ᚲᚨᛈᛁᛏᚢᛚᛟ-22

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El joven siguió disparando en repetidas ocasiones hacia Kratos y esquivando los disparos de Atreus, el peliblanco frunció el ceño queriendo deshacerse del joven arquero pero viéndolo bien…apenas era un niño, no podía y…su padre. Solo haría lo necesario para protegerlo—¡basta!—exclamó con esperanza de que se detuvieran pero lo ignoraron por completo.

El peliblanco sacó ramas del suelo atrapando a Atreus en ellas—¡lo siento!—con fuerza lo alejó con cuidado de la batalla y Kratos se enfureció por ello.
—¡padre!—gritó Atreus mientras con sus espadas del caos Kratos intentaba dejarlo inmóvil con las intensas llamaradas de fuego.

El joven alzó sus manos soltando su arco en el aire y…detuvo las cuchillas con sus manos congelando las puntas de ellas—hielo—susurró Kratos—fue suficiente, suelta a mi hijo.
—no le haré daño, por favor…solo intento recuperar lo que es mío—dijo el peliblanco, por detrás Atreus se transformó en lobo soltándose de las raíces mágicas, en esa forma podría emboscar al impostor y lo hizo pero más hielo se interpuso en su camino donde picas de hielo le detuvieron el paso.

—¡Atreus!—exclamó Kratos alarmado y este regresó a su forma original.
—¡estoy bien! Concéntrate en él.

Kratos suspiró tranquilo y encendió las cadenas de sus espadas, ambos listos para el ataque dónde aunque el muchacho no quería quizá iban a matarse—¡majestad!—escuchó el joven de una voz conocida y Hildisvini apareció con Alvar forcejeando entre sus manos.

—Alvar—se distrajo por completo cuando Kratos logró rodearlo por completo con sus cadenas encendidas al rojo vivo, el joven intentaba regular su temperatura con hielo pero le estaba resultando muy doloroso—¡ESPERA, ALVAR!—se retorcía del dolor mientras Atreus se preparó para disparar.

Hildisvini se dio cuenta del asunto, lograron atrapar al impostor pero quedó sorprendido que soltó a su rehén de golpe—si tan solo me hubieras dejado explicarme, puerco desgraciado.
—pues eso debiste decir desde que te encontramos—el vanir se acercó a Kratos que ya tenía al peliblanco sometido con las cadenas alrededor de su cuerpo.

—no te muevas, no quiero lastimarte—dijo Kratos cuando vio a Hildisvini llegar hasta él.
—Suéltalo, Kratos, no es peligroso.
—¿Lo reconoces?—preguntó Atreus y el consejero asintió—no quería hacerle daño—el espartano lo soltó poco a poco apagando las cadenas en el proceso…el peliblanco cayó en el suelo debilitado y Alvar le ayudó a sentarse en el suelo.

—lo lamento…—añadió Atreus—¿el calor te debilita?
—si te rodean con una cadena al rojo vivo también te pondrías a gritar—susurró el peliblanco que quiso ponerse de pie, Kratos le extendió la mano.
—veo que fue un malentendido—dijo el espartano y el peliblanco le aceptó la mano para ponerse de pie.

Hildisvini se acercó lentamente mientras el peliblanco lo miró atentamente frunciendo su ceño en el acto—veo que involucras a tus amigos en temas que no deben, no me malinterpreten pero es peligroso esto—dijo de primera mano el joven mientras Hildisvini se siguió acercando—¿qué?

—eras apenas un niño de la altura de mi pierna la última vez que te vi…—susurró, el resto se quedó en silencio ante ese momento ese era de hecho uno de los gemelos que buscaban—yo, lamento no haber podido protegerte, me exiliaron del reino en forma de jabalí junto a Freya durante mucho tiempo. Y a ustedes.
—nos rescató nuestro pueblo, el que ustedes fueron incompetentes para ayudar…Alvar y Soren nos escondieron porque los Æsir intentaban matarnos—dijo el peliblanco—me entrenaron pero alguien debía tomar el trono, recuperar lo que Odín nos robó durante años…y me encuentro con que dices que hay un usurpador ¿yo? Tú me dijiste qué tenía el mismo derecho a ese trono como todos mis hermanos.

Ragnarök: El Ocaso de los dioses. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora