30: Perfect Enemy

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Terminarás volviendo a mí una vez más
La razón es que ya no puedes esconderte
******************************Kai (Exo)

Una joven mujer caminaba con premura por las calles del Londres muggle... Su respiración era agitada, quizá por la prisa de sus pasos, y aunado el hecho de que constantemente volteaba para cerciorarse de que nadie la siguiera. Tal vez estaba siendo paranoica, pero definitivamente no podía dejar que nadie la reconociera; se acomodó mejor la mascada color tabaco que le servía para ocultar su llamativo cabello pelirrojo, y las grandes gafas de sol, que estaban absolutamente fuera de lugar debido a que como indicaba su reloj, que había consultado hacía poco, se acercaba la media noche... Pegó un sonoro respingo cuando chocó con una pareja de enamorados que caminaban sin fijarse mucho por estar siendo cariñosos uno con el otro, los jóvenes la miraron sobresaltados por el incidente, más sin embargo después de las rápidas disculpas que intercambiaron ya no la voltearon a ver. Sí, en serio era mucha su paranoia... ¿Quién la reconocería en el mundo no mágico? Se trató de tranquilizar, pero su corazón continuaba latiendo acelerado, y su cuerpo temblaba cada vez más; y no era precisamente por el aire frío de la madrugada, porque la gabardina color vino que llevaba puesta era muy abrigadora. No, esos escalofríos que la sobrepasaban hasta el alma eran más que por su paranoia, más que por la baja temperatura... Eran nervios, unos intensos, que estaban directamente relacionados con la persona con la que se iba a encontrar en un par de minutos.

Un joven hombre de cabello color rubio oscuro miraba impaciente su reloj, hacía más de una hora que había quedado por celular con la "comadreja menor" (como él solía llamarla burlonamente), que se verían media hora después de esa llamada, pero ella se había retrasado ya por cuarenta minutos. Estaba muy enfadado... ¿Cómo se atrevía aquella pelirroja a hacer esperar a Draco Malfoy? Pero que ni se le ocurriera siquiera pensar en dejarlo plantado. Vació por segunda vez su vaso de whisky, y se sirvió nuevamente... La verdad es que tenía que reconocer que esa bebida muggle le gustaba mucho.

La pelirroja llegó a la entrada del hotel muggle, estaba aterrada de estar a merced de Draco Malfoy; y es que su mera presencia la volvía frágil... Negó enérgicamente con la cabeza para alejar esas sensaciones de fragilidad y cobardía de su mente, aprovecharía el nuevo sentimiento de rabia consigo misma que le causaban las otras dos emociones. Se quitó las gafas de sol y la pañoleta que le cubría el cabello, respiró con profundidad y caminó hacia el lobby... Una vez dentro volvió a sentir aquella sacudida de temor en su interior, el recuerdo de que hacía casi seis años que no estaba completamente a solas, y sobre todo tanto tiempo en una misma habitación con Draco Malfoy, la golpeó; y era exactamente por aquella ocasión que ella había comenzado a sentirse frágil ante él. Apretó los dientes al igual que los puños en los bolsillos de su gabardina, y se repitió para sus adentros que ella había sido asignada a la casa Gryffindor, y ante todo que ella era una Weasley: Era Ginevra Molly Weasley. Mientras atravesaba con determinación el vestíbulo se le acercó una de las recepcionistas del hotel.

- ¿Puedo ayudarla en algo, señorita? - preguntó con amabilidad una joven rubia, que debía tener la misma edad que ella.

- No, gracias... Alguien me... ¡Mi primo me está esperando! - negó Ginny, tratando de sonar cortés; aunque se mordió la lengua porque ni siquiera supo por qué mintió al decir aquello, la recepcionista no parecía ser el tipo de persona que le fuese a importar a quién venía a ver.

- ¡Ah!... ¿Entonces ya sabe en qué habitación se hospeda? - la recepcionista insistió en ofrecer su ayuda.

- ¡Sí, le repito que él me está esperando! - remarcó un tanto irritada Ginny, y continuó caminando hacia los elevadores, dejando atrás a la recepcionista; quien regresó a ver a su compañera de trabajo con una expresión desconcertada.

La Sangre Que Nos UneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora