La Sangre Que Nos Une

39:Hope Is a Dream That Never Sleep

Estoy preparado
Ya me tragué la pena y el dolor
Sólo te mostraré mi cara sonriente
Que veas que ya ni siquiera me duele
Siempre mantendré el sueño que quiero cumplir contigo
Y trataré de llamarte incluso si estás fuera de mi alcance
Te amaré con todo mi corazón
***************************************KyuHyun

El atardecer había llegado... Dentro de La Madriguera la emoción por la cena de Noche Buena estaba al máximo; los pequeños hijos de Bill, Charlie y Percy corrían por toda la casa, mientras sus padres estaban con el suyo ultimando detalles, y sus madres le ayudaban a la señora Weasley a preparar los deliciosos guisos que degustarían aquella noche.

Harry se encontraba sentado en el tercer peldaño de las escaleras, enfrente de la entrada principal de la casa. Se tronaba los dedos a cada rato, se sentía demasiado ansioso... Sólo había podido hacer un pequeño trato con Ginny: Por esa noche él iba a portarse como un novio normal delante de la familia Weasley, pero anunciarían su ruptura antes del fin de año.

Encima estaba lo que Luna le había comentado cuando fue por London; la rubia se había aparecido en su departamento diciendo que su amiga le había pedido de favor que recogiera a la niña.- ¡Grandioso!-Hermione continuaba evitándolo, pero lo que más le molestó al ojiverde es que ni siquiera pasaba del medio día cuando Luna llegó. No obstante el enojo no le duró mucho porque el enterarse que Hermione asistiría a la cena en La Madriguera; junto con Draco, sus hijas y sus padres. ¡Era lo último que le faltaba! Esto sólo vino a incrementar la ansiedad que de por sí ya sentía.

La amable voz del señor Weasley dándole la bienvenida a Remus, a Nymphadora, y a Reny; lo sacó de su ensimismamiento. Si ellos habían llegado eso indicaba que Hermione y London no tardarían, a partir de ese momento los minutos que pasaron se le hicieron eternos. La sala comenzó a llenarse de caras familiares, y Harry permaneció recargado en la pared cerca de la puerta... De pronto oyó la melodiosa risita que reconocería en medio de todas las risas del mundo, sus ojos buscaron por instinto a London, pero fue Hermione la primera en entrar.

Los ojos marrones se encontraron de frente con los esmeraldas, el corazón de Harry se detuvo, y quizá fue su desesperación por obtener una emoción de parte de Hermione, que creyó percibir que el corazón de ella latía con rapidez.

London entró detrás de su mamá, y al notar que se había quedado clavada al piso, regresó a ver hacia dónde ella estaba viendo y se encontró con su papá Harry; la pequeña se extrañó pero comenzó a alternar su mirada de uno al otro, observándolos curiosa.

Sin embargo la mágica conexión en la que los mantenían sus ojos se rompió tan cruelmente como se rompe una burbuja de cristal, o se despierta de golpe de un hermoso sueño.
Ginny apareció y se abrazó al hombro de Harry.
Draco también irrumpió en la escena, al llegar con París de la mano y pasar su brazo por la cintura de Hermione; ella cerró sus ojos sintiendo sus pestañas humedecerse, tenía ganas de llorar, pero trató de mantenerse. Harry desvió su mirada, no había podido soportar la imagen que estaba frente a él, no podía siquiera respirar por el horrible escozor que estaba sintiendo en el pecho.

- ¡Bienvenidos! -exclamó con tono cordial Ginny. Draco se adelantó y le tendió la mano, luego le besó caballerosamente el dorso cuando la pelirroja le extendió la suya.

Hermione se sorprendió tanto que por unos segundos se quedó con la boca ligeramente abierta. El entusiasmado grito de Reny llamando a London y a París para que se fueran a jugar con ella fue el que la hizo recobrarse del asombro.