Capítulo 18 ⛦

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Kaylee:

Voy en el asiento del copiloto del Impala, estiro mi mano para acariciar el cabello de Dean mientras conduce. Los chicos vienen en el auto de atrás. Se supone que vamos por un nuevo trabajo que impuesto por John y Oliver. No nos dan señales de vida ni nos quieren cerca, pero nos envían sus problemas. 

—Probablemente te falto ver algo.

Miro mal a Dean, pero no lo nota ya que va con sus ojos fijos en la carretera. Llevamos un rato alegando sobre el lugar al que iremos, ya que aparentemente no hay nada fuera de lo normal.

—Busqué en LexisNexis, en los informes policiales, periódicos. No encontré ningún aviso de peligro —me encojo de hombros—. ¿Seguro que tienes las coordenadas correctas?

—Sí. Me fije de nuevo. Es Fitchburg, Wisconsin —alega por milésima vez—. No nos habrían enviado coordenadas si no fuese importante.

—Bueno, te digo que busqué —le digo con seriedad—. Sólo encontré una gran pila de nada. No tengo idea que nos envían a cazar.

—Tal vez nos encontremos con ellos allá.

—Sí, claro —suelto una risa irónica—. Porque siempre ha sido demasiado fácil encontrarlos.

—Te adoro pero estás siendo una cabezota —me mira por unos segundos—. Seguro hay algo en Fitchburg que valga la pena matar.

—¿Ah sí? ¿Por qué estás tan seguro?

—Porque soy mayor, significa que siempre tengo razón.

—Eso no es una razón valida —reclamo—. Ademas, sólo eres mayor por tres años.

Suelta una pequeña risa al ver mi cara de enfado, usa su mano libre para acaricia mi mejilla con delicadeza y sonrío sin querer. Es injusto, no puedo enojarme cuando me mira con esos preciosos ojos.

Fitchburg, Wisconsin

Estoy apoyada en el Impala junto a Sam, no hablamos, solo observamos nuestro alrededor, aunque de vez en cuando puedo sentir sus ojos sobre mí pero finjo no notarlo.

—Volvimos —Dean me extiende un vaso plástico—. Café sin azúcar, como te gusta.

—Gracias.

—¿Qué averiguaron? —les pregunta Sam.

—Bueno, la mesera cree que la masonería local está tramando algo —responde Jason entregándole un vaso—. Pero además de eso, no hay nada extraño.

—Me puedes decir la hora, ojitos lindos —pido sin dejar de observar a mi alrededor.

—Son las cuatro con diez —responde, aparta un mechón de cabello de mi rostro—. ¿Por qué?

—¿Ven algo raro aquí? —le pregunto—. Mire los juegos.

—La escuela terminó, ¿cierto?

—Sí —afirma mi mellizo—. ¿Dónde están todos? Debería estar repleto de niños.

Vemos a una mujer en una banca mirando como su pequeña hija se sube a los juegos, le hago una seña a Jason para que vaya a investigar qué ocurre. Vuelve a los pocos minutos informándonos que los niños están enfermando de gravedad.

✾  ✾  ✾

Los chicos se hicieron pasar por especialistas para ingresar al hospital y averiguar más sobre la enfermedad. Hay seis niños con presunta neumonía y pasa de hermano a hermano en menos de veinticuatro horas.

Ahora estamos en la casa de las últimas niñas que se enfermaron, no hay nadie por lo que no se nos hace difícil entrar. He notado a Dean algo tenso desde el hospital pero no me ha dicho nada y no quiero invadir su privacidad.

ᴅᴇꜱᴇʀᴠᴇ ʏᴏᴜ | ᴅᴇᴀɴ ᴡɪɴᴄʜᴇꜱᴛᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora