36: I'Ve Turned Into A Monster

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The Hunt has just begun

I won't show mercy on you

************************************Ruelle
*Imagine Dragons

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Draco se encontraba en la habitación de hotel donde las últimas semanas se había estado viendo con Ginny. Ni siquiera sabía cómo había podido llegar hasta ahí, porque el pánico que estaba sintiendo en aquellos momentos le había nublado los sentidos. Sentado a los pies de la cama sujetaba su cabeza entre sus manos, los recuerdos aparecían como flashes atacando su mente...

Al finalizar el festival de invierno París corrió directo a sus brazos; el haber disfrutado de la actuación y alegría de su hija le había hecho olvidar un rato el enojo que sentía por la discusión que había tenido la noche anterior con Hermione. E incluso había borrado el mal rato que Ginevra le hizo pasar esa misma tarde, antes de que él se marchara de aquella habitación de hotel. Besó a París en la frente, y la bajó para disponerse a llevarla a cenar a algún restaurante, los dos solos, no tenía la menor intención de reunirse con Hermione, sabía de sobra que esa noche no arreglaría las cosas con ella.

- ¡Espera, Papi! -exclamó la pequeña rubia cuando Draco la conducía aprisa hacia las puertas del teatro, obligándolo a detenerse.

- ¿París, a quién buscas? -preguntó intrigado el rubio al notar que su hija miraba ansiosa entre la gente, y que ni siquiera parecía interesada en que él la había llevado al lado contrario de donde estaba Hermione.

- A la maestra Willow -apuró la niña, parándose de puntitas para ver mejor.

- ¿A quién? -respingó con el entrecejo fruncido Draco.

- A mi profesora de música y teatro -aclaró impaciente París.

- ¿Cómo dijiste que se llama? -Draco alzó las cejas.

- Willow Snow-White -respondió la pequeña, buscando desesperada entre la multitud que se desplazaba hacia la salida.

- ¿En serio así se llama? -terció soltando una risilla burlona Draco.

- No... Willow sólo le digo yo, porque para mí ella es alguien muy especial, y yo quiero ser igual de especial para ella -explicó ilusionada París, que no había entendido que la burla de su padre recaía en el apellido de la profesora.

En ese momento los ojitos grises brillaron, al parecer por fin París había encontrado a la maestra de teatro.

- ¡Mira papi, ahí está! -exclamó la niña dando saltitos y señalando hacia el fondo del escenario. Draco vio a lo lejos a dos mujeres; una por su llamativo traje sastre asemejando al de Santa Claus, supo que se trataba de la directora del colegio. La otra en cambio vestía un sobrio vestido negro.

- Es ella, mi maestra favorita... La profesora Wilhelmina -dijo emocionada París. Draco apenas iba a fijarse en el rostro de la profesora cuando el nombre de Wilhelmina hizo eco en su mente, y no entendía por qué, pero de repente se vio transportado al pasado, a muchos años atrás... Al verano de 1991, antes de entrar a Hogwarts.

El sol acababa de ponerse, las aguas del lago estaban teñidas de colores rojizos, y el viento soplaba peinando el pasto en el que estaban sentados él y una niña de cabellos oscuros y piel muy blanca.

La Sangre Que Nos UneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora