Capítulo 9 ⛦

407 46 15
                                        

Narrador omnisciente:

Han pasado un par de días desde aquel día a la orilla del río. El ambiente era cada vez más tenso y las dudas seguían creciendo. Dean despierta en medio de la noche al no sentir el cuerpo de Kaylee a su lado, la busca pero solo encuentra un trozo de servilleta.

—¡Sam! —lo despierta—. Se fue. Ella se fue.

—¿Qué? —Sam se restriega los ojos—. ¿De qué hablas?

—Estaba aquí hace unas horas y ahora no —explica Dean preocupado—. Solo dejo una nota.

Lo siento, chicos, pero no gano nada esperando respuestas, debo buscarlas y sé exactamente donde. No llamen a mis hermanos porque no saben nada. No intenten buscarme porque no lo harán. Manténganse con vida, volveré. Prometo que volveré.

–Kaylee.

—Debemos encontrarla antes de que...

—Dean, basta —lo frena Sam—. También me preocupo por ella, pero no quiere que la busquemos.

—¿Y a mi qué me importa eso? —alega Dean—. La buscaremos de todos modos.

—No podemos llamar a sus hermanos, dudo que haya ido con Ellen —niega Sam—. No sabemos que haría. Kaylee es todo un enigma y lo sabes, podríamos buscarla por meses y sería inútil.

—¿Y qué debo hacer? ¿Sentarme y esperar su llamada? —Dean suelta un bufido—. ¿Por qué no nos despertó? ¿Por qué solo se fue?

Sam parece entender el problema de su hermano, no es solo que se haya ido sino que no se haya despedido. Dean odia el hecho de que simplemente lo haya abandonado ahí, todo tipo de inseguridad inunda su mente. ¿Realmente volvería por él? No tuvo la decencia de despedirse, ¿acaso él no lo vale? ¿Qué tan iluso tenía que ser para pensar que ella estaría ahí siempre?

—Creo que solo dejo una nota para que no la detuviéramos —razona Sam—. Volverá, Dean.

—Sí, claro.

Dean no se haría ilusiones, era obvio que en algún punto ella se cansaría de aquel drama y lo dejaría. Él asume que en algún punto todos lo dejarían atrás, y ella no iba a ser la excepción.

✾  ✾  ✾

Días después de que Kaylee se fuera, Sam decidió seguir sus pasos e ir a investigar por su cuenta. Robo un auto para dirigirse al Road House para que lo ayuden a buscar más niños como él. Claramente la ausencia de ambos estaba volviendo loco de preocupación a Dean.

La campanilla del bar suena alertando a un par de cazadores cercanos, algunos reconocen a la castaña y dejan de mirarla. Ella se abre paso entre la gente buscando a un hombre en específico. Le llevó casi una semana poder rastrearlo y espera que siga en este bar de mala muerte.

Apenas Kaylee ve a Kieran sentado en la barra y se da cuenta que recuerda todo muy bien. Las veces que la lanzaba al suelo y pateaba su estómago hasta dejarla sin aire. Cuando le gritaba que era inútil, lenta y con mala puntería. Las cachetadas que marcaban sus mejillas. Les lanzaba cosas y ellos debían esquivarlas como entrenamiento. Cuando apagaba las colillas de cigarros en su piel. Los dejaba tirados en la carretera si no hacían bien el trabajo. Las duchas de agua fría. Incluso le rompió la nariz una vez por no cubrir bien las ventanas con sal.

A los doce años Kaylee dejó de respetarlo, le hacía frente y recibía los golpes de todos modos, pero ya no se quedaba callada. Mejoró su puntería y letalidad, se volvió la mejor cazadora entre sus hermanos. Kaylee dejó de ser la hermana menor indefensa hace muchos años y eso Kieran lo sabía.

ᴅᴇꜱᴇʀᴠᴇ ʏᴏᴜ | ᴅᴇᴀɴ ᴡɪɴᴄʜᴇꜱᴛᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora