ᴅᴇꜱᴇʀᴠᴇ ʏᴏᴜ | ᴅᴇᴀɴ ᴡɪɴᴄʜᴇꜱᴛᴇʀ

Prologo ⛦

Lawrence, Kansas
7 años atrás

Kaylee:

Entro a mi habitación y lanzo mis zapatos lejos, me recuesto en la cama con un libro en la mano. Cualquier adolescente normal estaría leyendo una novela o algo por el estilo, bueno nosotros no somos una familia normal. 

Este libro trata sobre demonios y criaturas de ese estilo, los cazamos sin que la población normal lo sepa. No podrían con eso, nos creerían locos.

—¿Qué haces? —cuestiona una voz femenina.

—¡Livvie! —la regaño, mi mano esta a la altura de mi corazón—. No me gusta que aparezcas de la nada.

—Recuerda, debes estar atenta...

—Y preparada para todo —finalizo por ella—. Lo sé —cierro el libro—. ¿Qué quieres? ¿Vas a salir otra vez y quieres que te cubra?

—No, no saldré más a escondidas —asegura, alzo una ceja—. Quería hablar contigo, de hermana mayor a hermana menor.

—Ya es demasiado tarde para la charla sobre sexo, si a eso te refieres.

—¿Qué? –frunce el ceño—. No, no es eso —hace una pausa—. Pero ya que lo mencionas...

—Siempre usar preservativo, hacer pis luego de ello y no hacer algo por presión —la interrumpo—. Sé todo eso, ve al punto.

—Eres hermosa y malditamente inteligente, también algo ruda —acaricia mi cabello con cariño—. Solo quiero que sepas, que hay una vida fuera de esto, no tienes que ser cazadora si no quieres.

—¿Te irás? ¿Nos dejaras? —cuestiono rápidamente con algo de temor—. ¿Ollie se irá contigo?

—Hay tanto de este mundo que aún no sabes, desearía poder explicarte todo ahora pero solo te confundiría más —suelta un suspiro—. Espero que no dudes del amor que te tengo, y siempre estaré cuidándote.

—¿Te pusiste emocional? —intento bromear, sujeto su mano—. Yo también te amo, Olivia, demasiado.

—No escuches a papá, y definitivamente no le hagas caso a los chicos, tu eres la inteligente —suelta una risa—. Solo me puse sentimental, siempre que llego de misiones peligrosas me pongo así.

—¿Cómo fue todo? —reparo en el corto en su frente—. ¿Estás bien?

—Solo un espíritu bastante enojado —responde con simpleza—. Como sea, te dejaré para descanses.

—Nunca descansamos, somos cazadores.

—Tienes razón —deja un beso en mi frente, sus ojos se cristalizan—. Espero que encuentres a alguien que te quiera tal y como eres, mereces ser amada.

—¿Por qué esto suena a una despedida?

—No lo es, solo soy una tonta sentimental a veces —se apoya en el marco de la puerta—. ¿Te siguen gustando los colibríes? —cuestiona, asiento—. Cuando ya no esté a tu lado, encuéntrame en ellos.

—Hablas muchas tonterías, no me dejarás —sonrío levemente, apartando las lágrimas—. Buenas noches, blondie.

—Buenas noches, pequeña Kay Kay.

—No soy más la pequeña Kay Kay —le recuerdo—. Deje de serlo hace mucho.

—Quería decirlo una vez más —se excusa—. Buenas noches, brownie.

La veo salir por la puerta y vuelvo a lo mío, el sentimiento de que algo malo va a pasar no sale de mi pecho. Tal vez tenga algo que ver con mis pesadillas continúas o tal vez no, esta vida ya me esta pasando la cuenta.