La Sangre Que Nos Une

27: Seré Valiente Si Puedes Fingir Que Me Has Perdonado

Sé que te decepcioné una y otra vez
Sé que nunca te traté realmente bien
He pagado el precio, todavía lo estoy pagando cada día
Así que tal vez no debí haber llamado
¿Fue muy pronto para decirlo?
¡Oh qué rayos! Eso no importa
¿Cómo redefinimos algo que en realidad ni siquiera tuvo un nombre?
¿Tu opinión ha cambiado?
Porque ya no te conozco
No reconozco este lugar
Los marcos de las fotos han cambiado
También tu nombre
Ya no hablamos mucho
Seguimos huyendo del dolor
Pero qué no daría por ver tu rostro de nuevo.
***************************Savage Garden
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Harry se había despertado sintiendo una especie de adrenalina correr por sus venas... En sus sueños no habían dejado de resonar como un eco esas últimas tres palabras que Hermione le había dicho la noche anterior: Te veré Mañana.
Con el corazón latiendo frenéticamente se incorporó de la cama, miró el reloj que estaba sobre la mesilla de noche, el cual en medio de la penumbra en la que se encontraba la habitación resaltaba con luces azules neón, que eran las 6:00 de la mañana. - Dos horas - pensó. Distraería las ansias que sentía fraguando una conversación en su cabeza, porque tenía que planear la mejor forma de no arruinar esta oportunidad, como lo había hecho la mañana anterior; debía contenerse el rencor, los celos... Y esa revolución de sentimientos que tenía cada vez que hablaba con Hermione. Después de todo debía agradecer al cielo que ella hubiese cedido primero después de la última discusión.
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Cuando el ojiverde llegó a la entrada del parque, el cielo había pasado de ser color azul zafiro a un azul más claro; impaciente consultó el reloj en su muñeca, que le indicó que aún faltaban cinco minutos para las ocho de la mañana. Respiró con profundidad e intentó aguardar con calma, pero no pudo evitar que su mirada se desplazara en varias direcciones, preguntándose cómo llegaría Hermione hasta ahí. Quizás se aparecería, ya que lo más probable es que fuera sola. Luego desechó esa idea al recordar que ella estaba embarazada; sintiendo cómo la sangre en sus venas ardía, tampoco se pudo negar que en el corazón el hecho aún dolía. De pronto fue sacado de sus pensamientos cuando una voz femenina mencionó su nombre.

- Harry - pronunció con vacilación la joven, los ojos esmeraldas se abrieron con sorpresa al verla ahí parada; con un vestido color beige estampado con pequeñas flores de un amarillo intenso, que combinaban con su suéter amarillo pastel, y sobre todo hacían juego con sus tirabuzones rubios y resaltaban sus pupilas azul grisáceo, que en aquel instante lo miraban con nerviosismo.

- ¿Luna? - respingó desconcertado Harry.

- ¡Hola!... ¿Llevas mucho rato esperando? - dijo la chica sonriendo, o al menos eso intentó pues sólo consiguió hacer una extraña mueca. Harry terminó de salir de la sorpresa comprendiendo por qué Luna estaba ahí: ¡Ella había ido en lugar de Hermione!

- Debí suponerlo... ¡Era demasiado bueno para venir de Hermione! - ironizó, negando con una sonrisa sarcástica en el rostro y las manos en los bolsillos de la sudadera color azul marino; entonces se dio la vuelta dispuesto a marcharse.

- ¡Espera, no te vayas! - exclamó alarmada Luna. Harry se detuvo soltando una ácida risilla, regresando a verla, la rubia se sobrecogió un poco al notar que los ojos verdes refulgían peligrosos.

- ¿Quieres darme el recado de Hermione? Porque no es necesario... ¡Ahora mismo voy a buscarla! - terció apretando los dientes.

Los ojos azules de Luna se dilataron momentáneamente pero al instante se entornaron y clavaron en él, en tanto que sus mejillas se ruborizaron intensamente, pero no exactamente por pena. - En primer lugar, no sabes dónde se encuentra Hermione... - señaló. Harry quiso rebatir pero la rubia prosiguió. - ...En este momento. Y dos, ella no me pidió que viniera en su lugar, fui yo la que le pedí venir - aclaró tajante.