ᚲᚨᛈᛁᛏᚢᛚᛟ-33

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Kratos tardó horas pues todos tenían planes en los qué querían incluirlo pero se fue a casa con Mimir, Freya había prometido unirse a cualquier batalla qué quisiera, ella estaría en la casa de Sindri en caso de qué quisiera volver estaría en condiciones y limpia pues no se sentía muy lista para volver a su hogar.
—ya estoy extrañando a nuestro muchacho—dijo Mimir.
—¿Nuestro?
—¡él me dijo que soy como otro papá!
—se te olvida algo—dijo Kratos.
—¿qué cosa?
—Yo soy su padre, el único.
—qué rencoroso…¿qué haremos después?

—en tres días las personas tendrán su campamento fuera de la torre así qué empiezo a trabajar en mi casa—sentenció Kratos que acarició a las lobas cuándo las vio pero fue a casa.
—es un alivio qué ya no tendrás más dioses atravesando tu techo.
—ya se les había hecho costumbre—Kratos miró el agujero en el techo—cuando se derrita la nieve comienzo a trabajar—el espartano notó algo sobre la mesa y lo tomó—las notas de Atreus…
—pasó por aquí, antes de irse ¿dejó algo más?
—Dice qué le haga otra caseta a sus lobas porque las suyas están en el río…

—cierto, no pensamos qué literalmente están sobre el agua ¿lo harás, hermano?—preguntó Mimir muy interesado.
—bueno…son suyas y no sería correcto qué las mantenga descuidadas, él no querría eso.
—Eres muy diferente a de cuándo te conocí.
—he tenido un buen consejo desde entonces, hermano.

Pasando los tres días cómo se había dicho el hielo comenzó a alejarse del terreno y ahí estaba Kratos junto a los dioses vanir, Daven era el encargado del invierno y de bastante cerca las personas pudieron ver ese proceso en la costa este viendo de frente al imponente templo de Týr, el dios del invierno atraía todo el hielo hacia su mano en un cubo de hielo brillante y perfecto, cuándo todo estuvo descongelado Daven apretó su mano y el cubo despareció—bien, es primavera—dijo el peliblanco—el templo de Týr queda al descubierto y también el lago…¿qué opinan?

—Hay mucho por trabajar en todos los reinos—dijo Kratos—pero ya no tenemos un motivo para tener tanta prisa.
—Toda la razón, hermano.
—¿nos ayudarás?—preguntó Freya.
—En lo qué pueda, deberíamos iniciar de una vez pero quisiera tiempo para arreglar unas cosas en casa.

—disculpa, general Kratos—Lunda estaba frente a él—haremos un funeral para Brok en la taberna de Ræb en Níðavellir, hay qué despedir al gruñón como se merece.
—Ahí estaré—aseguró Kratos—¿vienes conmigo, Freya?
—Claro, después tengo un asunto qué atender y quisiera tu ayuda.
—lo qué necesites—Kratos y Freya estrecharon sus manos.

—yo iré a Vanaheim para levantar el reino, todavía queda mucho por hacer allá, cuando tengas tiempo visitanos—Daven se despidió de todos y se retiró.
—Yo ayudaré a las personas y a los Æsir en Vanaheim—dijo Sif—nunca creí que ver a los vanir y los Æsir trabajando juntos pero con ayuda de Hildisvini está siendo posible.
—¿Y tu hija?—preguntó Kratos.
—recuperó el Mjölnir y Sigrún la va a entrenar como valkiria, ha cumplido su sueño…—el espartano asintió con aprobación y la diosa se fue.

—yo me quedaré por aquí para ayudarles, en unos meses serán lo que fueron en el pasado—Freyr guiñó el ojo y caminó hacia las personas con toda la actitud—¡les tendremos una sorpresa con el templo!

—de hecho sería buena idea arreglarlo—susurró Mimir.
—ya tendrán mucho tiempo para eso, ahora tenemos cosas qué hacer—sentenció el espartano qué con compañía de Freya fueron a Svartalfheim…el reino estaba diferente con menos humedad pero todavía estaba contaminado por plataformas mineras que Kratos pensaba solucionar, el primer reino dónde iba a ayudar.

Llegando a Níðavellir los enanos comenzaban a salir y vieron a un par de dioses llegando al lugar—¡el dios de la guerra!—exclamó un enano.
—¿Vino para ayudarnos?—uno con valor se acercó a él.
—fue quién nos salvó de Odín.
—¿el general de los reinos? Es de verdad.

Ragnarök: El Ocaso de los dioses. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora