ᚲᚨᛈᛁᛏᚢᛚᛟ-34

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Llegando a Vanaheim la vibra era brutalmente diferente, en el campamento de Freyr, Sif y Hildisvini hablaban.
—¿les interrumpimos algo?—dijo Mimir.
—señora Freya, Kratos, Mimir—respondió Sif cómo saludo sostenía con una mano su largo cabello—me da gusto saludarlos. Estamos hablando de repartir la comida entre los templos, los vanir y los Æsir están trabajando juntos para reconstruirlo.

—¿por qué no están ahí precisamente?—preguntó Freya.
—porque son bastantes…Daven fue indulgente y convenció a los vanir que los Æsir no tienen culpa de las atrocidades de Odín—comentó Hildisvini—a nosotros nos dio la tarea de reconstruir la mitad de los templos y en el templo de Skaði se están quedando los Æsir ahí se armaron un campamento.
—y los vanir les ayudan para hacerlo, salió mejor de lo qué pensé.

—¿y Daven?—Freya miró el mapa cómo los Einherjar habían sido borrados de ahí.
—en su templo al norte de aquí, si van para allá sería bueno que disfruten del camino y si no, pueden pasar a los comedores comunitarios. Bienvenidos—añadió Hildisvini y los demás pasaron de ahí en silencio, era extraño escuchar la situación actual de Vanaheim.

—saben, estaba medio decidido preguntarle a Angrboda cuáles eran sus intenciones con el muchacho. Pero una mirada suya dijo más qué mil palabras—dijo Mimir mientras iban de camino al norte del reino y Freya se puso a reír.
—Es una situación con la qué padres y madres deben enfrentarse algún día, ahora le toca a Kratos—Kratos escuchó con atención y este pensó en ellos, estaba preocupado…Atreus de verdad estaba ¿enamorado? Si Freya tenía razón, su momento había llegado.

—Mimir ¿alcanzó lo qué hice? Para preparar a Atreus—preguntó Kratos con timidez.
—el muchacho con catorce años sobrevivió al maldito Ragnarök, debo creer que está mejor preparado que nadie.
—para sobrevivir claro…pero ¿para amar?—Mimir y Freya lo miraron atentamente.
—¿hermano?
—Angrboda…¿él?—el sabio suspiró y preparó su mente.
—bueno, hubiera querido ser un poco más abierto en ese tema…le enseñé lo necesario para qué sepa cómo se hace—Kratos lo volteó a ver.

—¿Le enseñaste al niño a cortejar?
—para ser sincero, hermano, le enseñé cómo a mí me gustaría cortejar.
—pues necesitará bastante suerte—terminó Kratos y Freya se comenzó a reír a carcajadas.
—¡hermano! ¿Cómo se atreven ustedes dos a dudar de mis habilidades para el amor?

—pues muy coqueto y todo pero de ustedes dos, Kratos fue el qué se casó. Tú dime el resto—Mimir dejó caer su quijada del impacto.
—bien jugado, majestad.

Pasando por Vanaheim y varios templos de la familia real en medio de la selva, los vanir y los Æsir, antes enemigos mortales ahora cooperaban en armonía total. Limpiando los templos y alzando lo qué el paso del tiempo había derribado, todo comenzaba a tomar más forma con pueblos en todos lados, vanir en todos lugares despejando caminos, cosechando y los Æsir siendo tan cercanos qué no se notaba la diferencia entre un pueblo y el otro…
Avanzando por todo el norte llegaron a una fortaleza con decoración de hielo entre las estructuras pese a estar en medio de la selva—Daven sabe poner su sello en su templo—comentó Mimir.
—su templo y su palacio, es más grande de lo qué recordaba—susurró Freya pero se notaba incómoda estando en su tierra natal, el peliblanco iba saliendo del palacio seguido por una legión de guerreros y sabios, Alvar y Soren iban a su lado. Erya iba junto a él.

—Freya, Kratos, Mimir, queridos amigos…me alegra que hayan venido, bienvenidos—dijo el peliblanco y se inclinó levemente ante ellos, los demás siguiendo a su rey les hicieron reverencia.

Erya no pudo con la emoción y se lanzó para abrazarlos—¡me alegra verlos! Freya, hermana—la diosa sonrió y abrazó de regreso a su hermana.
—Erya, te ves radiante y bella.
—tú igual, te ves mucho mejor sabiendo qué Freyr sobrevivió.
—trabaja duro en Midgard…mi hermano tontito—sonreía la diosa y miró al resto quedando melancólica en el instante, Erya también abrazó a Kratos y este abrió sus brazos confuso, nadie a excepción de su familia lo había abrazado antes pero debía aceptar las nuevas cosas por más extraño que le resultara todo…pero solamente pudo acariciar un poco su cabello en respuesta.

Ragnarök: El Ocaso de los dioses. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora