Capítulo 4 ⛦

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Kaylee:

Le sonrío al cajero cuando termino de pagar por el desayuno, no son ni las seis de la mañana pero simplemente no podía seguir durmiendo por lo que salí a tomar aire y acabe en una cafetería. 

El cajero es guapo, cabello negro y ojos verdes que hipnotizan, sin contar los tatuajes en su brazo. Cuando me entrega la boleta puedo ver su número en ella, se llama Scott.

Una vez que tengo mi pedido decido volver al motel donde nos estamos quedamos, los chicos querían ahorrar por lo que pedimos una habitación con dos camas. Me tocó dormir con el idiota de Jason, quien no dejaba de roncar en mi oído, esa es una de las razones por las cuales me fui.

—Buenos días, mis amores —digo entrando, hay una sonrisa radiante en mi rostro.

—Cállate, Kays —gruñe el rubio teñido—. Déjame dormir.

—¿Qué hora es? —cuestiona Dean adormilado, se ve tierno intentando volver a dormir.

—Como las 5:45 —contesto desinteresada.

—¿De la mañana? —alega el mayor de los Winchester.

—No, corazón, de la tarde —ironizo—. Claro que de la mañana, les traje café y algo de comer —comento alegre—. Buenos días, Sammy.

—Hola, Kays Kays —suelta un bostezo.

—¿Adónde se va el día? —se queja Dean, ruedo los ojos—. ¿Dormiste anoche?

—Sí, por unas horas.

—Mentirosa —se levanta de la cama—. Yo estaba despierto a las tres y tú estabas sentada mirando por la ventana.

—Me gusta admirar la noche —me encojo de hombros—. La luna, las estrellas, el silencio.

—¿Cuándo dormiste por última vez? —pregunta Sam preocupado.

—Cuando estábamos en el auto luego de despedirnos de Lucas y Andrea —responde Jason por mi—. Antes de despertar debido a una pesadilla.

—No es importante, Jace —lo regaño, mentira ya que eso fue hace días—. No se preocupen por mi.

—Tu trabajo es mantenerme vivo, Kaylee —alega Dean, suelto una risa—. Así que te necesito alerta.

—Siempre estoy alerta —me encojo de hombros—. Regañen a Sam, tampoco duerme.

—Gracias, Kay Kay.

—¿Todavía tienes pesadillas sobre Jess? —pregunta el rubio—. Dame el maldito café, Kays —me lo quita—. Gracias eres un amor.

Me siento en la cama junto a mi hermano para entregarles lo que traje. Dean frunce el ceño al mirar la boleta, algo me dice que no tiene que ver con el dinero que gaste sino con el número escrito en ella.

—Sí, aún tengo pesadillas. Pero no es sólo ella, es todo —admite Sam, frunce el ceño al mirar el papel—. ¿Quién diablos es Scott?

—No empieces tu también —advierto.

—Respóndele a Sammy —agrega Dean con seriedad—. ¿Quién es ese Scott?

—Probablemente algún chico que encontró linda a mi hermana —Jason bebe de su café con calma—. Con el tiempo te acostumbras a que le pase eso, es como si tuviera un imán para atraer personas.

—Cállate, solo era el cajero —lo empujo levemente—. ¿Qué pasa, Sam?

—Solo el cajero —repite Dean con desagrado.

—¿Cómo es que siguen así de normal después de todo lo que hemos visto estos días? Había olvidado que este trabajo te consumía —responde pensativo—. ¿Esto nunca los desvela?

ᴅᴇꜱᴇʀᴠᴇ ʏᴏᴜ | ᴅᴇᴀɴ ᴡɪɴᴄʜᴇꜱᴛᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora