Ragnarök: El Ocaso de los dioses.

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Kratos iba siguiendo a su hijo que abrió la puerta principal del jardín—¿a dónde vamos?
—al viejo templo del bosque.

Era de madrugada cuando el grupo se dirigió al lugar mencionado sorteando monstruos y saqueadores…una cazadora, criatura que sirve a la diosa Skaði atacó a Kratos terminando de romper su escudo por completo quedándose sin defensas.
—el escudo que te dio mamá…—susurró Atreus con cierta tristeza, él siempre era muy atento en guardar aquellos recuerdos de su madre.
—sí, qué es esto—antes del Fimbulvetr Kratos podría ver mil pergaminos y perfectamente ignorarlos pero cuando aprendió a leer las runas le interesaba conocer mejor sus alrededores.
—¿Dice algo importante, hermano?—preguntó Mimir.
—"mata al dios cenizo"—comentó en voz alta—alguien le dijo a los saqueadores que si conseguían matarme el Fimbulvetr se acabaría.

—¿quién diría algo como eso?—preguntó Atreus también leyendo el pergamino.
—tengo una idea…
—vaya, de verdad creían que podrían lograrlo…"comer carne de dios" muy bien esto ya me dio para no dormir los siguientes tres días—Atreus tiró el pergamino y entró en el templo con su padre detrás de él.

Llegaron hasta el santuario y Atreus lo abrió dejando ver la profecía de Skoll y Hati.
—¿estás mirando?—Atreus sonrió y tocó el mural, como si fuese arena cayó por los lados dejando ver una puerta enorme parecida a la de Jötunheimen, retrocedió un poco para con emoción ver la cara de su familia.
—pero qué sorpresa—dijo Mimir, para Kratos él nunca había visto algo como eso y para decir que los gigantes seguían siendo un verdadero misterio…¿qué clase de habilidades estaba desarrollando su hijo?.
Atreus se acercó a la puerta y de un empujón la abrió—¡vamos!—dijo emocionado y entró al misterioso portal.
—¡espera!—llamó Kratos pero ya era tarde.
—sí, no creo que esté esperando—comentó Mimir y Kratos mientras gruñó entró también, un lugar distinto le dio la bienvenida, un suelo de arena dorada y el cielo de mismo color.

Al nada más entrar todos vieron distintas figuras como los santuarios del exterior pero diferentes, seguía siendo la profecía de Skoll y Hati—muchacho ¿en dónde estamos?
—Este lugar es un lugar que solo los gigantes debían ver…estos santuarios cuentan sus historias al mundo. Pero resulta que la verdadera historia, las secretas…las guardaban aquí adentro. ¿Recuerdan la historia de Skoll y Hati, los gigantes lobo? Odín los capturó porque cree que le ayudarán a tener el control cuando inicie el Ragnarök.

—la recuerdo—comentó Kratos y Atreus miró las figuras con atención.
—Pues mira, esa no era toda la historia. Esto muestra a los gigantes liberando a los lobos.
—¿Están libres?—comentó Mimir mientras la siluetas de los gigantes rompían las cadenas de los inmensos lobos—¿esto es el pasado o el futuro?
—depende de cuando lo mires.
—hablas como todo un gigante…

—¿ves? Están a salvo en algún lugar de Vanaheim—señaló el joven.
—Bien, no es el primer lugar donde Odín buscaría.
—y ahí están persiguiendo el sol y la luna—una imagen idéntica a la del santuario exterior.
—viejos hábitos—Kratos se mantenía en silencio mientras observaba todo con atención.
—hasta que mira, alguien se roba la luna—la siguiente imagen fue Hati inmóvil.
—Atreus…—Kratos se empezaba a preocupar.
—¡miren, Hati no tiene nada que perseguir!
—y dicen que el robo celestial es un crimen sin víctimas…

Una silueta misteriosa se hizo presente liberando la luna de su prisión—no sé quién sea pero rescata la luna. Y la luna bloquea al sol.
—Un eclipse total—susurró Mimir—hace mucho que no veo uno de esos.
—pero luego persiguen una flecha y todo regresa a la normalidad—Atreus miró a su padre sonriendo en grande.
—¿todo esto que tiene que ver con…?—preguntó Kratos.
—estamos en eso—miró el mural nuevamente y había alguien sosteniendo una lanza en una inmensa batalla—bien aquí está el Ragnarök. ¿Miras quién lidera el ejército contra Odín? ¡Es Tyr! Si va a liderar en el Ragnarök significa que debe seguir vivo.