Bella señorita

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Prólogo: Una típica historia cliché donde se conocen en la cafetería en la que trabajas, pero es suficiente para que Tangerine cambie su actitud por completo.

Word count: 863

–¿Quieres cerrar la puta boca por cinco putos minutos? ¡De verdad! Ya no puedo ni si quiera esperar en una fila sin que me estés hablando en el puto oído.–Se quejó Tangerine mientras Lemon y él esperaban en la fila de un café.

–Hoy despertaste más cascarrabias que otros días.–Rodó los ojos avanzando hacia donde estabas tu en la caja registradora.

–O tal vez eres tu quien no deja de joderme las putas bolas con—. Iba quejándose otra vez, hasta que se volteó hacia donde estabas tu y le quedaste viendo algo sorprendida e incómoda.

–Buenos días... ¿qué desean llevar?–Le preguntaste con una pequeña sonrisa.

–Yo... mis disculpas, hermosa señorita. Me disculpo por mi vulgar lenguaje.–Te dijo con una pequeña sonrisa y posando una mano en su pecho.–No era mi intención incomodarla de ninguna manera.

–No, está bien, tranquilo. Le sorprendería la infinidad de cosas que he escuchado o me han dicho trabajando aquí.–Reíste ligeramente.

–Eso está mal, nadie debería insultar a una mujer tan bella como usted, señorita. Es evidente que esas personas no piensan con claridad.–Te coqueteó sin dejar de sonreír, haciéndote reír algo nerviosa y agachando la cabeza para esconder tus mejillas sonrojadas.

No era algo común que te comportaras como una adolescente cuando alguien te coqueteaba, al fin y al cabo, no era la primera vez que lo hacían. Pero tampoco podías negar el hecho de que aquel hombre bien vestido y con bigote era muy apuesto, con esos ojos azules que sentías podían ver a través de ti.

–¿Y a ti qué bicho te picó?–Le preguntó Lemon viéndole incrédulo. Jamás había visto a su hermano de esa manera con nadie.

Tangerine le lanzó una mirada seria, para después voltearse hacia ti y volver a sonreírte.

–Bueno... gracias por sus cumplidos, realmente acaba de alegrar mi día.–Le dijiste con una sonrisa tímida.

–Oh no fue nada, no es necesario agradecer. Estoy seguro de que cualquier persona habría dicho lo mismo.–Dijo sin dejar de sonreír mientras Lemon rodaba los ojos y murmuraba cosas para sí mismo.

–Puede ser, pero no siempre funciona.

Tangerine te quedó viendo a los ojos con una gran sonrisa, y tú hacías lo mismo de vuelta, como si estuvieran hipnotizados por el otro. Era algo muy cliché, pero se sentía bien.

–Ejem...–Lemon se aclaró la garganta viendo hacia cualquier otro lado, provocando que Tangerine se volteara lentamente hacia él y muy serio.

–Claro, lo siento. ¿Qué desean llevar?–Les preguntaste aclarando tu garganta nerviosa.

–Eh... si, a ver... yo quiero un café caramelizado con crema y chispas de chocolate encima, con un muffin de arándano y un trozo de pie de limón.–Dijo Lemon viendo hacia los carteles detrás tuyo arriba donde estaban las cosas para ordenar.

–Muy bien... ¿y usted?–Dijiste anotando las cosas en la pantalla, para luego levantar la vista hacia Tangerine.

–Un té clásico con un brownie de chocolate.–Te dijo con una sonrisa y sin dejar de mirarte.

–Perfecto... serían ($$$).

–Aquí tiene.–Dijo Tangerine sacando su billetera, sorprendiendo a Lemon que seguía a su lado al ver que él pagaría.–Puedes quedarte el cambio.

–Gracias.–Reíste ligeramente  entregándole el recibo.–¿A nombre de quien?

–Tangerine.

–Que inusual... me gusta.–Le dijiste escribiendo su nombre en un vaso, para después levantar la vista y ofrecerle una sonrisa.

Te diste media vuelta y fuiste a preparar su orden, mientras Tangerine te seguía observando sin dejar de sonreír.

–Ven, vamos a sentarnos.–Le dijo Lemon jalándole del brazo hacia una mesa cerca de ahí.

Tangerine se sentó frente a Lemon donde aún podía verte, jugando con sus manos y sin quitarte la vista de encima.

–¿Hermano es enserio?

–¿Qué pasa?–Preguntó frunciendo el ceño viendo a Lemon por un segundo y luego a ti.

–¿Qué bicho te picó? Hasta hace solo unos momentos me estabas criticando hasta el alma y ahora eres el ser humano más sonriente y risueño del planeta.

–Métete en tus putos propios asuntos.

–Ahí está de nuevo.–Rodó los ojos cruzándose de brazos.

–¡Tangerine!–Te escuchó llamar su nombre y se puso de pie rápidamente para acercarse al mesón.–Aquí tiene su orden, y dentro de la bolsa van sus postres.

–Gracias, bella señorita. Espero verla otra vez.–Te dijo con una sonrisa, tomando las cosas en sus manos.

–Puede decirme T/N, y mi turno termina a las siete.–Le dijiste con una sonrisa y guiñándole un ojo a la vez que deslizabas un pequeño papel con tu número en el bolsillo de su chaqueta donde estaba su pañuelo.

–Lo tendré en mente.–Te dijo antes de que te dieras media vuelta y atendieras a los siguientes en la fila.

Tangerine te dio una última mirada de arriba abajo, para después darse vuelta y encontrar a Lemon viéndole seriamente.

–¿Ahora qué?

–Enserio a veces das un puto miedo que no tienes idea.–Le dijo tomando su café mientras caminaban fuera de la cafetería, haciendo que Tangerine rodara los ojos.

Tangerine Oneshots (Bullet Train)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora