ᴅᴇꜱᴇʀᴠᴇ ʏᴏᴜ | ᴅᴇᴀɴ ᴡɪɴᴄʜᴇꜱᴛᴇʀ

Capítulo 20 ⛦

Kaylee:

Ahora estamos en Colorado, un hombre fue asesinado en su casa y el apellido concuerda con un nombre en el diario de John así que decidimos venir a ver de que se trataba. Ingresamos a la casa de Daniel Elkins con linternas en mano. 

—Vaya desastre —comenta Jason al ver los papeles tirados en el suelo.

—Hay sal al lado de la puerta —informa Sam.

—¿Te refieres a sal anti-demonios o "uy, derramé un poco de sal? —cuestiona Dean.

—Claramente es un círculo. 

—Era un cazador —les digo mientras leo un diario—. Conocía a Oliver, su nombre está aquí.

—¿Su nombre? —repite Jason confundido, se coloca detrás de mi—. Maldito Oliver, veo que no conocíamos a todos sus amigos cazadores.

—Se parece al diario de papá —comenta Sam llegando a mi lado.

—Excepto que tiene fecha de los años 60 —agrega Dean a mi otro lado.

—Chicos, los adoro, pero también amo mi espacio personal —murmuro, no se mueven—. Siento la respiración de Jason en mi cuello, la de Sam en mi mejilla izquierda y la de Dean en mi mejilla derecha.

—Lo sentimos —se disculpan.

Cierro el diario y seguimos nuestro recorrido por la casa para tratar de averiguar que ocurrió. Llegamos a la habitación donde murió el sujeto, alzo la vista para encontrarme con el vidrio roto del tragaluz.

—Lo que sea que lo atacó, era más de uno —comenta Sam.

—Parece que luchó muy duro —agrega Jason, comienza a caminar por el lugar como si siguiera algo—. Hay marcas en el suelo.

—¿De alguien que agonizaba, tal vez? —sugiere Sam.

—Sí, quizá —toma un papel y usa un lápiz para plasmar las marcas del suelo—. Tal vez es un mensaje.

—Veo que no me lleve toda la inteligencia —bromeo acercándome a él—. Tres letras, seis dígitos.

—La ubicación y la combinación de un apartado postal —murmura Sam—. Una casilla de correo.

—¿Cómo saben eso? —pregunta mi mellizo.

—Así lo hace papá —responde Dean—. Y supongo que Oliver también, por eso lo saben ustedes.

—Lo aprendimos de nuestro padre —corrige Jason.

Ruedo los ojos ante la mención de ese sujeto, el solo pensar en él hace que me enfurezca y quiera tirar todo lejos.

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En el apartado de correos encontramos una carta dirigida a alguien con las iniciales JW y otra para JP, el segundo nombre de Oliver es James y suele usarlo más que el de pila. Los chicos están en el Impala debatiendo entre abrir o no los sobres y yo estoy fumando apoyada en un árbol.

Agudizo mi oído cuando creo escuchar pasos acercándose, tiro la colilla al suelo y la piso mientras le quito el seguro a mi pistola. Estamos en un lugar poco transitado por lo que no debería andar nadie rondando. Escucho el grito de susto de Dean y veo una figura de espaldas al Impala.

—¿Papá? —cuestiona confundido.

—No me dispares —pide John al sentir el arma en su cabeza—. Soy yo.

No sé si tomar eso como una señal para no dispararle o para dispararle. Inhalo profundamente, por mucho que lo deteste, no lo mataré.

—Maldición, John —reclamo bajando el arma—. Casi te asesino.