24: Antes

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Jamás imaginé que llegaría este día donde apostaría yo toda mi vida
Por amarte, y por hablarte otra vez...
¡Pero qué rayos ya perdí todo mi tiempo! Y por mis errores ahora estoy sufriendo.
Quisiera regresar...

Pero antes de andar, y salir de tu vida, y andar solo
¡Ay! Quisiera llorar, y sacarme de adentro tus besos, tu cuerpo.

Antes de olvidar
Quisiera llorarte, una vez más, y soñarte.
Antes del libro cerrar
Quisiera contarte que no me gustó su final. Antes...
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Obie Bermudez
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Aquella mañana Harry se despertó muy temprano, a pesar de que en realidad no había dormido casi nada por la emoción que invadía cada parte de su ser; su mente recordaba cada suceso vivido con London el día anterior... El corazón le latía frenéticamente sólo de pensar que pronto la vería. Se arregló con esmero, la verdad es que él nunca había sido presuntuoso en cuanto a su arreglo personal, sin embargo también era cierto que no quería que London pensara que su padre siempre andaba desaliñado (Aunque realmente así fuera.) - ¿Estás seguro que sólo lo haces por London? - terció socarrona la vocecita en su cabeza. Harry frunció el entrecejo frente al espejo.- ¡Por supuesto que es sólo por ella! - zanjó antes de que la voz dijera algo más.
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Se apareció en la acera del parque que estaba frente a la casa de los Lupin, caminó hasta la verja del jardín y ésta se abrió en cuanto él pensó en la contraseña. Cuando entró en el vestíbulo de la casa escuchó voces provenientes del salón, pero al parecer nadie advirtió que él acababa de llegar así que aprovechándose de esto se dirigió hacia las escaleras para ir en busca de London; para su mala suerte en el instante que pisaba el primer escalón la voz de Luna lo sobresaltó.

- ¿A dónde se supone que vas, Harry Potter? - inquirió recelosa la rubia.

- ¡Rayos! - maldijo por lo bajo el ojiverde.

- ¿Qué dijiste? - terció Luna, entornando sus ojos azul grisáceo.

- ¡Buenos días, Luna! - regresó a verla, forzando una sonrisa.

- ¿Buenos días? - ironizó la rubia.

- ¡Oh, disculpa! ¿Buenas madrugadas? - repuso sarcástico Harry.

- ¡Qué chistoso! - rió con sarcasmo Luna, mirándolo con advertencia.

- ¡Ya conoces mi gran sentido del humor! - ironizó esbozando una fingida sonrisa Harry.

- No, ya en serio... ¿Qué estás haciendo? - reclamó Luna.

- ¿Aquí?... McGonagall convocó a una reunión urgente - terció con tono ingenuo el ojiverde.

- ¡Eso ya lo sé! - espetó enfadada la rubia. - Pero será a las siete de la mañana, y en el salón - subrayó, haciendo un gesto con la cabeza para señalar el lugar.

- ¡Discúlpame por ser demasiado puntual! - terció sarcástico, alzando sus brazos de una forma insolente.

- No termines con mi paciencia, Harry - los ojos azules brillaron peligrosamente, el ojiverde hizo una nueva mueca provocadora.

- Me refería a que no puedes subir - aclaró Luna, con tono tajante.

- ¿Por qué no? ¡Voy a ver a mi hija! - le retó Harry, con los ojos llameándole.

La Sangre Que Nos UneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora