ᴅᴇꜱᴇʀᴠᴇ ʏᴏᴜ | ᴅᴇᴀɴ ᴡɪɴᴄʜᴇꜱᴛᴇʀ

Capítulo 1 ⛦

Nueva Orleans
7 años después

Kaylee:

Aprendí por las malas a no dejar entrar a las personas a mi vida, mi hermana murió hace siete años y no es la única persona que he perdido en el proceso para llegar aquí.

Pero al menos nos libramos de cierto hombre que nos arruinó la vida desde el momento que nacimos.

—Hey, Kays —habla Jace, lo miro—. ¿Has hablado con Oliver?

—Dejó de llamar hace cinco días.

—¿No te preocupa? —cuestiona comiendo chocolate, le robo uno—. ¡Hey, son míos!

—Lo que es tuyo es mío, somos mellizos, es ley —le rebato, rueda los ojos—. Claro que estoy preocupada, he llenado el maldito buzón de voz –suelto un suspiro—. Iba a sugerir algo.

—¿Ilegal?

—No... por ahora —sonrío levemente—. Se fue con John Winchester, ¿lo recuerdas?

—El tipo que tuvo el mismo incidente años antes con su esposa —se refiere a la muerte de Olivia, asiento lentamente—. Él tenía hijos, ¿no es así?

—Bingo –lo señalo antes de comerme el chocolate—. Tal vez ellos sepan algo de su padre.

—No creo que sea el padre del año, tal vez es como Kieran.

—Papá es un imbécil desde que nació, nadie va a cambiar eso —frunzo el ceño—. Gracias al cielo nos dejo en paz cuando...

—Cuando murió mamá —finaliza por mi, asiento tímida—. ¿Alguna idea de dónde encontrar a los hermanos?

—Tomar nuestras armas, nuestro lindo auto y dinero —hago una pausa dramática—. Nos vamos a California.

—¿California?

—Sam Winchester dejó esta vida y esta allá, pero puede que sepa algo de su padre y si no, nos dará información de como encontrar a su hermano mayor.

—Chica lista —señala.

—Alguno de nosotros tenía que salir inteligente —bromeo—. Vamos, empaca tus cosas.

✾  ✾  ✾

Llevamos un rato en el auto camino a California, por lo que he investigado Sam Winchester vive con su novia Jessica, no he encontrado mucho sobre su hermano, solo sé que se llama Dean.

—He dicho lo mucho que odio tu cabello rubio.

—Unas mil veces desde que me lo teñí —me mira de reojo—. Busca un nuevo insulto.

—Nos arruinaste —lo molesto—. Eramos los mellizos perfectos hasta que quisiste ser como Ollie.

—No quise ser como Oliver —rebate, alzo una ceja—. Solo quería dejar el castaño, me aburrió.

—Haré que te creo —jugueteo con mi pulsera—. ¿Qué harás luego? Comprar lentillas azules así dejas de tener los ojos verdes.

—Suficiente, Kaylee.

—Hey, yo también odio todo lo que representamos —le digo con delicadeza—. El cabello castaño de mamá, los ojos verdes de papá, el apellido, el legado —niego con la cabeza—. Una capa de pintura no lo borrara.

—Quiero creer que lo hará.

—En ese caso, no debiste teñirte rubio —le digo molesta—. Es el color natural de papá, y lo sabes.