ᚲᚨᛈᛁᛏᚢᛚᛟ-8

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El Mjölnir se mostraba ante ellos por primera vez, el dios del trueno los había encontrado…
—¿puedo pasar?—preguntó bastante tranquilo de hecho, era enorme de gran peso quizá del tamaño de un barril, sin mayores armaduras y de aspecto descuidado…tatuajes y cabello pelirrojo…un dios mitad gigante tal como Atreus, que también tenía el cabello un poco rojo, de su cinturón trasero sacó una botella—tengo hidromiel.
—¡no seré buena compañía!—exclamó Kratos con molestia, una nueva invasión Æsir en su casa era el colmo, Thor suspiró.
—eh, de seguro tenemos mucho de qué hablar.

Kratos se irguió y dudando mucho su situación le susurró algo a su hijo, intangible ante los oídos del Æsir, el joven se metió primero a la casa y pese a que claramente era mala idea Kratos lo invitó a pasar con un ademán hecho con su hacha.
De fondo se escuchó a Atreus acomodando la mesa en medio de la casa por cualquier cosa…Thor miró dentro un poco antes de entrar teniendo que agachar su cabeza, la entrada era alta pero ese dios simplemente era una bestia de inmenso tamaño, Kratos entró después y cerró la puerta con el hacha. Quizá con la barrera era algo que Faye durante muchos años de matrimonio con ella es lo qud quería evitar, una visita así.

—que lindo lugar—mencionó el dios mirando el agujero en el techo pero el ambiente acogedor de una casa común y corriente, Kratos no respondió y le señaló a Thor para que tomase asiento, detrás de él un par de cuervos entraron al lugar y como si fuesen mascotas se apoyaron en una escalera cercana que tenían ahí.
Thor se sentó poniendo la botella de hidromiel sobre la mesa, Kratos le siguió apoyando su hacha en el suelo…Atreus miraba un poco pero debía buscar los vasos, se sentía muy nervioso pues en cualquier momento podía pasar algo parecido como lo de Baldur hace un par de años atrás.
Mjölnir fue puesto sobre la mesa y Leviatán igual…armas de los hermanos Huldra creadas y destinadas a enfrentarse. Atreus llegó en medio de la mesa y puso dos vasos en ella dando señal para que pudieran empezar a beber, Thor sirvió hidromiel en ambos vasos y estaba por darle uno a Atreus cuando Kratos tomó su muñeca con fuerza, el joven solamente supo ponerse a salvo del lado de su padre—pudiste haberlo dicho antes de servirlo—bajó el vaso y tomó el suyo para mover un poco el líquido y disfrutar su único aroma.

—¿por qué estás aquí?—preguntó Kratos mirando a Thor  al seguir oliendo su vaso y Thor suspiró.
—sólo intento ser amable—dijo con suavidad y llamó a uno de los cuervos que de inmediato se paró sobre la mesa, Thor solamente lo miró brevemente pero como con desagrado en su mirada y luego el animal se alejó volando—pareces ser—dijo señalando a Kratos—una persona tranquila y sensata—sumergió sus dedos en la hidromiel y los pasó por su martillo—eres…¿una persona tranquila y sensata?
—cuando el momento lo amerita—sentenció el espartano soltando levemente su arma al no ver un intento de ataque pero todos sus indistintos estaban al máximo…estaba en total alerta.
Thor rió un poco—sí…el momento lo amerita, sí—pudo terminar de decir eso cuando la puerta fue tocada con agresividad llamando la atención de todos los presentes, Thor miró a Kratos y este con una señal de cabeza le pidió a su hijo que fuera a abrir.
Atreus pasando por detrás de Thor, algo que había aprendido es que si había peligro mortal no tenía permitido escaparse de la vista de Kratos, su padre siempre debía poder ver cómo protegerlo. La puerta fue abierta lentamente y Atreus pedía con toda su alma que no fuera alguien peor…pero definitivamente era alguien peor.

Una silueta oscura estaba en la entrada vistiendo una capa, un hombre de edad avanzada…barba bien cuidada que a simple vista parecería indefenso. Pero llevaba un parche en el ojo derecho y una especie de broche entre las correas del parche, la runa de Fehu que era su total representación entre los mortales. El padre de todo y rey de los dioses Æsir: Odín, abrió sus brazos y como si fueran parte de sus tatuajes los cuervos se fusionaron con su carne—sabes quién soy—una voz profunda…el dios entró como si fuese su casa y tomó un banquillo que encontró primero—antes del invierno hubieron unos malentendidos, lamentables—tomó asiento—muy lamentables, pero creo que ahora tenemos una idea de con quién lidiamos…ahora—azotó su mano contra la mesa—¡lo que le hiciste a sus muchachos!—Thor habría pensado que su padre lo iba a defender pero—defensa propia…nosotros los Æsir vivimos para morir y aceptemos que eran bastante inútiles—Thor desvió la mirada y Odín azotó el vaso que tenía frente a él. Kratos se sintió extraño que pudiera hablar así de sus nietos…como si a ambos no les importara en absoluto, algo inimaginable para él con Atreus—pero lo que hiciste con Baldur…era valioso, mi mejor rastreador el más leal…sí había perdido el juicio pero era útil—Kratos lo entendió en sus palabras, Odín medía a las personas en lo útiles que le podían ser para sus propios objetivos aunque fueran sus propios hijos—estás en deuda ¿entiendes eso?—tomó el vaso y se bebió toda la hidromiel de un trago—estás en deuda, ya no me diviertes—señaló a Thor y bajó el vaso.

Ragnarök: El Ocaso de los dioses. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora