Capítulo 5 ⛦

1.3K 119 7
                                    

Dean:

Estamos en mi auto, el de Jason esta estacionado junto a este pero ellos no están a bordo. La castaña esta recostada en el asiento del copiloto durmiendo, por lo que me doy el placer de observar su rostro.

Es hermosa, no me cansaría de contemplarla. El beso en el avión se sigue repitiendo en mi mente y mentiría si dijera que no me gustaría repetirlo. Creo que nunca nadie había sido tan dulce y paciente conmigo como ella ese día, creo que conocí a un ángel.

Si todos los vuelos fueran así no me molestaría subirme a un avión con ella, tenerla en mis brazos mientras intenta calmarme.

Escucho como comienza a quejarse, su ceño se frunce en lo que empieza a moverse como pez fuera del agua. Me doy cuenta que esta teniendo una pesadilla... otra vez.

—Kaylee —la remuevo—. ¡Kaylee! —nada, me comienzo a preocupar—. ¡Despierta!

—¡No! ¡Lukas! —despierta de golpe, repara en su alrededor—. Maldita pesadilla.

—Sí, otra —le recuerdo.

—Mira el lado positivo —intenta sonreír—. Dormí un poco.

—No fue mucho más de media hora, Kaylee —le recuerdo—. Sabes que puedes hablar de eso conmigo.

—¿Hablar de mi ex novio muerto con el último chico que bese? No, no lo creo —traga saliva con dificultad—. ¿Llegamos?

—Sí, bienvenida a Toledo, Ohio —le respondo—. Los chicos fueron por algo de comer.

—Comer antes de entrar a la morgue, gran idea —hace una mueca—. ¿Qué crees que le paso a este tipo? —señala el diario donde esta encerrado Steven.

Intento no rodar los ojos, evita el tema de su ex novio, las pesadillas y el beso que nos dimos en el avión. En algún minuto vamos a tener que hablar sobre todo eso, pero por ahora quiero darle su espacio.

—Es lo que vamos a averiguar —dejo las cosas en el asiento de atrás—. Vamos, saca tu trasero de mi auto.

—Oh vamos —responde burlona—. Amas que mi trasero este en tu auto.

—Me gusta que tú estés en mi auto —enfatizo, sonríe de lado—. Vamos andando.

Entramos al edificio de enfrente seguido por los chicos, esperamos que Jason termine de mastigar una galleta para entrar a la morgue. Una vez allí hay un sujeto al cual saludamos.

—¿Puedo ayudarles? —cuestiona dándole un breve vistazo a la chica.

—Sí, nosotros somos los estudiantes de medicina —respondo rápidamente.

—¿Perdón?

—Ah, ¿el doctor Feiklowicz no se lo dijo? —frunzo el ceño—. Hablamos con él por teléfono. Somos de Ohio State —miento—. Él debe mostrarnos el cuerpo de Shoemaker, para nuestro artículo.

—Bueno, lo siento. Él está almorzando.

—Él dijo... ya sabe, no importa —me encojo de hombros—. ¿Le importaría mostrarnos el cuerpo?

—Lo siento, no puedo. El doctor regresará en una hora. Pueden esperarlo si quieren.

—¿Una hora? —hago una mueca—. Para entonces tendremos que ir de regreso para Columbus.

Esta por hablar cuando Kaylee se le adelanta, algo me dice que no me gustará esta parte.

—Este ensayo es la mitad de la nota, por favor —usa un tono de voz diferente, como si fuera una niña mimada—. Mi padre me va a matar si falló en esto, sé tiene que haber una forma de que pueda ayudarme.

ᴅᴇꜱᴇʀᴠᴇ ʏᴏᴜ | ᴅᴇᴀɴ ᴡɪɴᴄʜᴇꜱᴛᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora