28: Eres Mi Todo

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Necesito tu amor
Te prometo mientras te miro a los ojos
Que estaré a tu lado
Sólo a ti amaré
Y te protegeré con todo mi corazón.
Cariño necesito tu amor
Sólo tu amor es suficiente para
Incluso si debo perderlo Todo
Yo nunca te dejaré marchar
Eres mi todo mi amor
Sólo te veo a ti
Cuando pienso en ti sonrío
Eres mi todo, mi corazón
Me has capturado
Eres más hermosa que un ángel
Sólo a ti amaré.
****************************슈퍼주니어💙Super Junior

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- ¡Harry! - Había sido el grito de la tierna vocecita de London el que los hizo voltear a ver sobresaltados hacia las escaleras; en aquel preciso momento el ojiverde se incorporó inconscientemente del sillón, y lo único en lo que podía pensar era en la pequeña castaña que corría hacia él, y cuyas pupilas esmeraldas estaban iluminadas y conectadas con sus ojos, que también brillaban radiantes. Harry extendió instintivamente los brazos para recibirla, la niña llegó hasta él y se le lanzó a los brazos, como lo había hecho la mañana anterior; sentía el corazón de London latiendo fuertemente, chocando contra su pecho, donde su propio corazón parecía querer salirse por la emoción.

- Ayer te fuiste sin verme - susurró repentinamente en su oído la pequeña castaña, con un tonito que era una mezcla de tristeza y cuestionamiento. Harry abrió los ojos impactado, evadiendo los de London buscó encontrarse con la mirada de Hermione; ella aún los observaba con sorpresa por la inesperada irrupción de su hija.

- ¡Lo siento mucho! Te juro que... Me vi obligado a irme - dijo trastabillando Harry, por fin atreviéndose a sostenerle la mirada a London; la niña arqueó una ceja, luego alternó su mirada de Harry a Hermione, y de Hermione a Harry. La castaña se mordía el labio inferior sin piedad, esquivando los ojos de su hija, y mirando asustada y a la vez con reproche al ojiverde, porque intuía lo que esas palabras le habían dado a entender a London.

- ¿Te obligaron a irte? - terció finalmente la pequeña castaña, regresando a ver significativamente a su madre; Hermione pegó un sonoro respingo, no se había equivocado en su presentimiento. Harry de inmediato regresó a ver a la castaña; con sus ojos esmeraldas dilatados y una expresión de culpabilidad en el rostro.

- Entonces París tenía razón... ¡Mi mamá te corrió! - sentenció a continuación London, sin dejar de ver acusadoramente a su madre; los ojos marrones la miraron llenándose de lagrimitas.

- ¿Qué? ¡No! ¿Por qué crees eso? - exclamó Harry, viendo alarmado a London; sintiendo la intensa mirada de Hermione puesta sobre él.

- París me dijo que los encontró platicando, y que algo malo debiste decirle a mi mamá, porque ella se quedó muy enojada cuando te fuiste - explicó London viendo a Harry, él volvió a dirigir su mirada hacia Hermione, cuyos ojos se abrieron impactados por esta nueva revelación de su hija. - Pero yo estaba segura que había sido al revés... Que había sido ella la que te dijo algo malo... ¡Por eso te fuiste! - concluyó la pequeña castaña, cruzándose de brazos; no obstante esta vez no regresó a ver a su mamá. Hermione sintió una fuerte sacudida en su interior al escucharla decir aquello tan firmemente, como si algo le hubiese dado un pinchazo en el corazón; y no era que la noche anterior no hubiesen discutido al respecto, pero no por eso esta vez dolió menos.

- No, no fue así como sucedieron las cosas - negó angustiado Harry, viendo primero a Hermione y luego a London; la niña contrajo el entrecejo y lo miró expectativa.

La Sangre Que Nos UneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora