Dylan

Despues de un largo viaje regreso nuevamente a mi apartamento, agradezco que todavía sea de tarde y no haya anochecido para poder descansar bien e ir a la universidad mañana sin estar somnoliento.

Llegando a mi piso a traves del ascensor camino hasta mi puerta y saco mis llaves de mi bolsillo para abrirlos.

Entro prendiendo las luces y pego un brinco al ver quien esta sentado sobre la mesa de la cocina.

—Hola Dylan, ¿Donde has estado? Te extrañe

—Ehh, ¿Como?, ¿Entraste?

—Digamos que tengo habilidades con las puertas

—Ya veo

—¿Como estas?

—Bien, ¿Y tu Moises?

—Mal, no he sabido de ti estos dias, me abandonaste sin decir nada —hace una voz dramatica lo cual me hace reir—

—Solo me fui dos dias

—Ya es una eternidad para mi —Moises se levanta de la mesa acercandose lentamente a mi—

El lleva un atuendo negro, que le queda muy bien para mi gusto, su rostro varonil con sus ojos negros que transmiten calidez pero a la vez peligro.

—¿Que haces? —pregunto al ver que estamos muy cerca, nuestras caras a centímetros—

El no me responde y me agarra de las mejillas pegando sus labios a los mios, un beso posesivo pero a la vez con emociones, como si estuvieramos reviviendo todo lo que sentiamos, pero no podemos simplemente dejarnos llevar sin explicarnos las cosas.

Me despego de el —Moises

—¿Que pasa? —el me besa el cuello suavemente—

—Te quiero, pero es que...

El se detiene, mirandome fijamente.

—¿Ya no tienes sentimientos por mi?

—No lo sé aún, me gusta una persona pero verte a ti despues de mucho y que nos besemos solo—

—Revive lo que sentimos —termina por mi—

—Si, eso

—Esta bien Dylan, solo dejemoslo fluir sin presionar las cosas, yo también tengo mis confusiones

—De acuerdo —le sonrió—

—Preparate, quiero llevarte a un lugar

—¿Donde?

—Solo preparate, arruinare la sorpresa si te lo digo —el se sienta en mi sofa— vamos, ve a ponerte mas guapo de lo que ya eres —me hace un gesto para que me vaya—

—Okay okay, ya

Voy rápidamente hasta mi closet y escogo lo primero que encuentro, una franela morada con unos jeans negros.

Me los voy poniendo de apoco para que no se arrugen o algo por el estilo, y cuando ya estoy vuelvo nuevamente a la sala.

—¿Listo?

—Listo —le doy mi pulgar arriba—

Salimos del apartamento para subirnos a su camioneta, es de color negra, muy lujosa por dentro con todo tipo de tecnologías.

El comienza a poner el movil en marcha manejando por la carretera con total seguridad, le hecho un vistazo detallandolo, su camisa color negra y sus pantalones del mismo color hace contraste con su piel blanca haciendole ver como un chico malo.

IMPREDECIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora