Capítulo 16 ⛦

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Narrador omnisciente:

Kaylee suelta un bostezo cuando Dean frena el Impala frente a un restaurante. El cielo ya está oscuro y llevan un rato en la carretera, ella no lo admite en voz alta pero extraña su casa y a sus hermanos mayores.

—No olvides las cebollas extras —Dean le entrega dinero a su hermano.

—Amigo... —Sam lo mira con una mueca—. Nosotros somos quienes tendrán que viajar con tus cebollas extra.

Dean simplemente le da una sonrisa divertida y Sam baja del Impala seguido de Kaylee, ella se apoya en la ventana del piloto para darle un suave beso a Dean.

—Ve si tienen tarta —le pide él logrando que ella se ría—. ¡Tráeme tarta!

—Sí, corazón —le acaricia el cabello—. Veré si tienen —sigue su camino hasta el restaurante y se coloca junto a Sam—. Iré al baño, cómprale la dichosa tarta, por favor.

Sam afirma y la ve perderse en el pasillo. Kaylee frunce el ceño al ver las luces parpadeantes pero lo ignora ya que necesita ir al baño. Una vez que hace sus necesidades abre la llave para lavar sus manos.

—Kaylee... —escucha una voz detrás de ella, pero no hay nadie—. ¿Me recuerdas?

—Sal de mi cabeza.

—No estoy en tu cabeza y lo sabes —repite la voz masculina—. Quiero ayudarte.

—Déjame sola —intenta abrir la puerta pero esta no cede—. ¿Qué haces? Abre la maldita puerta.

—No puedes salir, no puedo dejarte salir —niega él, es una sombra—. Lo intente por las buenas.

Kaylee frunce el ceño cuando la sombra desaparece. Un escalofrío recorre su espalda y comienza a sentirse mareada hasta que todo se vuelve negro.

Dean frunce el ceño cuando la radio del Impala comienza a fallar, trata de arreglarla pero esta se termina apagando. Vuelve la vista al restaurante dándose cuenta que no hay nadie por lo que baja rápidamente.

Al ingresar se encuentra con todos muertos, pero no hay rastros de Sam o Kaylee. Va al baño donde encuentra la chaqueta de la castaña, patea todas las puertas de los cubículos sin encontrarla. Encuentra azufre en las ventanas y sale por la puerta trasera pero aún no hay rastros de ellos.

Los gritos de Dean resuenan por el lugar mientras se sujeta la cabeza. ¿Dónde diablos están Sam y Kaylee? ¿Se los habrá llevado aquel demonio? Va a perder la maldita cabeza.

✾  ✾  ✾

Kaylee abre los ojos siendo recibida por la oscuridad, entrecierra los ojos y observa a su alrededor, está en una especie de casa abandonada. Hay una pequeña lámpara en la mesa de la esquina y las cortinas están cerradas.

—¿Lucien? —cuestiona mientras se levanta—. ¿Dónde me trajiste?

—Creí que no habías reconocido mi voz.

La sombra oscura deja de ser una sombra y revela al hombre rubio que la chica vio mientras estaba en el limbo. La sensación de peligro comienza a abandonar el cuerpo de la castaña.

—Claro que la conocí, me tomo un tiempo pero lo resolví —admite ella con una risa—. Eres un demonio.

—Algo así.

—Pero me salvaste, me trajiste de vuelta a la vida.

—No todos los demonios son malos —razona él—. Y no soy uno de los malos.

—Eso de que solo te vería si estaba muriendo era una mentira —asume la castaña, él se encoje de hombros—. Me quiero ir.

—Te quedas —señala la mesa—. Tenemos que hablar sobre la sangre de demonio que llevas y del demonio de ojos amarillos.

ᴅᴇꜱᴇʀᴠᴇ ʏᴏᴜ | ᴅᴇᴀɴ ᴡɪɴᴄʜᴇꜱᴛᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora