35: Always

160 9 0
                                    

Sí, siempre esperé y esperé que vinieras a mi mundo
¿A dónde van esos pasos resplandecientes?
Eres mi respirar
Un Sueño del que no quiero despertar
Te tendré en mis brazos para siempre.

eres todas mis estaciones juntas.
**********************************
슈퍼주니어
*Super Junior

Harry soltó un suspiro hacia la puerta, listo para la reacción de Hermione; era consciente de que como siempre había llegado antes de la hora que ella le había dicho que podía pasar por London. Pero honestamente Hermione también tenía que ser consiente que él ansiaba estar aunque fuese sólo un segundo más con su hija.

Sacando su valor de Gryffindor alzó sus nudillos para tocar la puerta, cuando inesperadamente ésta se abrió... Sus dilatados ojos esmeraldas se encontraron de frente con las pupilas marrones de Hermione.

- ¡Hola! -saludó instintivamente Harry, mostrando su sonrisa más encantadora; aunque la verdad sonreía de esa forma porque se había puesto nervioso por haber sido sorprendido.

- Hola -respondió Hermione, tratando de concederle una sonrisa que sólo resultó ser un fallido intento.

La sonrisa en los labios del ojiverde se desvaneció automáticamente.

- Sé que llegué más temprano de la hora que acordamos, pero... -se disculpó Harry, creyendo que aquel amago de sonrisa había sido producto de la molestia que le había ocasionado a Hermione verlo ahí antes de lo previsto.

- Pasa - lo interrumpió la castaña, haciéndose a un lado para que él entrara. Los ojos verdes se volvieron a dilatar, ahora Harry estaba convencido que Hermione se había enojado.

Sin embargo mientras se dirigían a la sala notó que la expresión de Hermione más que de enojo era de tristeza. Sumándole las violetas ojeras que la castaña había tratado de ocultar con maquillaje.

- ¿Hermione, te pasa algo? -se atrevió a preguntarle Harry.

- ¿Qué? - la castaña dio un respingo, regresándolo a ver sobresaltada.

- Que si te sientes mal, porque... - repitió el ojiverde.

- Por supuesto que no -negó con tono agresivo Hermione. Harry se percató que la chica había desviado su mirada y se mordía incisivamente el labio inferior.

- ¿Estás segura? -insistió el ojiverde, aunque sabía que se estaba pasando, y si antes Hermione no se había molestado con él ahora seguro lo haría.

- Sí -remarcó Hermione con un dejo de enfado. Por ese tono en su respuesta Harry supo dos cosas: En primera, que definitivamente Hermione no estaba bien. Y dos: Que ahora sí se había disgustado por su causa. A pesar de eso sus ojos continuaron escudriñándola, en serio comenzaba a preocuparse por ella.

Al llegar a la sala Hermione lo enfrentó con una peligrosa mirada. "¡Rayos, lo había descubierto!" Harry volvió a esbozar aquella encantadora y nerviosa sonrisa, los ojos marrones se entornaron en él como si le reclamaran una explicación, su sonrisa se esfumó y él se sintió en apuros... Pero para su buena suerte su pequeña hija vino a su rescate.

- ¡Harry! -exclamó alegre London. Sus padres voltearon a verla al mismo tiempo. La niña llegaba hasta ellos dando saltitos como un ciervo, lanzándose a los brazos del ojiverde.

La Sangre Que Nos UneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora