Capítulo 16 ⛦

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Kaylee:

Chicago... adoro esta ciudad.

Pero no en estas circunstancias, estamos aquí debido a un nuevo caso. Un asesinato, el segundo en dos meses para ser exactos. Los chicos están vestidos como reparadores de alarmas, mientras nosotros llevamos nuestras placas de supervisores del FBI.

—Este es el lugar —dice Sam.

—Debo decir que papá y yo lo hacíamos bien sin estos estúpidos disfraces —se queja Dean—. Parezco un tonto en una obra de la secundaria.

—Yo iría a ver la obra solo por ustedes —volteo a verlos—. Se ven tiernos.

—No quiero verme tierno —alega el mayor, ruedo los ojos—. ¿Cómo era esa obra en la cual estuviste, Sam? ¿Cuál era? Nuestro pueblo —ríe levemente—. Estuviste bien, estuviste tierno.

—¿Quieres lograr esto o no? —rebate Sam—. Los chicos tienen ventaja por sus placas.

—Sí, podríamos usar eso y entrar por la ventana —espeta Dean—. Estos trajes me costaron dinero y esfuerzo.

—¿Por quién hablas? —le pregunto.

—Por nosotros, ¿crees que el fraude con tarjeta de crédito es fácil?

—Podrías buscarte un trabajo —señalo, me mira mal—. Cierto, cazar monstruos es tu trabajo.

—Carrera prometedora —ríe Jason abriendo la puerta del edificio—. Empecemos con la red de mentiras.

Luego de que mi hermano habla con la casera del lugar subimos hasta el piso de la fallecida, nos abre la puerta para que podamos entrar.

—Gracias por dejarnos mirar —dice Sam.

—Bueno, la policía local dijo que había acabado así que no hay problema —responde la morena—. Además, el FBI los estará supervisando.

—¿Qué opina de las alarmas? —cuestiona mi mellizo.

—No se ofendan —mira a los hermanos—. Pero sus alarmas son tan útiles como pechos en un hombre.

—Por eso estamos aquí —afirma Dean—. Para ver que falló, para que no vuelva a suceder.

—Señora, ¿usted encontró el cuerpo? —cuestiono, afirma—. Los reportes dicen que no fue altiro.

—Sí, fue unos días después. Llamaron del trabajo de Meredith porque no iba —señala—. Golpeé la puerta, fue cuando noté el olor.

—¿Alguna ventana abierta? —cuestiona Dean revisando el lugar—. ¿Señales de robo?

—Las ventanas estaban cerradas, como la puerta. La cadena estaba puesta, la cortamos para entrar.

—¿Y la alarma sonaba?

—Como dije, mal trabajo hace su empresa.

—¿Había muebles dados vuelta? ¿Cristales rotos?

—Todo estaba en orden, excepto Meredith —suspira—. Estaba por todas partes, en pedazos.
El que la mató debe estar muy loco. Pero si no supiera nada diría que lo hizo un animal salvaje.

—Señora, la importaría dejar que los chicos hagan su trabajo —señala Jason—. Mientras menos gente este aquí, será mejor.

—Como decirle que no al FBI.

Mi hermano la acompaña hasta la puerta en lo que los chicos abren su caja de herramientas para sacar, Dean saca el EMF.

—Así que el asesino entra y sale del apartamento. Sin armas, sin huellas.

ᴅᴇꜱᴇʀᴠᴇ ʏᴏᴜ | ᴅᴇᴀɴ ᴡɪɴᴄʜᴇꜱᴛᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora