó Atreus.
—Ya sabemos dónde lo tienen. Beyla ya preparó los explosivos y podemos irnos tan pronto como estén listos—Freya se apartó dejándolos prepararse para la misión.

—¿por qué no puedo tener un arma como la de él?—preguntó Valka, señalando a Kratos ella estaba en el taller con Brok y Lunda.
—porque esa arma es especial, tonta.
—no lo digo por eso, idiota, sería útil si mi arma regresa a mi mano. Ya no me iba a preocupar de perderla—explicó la mujer.
—ustedes dos, de verdad deben parar a veces son insoportables—añadió Lunda, a Kratos le dio gusto que ella se pudiera acoplar bien al equipo.

—me vendría bien la ayuda de otro cambiaformas—Hildisvini se acercó a Atreus y este sonrió pero estaba muy sorprendido, sintió como su padre lo tomó del hombro y se miraron.
—ve con él, Atreus. Nos veremos después.
—sí, señor—respondió el joven yendo detrás del vanir mientras Freya dio por iniciado el rescate, ella junto a Kratos irían al templo de Njörð dónde tenían cautivo a Freyr, ellos atacan desde atrás a la señal de Beyla mientras Atreus y Hildisvini aprovecharán la oportunidad para poder escapar a salvo con Freyr…

Usando el cetro que fue regalo de los lobos celestiales Kratos manipuló el día y la noche para poder pasar los obstáculos. No estaban muy lejos de su meta, bajando a una pequeña explanada ya siendo de noche nuevamente y el momento había llegado—vamos por ti, Yngvi—dijo Freya sacando la baliza…un explosivo de colores que daba la señal al ataque. Kratos miró a Freya antes de girarse de golpe a otra dirección, pudo sentir como sus instintos le gritaban por un ataque y así fue cuando una enorme bestia chocó contra el escudo del espartano haciendo retroceder a ambos dioses y era un Æsir montando esa bestia, Kratos se puso atento con su lanza.

—revelan su posición de manera imprudente—dijo el arrogante hombre sobre la montura—QUE IDIOTAS—atrapó una flecha que voló directamente a su cara sonriendo, Freya se puso frente a Kratos lista para el siguiente disparo—pero si es la mismísima reina muérdago, muy graciosa por cierto…ha pasado tiempo.
—Heimdall—respondió Freya sin mucho ánimo.
—y tú…debes ser el padre del pequeño mestizo—señaló a Kratos, pero el dios de la guerra estudiaba a su enemigo atenta…el que las nornas dijeron sería el asesino de su hijo. Heimdall se dio una palmada en la pierna riendo con ganas—¡qué día de suerte! Tienes mucho qué responder, cariño…tú también, traidor—se inclinó para ver a Mimir.
—mejor traidor que el perrito faldero de Odín—mencionó el sabio y Kratos se paró junto a Freya para hablar en voz baja.
—vete—dijo Kratos sabiendo lo qué podría pasar—la carga es mía.
—puedo ayudar—pero el ataque ya estaba en proceso y las explosiones llamaron la atención de todos.
—Lo sé, pero te necesitan en otro lado…
—sí—sé unió Heimdall—crepitar no se veía muy bien la última vez que me fijé.

—sé qué no querías esto pero sabemos cómo va a terminar…nos vemos—sin despegar su vista del dios, siendo que quizá la última que lo vería si Kratos resultaba ganador.
—ambos sabemos que eso no es cierto ¡pero no te preocupes, Frigg! Iré por ti y tu hermano tan pronto termine aquí.
Kratos atacó la montura de Heimdall pues peleaban en conjunto con ataques de Bifröst.

Una montura no era la gran cosa pero debía enfrentar a Heimdall y esa bestia era un estorbo…Kratos golpeado contra el muro buscando una manera de soltarse, hasta que Heimdal pateó y pisó su cabeza—¿ya nos estamos divirtiendo?—Kratos empujó a la montura y esta lo derribó. Ambos se levantaron con furia atacando mutuamente pero Kratos fue más rápido al derribar a la bestia y apuñalarla con sus espadas.

Heimdall pateó su cadáver—¡bueno! Entonces tú y yo—Kratos le lanzó a Draupnir y Heimdall la atrapó, pero al azotar la base en el suelo Heimdall quedó aturdido—¡qué demonios!—Kratos se aproximó para darle el primer golpe pero su enemigo podía esquivar cada uno de los golpes del espartano—puedo sentir tu frustración…es INMENSAMENTE gratificante.
—¿qué pasa, hermano?—preguntó Mimir al ver a Heimdall retroceder tan rápido, parecía solo estar jugando con Kratos.
—la lanza es nuestra mejor oportunidad—sentenció y se dispuso a aturdirlo, tal como Brok le dijo que debía hacer.

Ragnarök: El Ocaso de los dioses. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora