Frio

El frio comienza a recorrer todo mi cuerpo de forma bruzca y repentina.

Mis parpados se sienten pesados pero con un poco de esfuerzo logro abrir mis ojos.

Mi frente se siente pesada, hasta que mi visión se recupera completamente pudiendo ver que ocurre, lo primero que veo es mi volante.

Inclino mi cabeza asustado, pero un fuerte dolor empieza a extenderse por todo mi cuello.

Me inclino lentamente hacia atras en mi asiento, siento un liquido bajar por mi frente hasta llegar alrededor de mis labios.

Sangre.

Uso uno de mis dedos para comprobarlo y veo el color rojo en ellos.

Al frente mio esta un gran árbol y la carroceria de mi carro totalmente abollado y destruido.

Abro la puerta para poder pedir ayuda pero un puzante dolor vuelve a torturarme este proviene de mi abdomen a mi pecho.

Bajo la mirada y hay pequeños cristales pegados a mi abdomen y pecho, haciendo derramar un poco de sangre, miro rápidamente al frente de nuevo y me doy cuenta que mi retrovisor se ha roto y los cristales se incrustaron en mi cortandome.

Levanto mi mano para sacarlo, hago una mueca de dolor, por suerte los cortes no fueron tan profundos, los saco suavemente, y el sangrado brota al sacarlos.

No puedo moverme, el dolor se extendio por todo mi cuerpo y es insoportable, no se donde esta mi teléfono, ni si quiera se como paso todo esto, iba manejando con total precaución y una gran camioneta se atraviesa en mi camino chocandome, aparentemente el conductor se dio a la fuga por que ni se limito a ver si estoy bien.

El sangrado continua y puedo sentir como mis parpados se sienten pesados.

¿Morire? ¿Me desmayare? No tengo idea, estoy en medio de la nada y solo, totalmente inmobilizado por el fuerte dolor, cierro mis ojos de nuevo.

–¡Hey! —escucho una voz a lo lejos pero lo ignoro, solo quiero dormir—

—¡No! No te duermas —escucho la puerta abrirse, el frio colandose al abrir la puerta me hace temblar inconcientemente—

—Abre los ojos muchacho, vamos —es una voz masculina, abro nuevamente mis ojos lentamente para ver quien es pero mi vista es nublosa—

—La ambulancia ya viene en camino, estaras bien —me alienta esa voz—

—Hace frio —consigo decir—

Ya mi vista se desnubla, y veo al chico a espaldas de mi revisando su celular.

Lleva una campera negra con su capucha puesta, se gira hacia mi, pero no puedo ver su rostro por la oscuridad de la noche, hay luz pero solo son los alumbrados que apenas le da.

—Ten —se saca su campera pasandolo por sus brazos, inclinándose un poco hacia ami, me cubre con la misma, tapando mi cuerpo—

Sigo sin poder ver su rostro por la oscuridad.

—Ya tienes dos excusas para hablarme despues —lo escucho reirse—

Seguido de eso a lo lejos oigo las sirenas de la ambulancia venir, lo cual es un alivio, la somnolencia vuelve a apoderarse de mi, pero antes de que me gane y cierre los ojos, miro a mi costado donde estaba aquel chico, no hay nada de el, ni un rastro ¿Se fue? Tal vez si, pero me salvo del frio y llamo a la ambulancia.

Solo quiero curar estas heridas y estar en casa.

IMPREDECIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora