Put*s nervios

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Prólogo: Tangerine va a un bar solo para verte cantar y se siente nervioso contigo alrededor.

Word count: 650
_-GeeWay-_

Tangerine iba siempre al mismo bar cada vez que tenía la oportunidad solo para verte a ti.

Le encantaba ver cómo cantabas en el escenario con tanta confianza como si el lugar fuera tuyo, lo hermosa que te veías y lo maravillosa que eras.

Sin embargo, por más que lo quisiera jamás se atrevía a acercarse y realmente entablar una conversación contigo.

La primera y única vez que lo intentó, se puso muy nervioso y ni siquiera realmente llegó a poder hablarte o acercarse de lo nervioso que estaba.

A tu alrededor se convertía en una persona torpe y nerviosa, y eso no le gustaba. Nunca antes le había pasado y no le gustaba no tener el control, aunque sí le gustaba verte.

Una noche estabas en tu descanso en la barra bebiendo algo después de que terminaras, cuando él se acercó a pedir otro trago el cual derramó encima de ti por accidente.

El pobre nunca se había sentido tan avergonzado, humillado y nervioso en toda su put* vida, y lo único que quería era que lo tragara la tierra. Incluso la loca idea de irse del país cruzó por su mente.

Sin embargo todos esos pensamientos se fueron al momento en que te escuchó reír ligeramente ante su comportamiento.

Más tarde esa noche los dos se quedaron bebiendo juntos y charlando hasta el cierre del lugar, y Tangerine te acompañó y esperó contigo fuera hasta que el coche que llamaste fuera a recogerte.

A partir de aquella vez después de cada presentación tuya Tangerine te esperaba en la barra con algo para comer o un trago y luego te llevaba a tu casa, o a veces también te invitaba a cenar, etc.

Ambos empezaron a hacerse bastante cercanos y a compartir tiempo juntos, sin embargo Tangerine aún no sabía cómo poder confesarte sus sentimientos.

Quería hacerlo pero no sabía cómo.

—————

Como era usual Tangerine te llevó a tu casa después de tu show de la noche, y caminó contigo hasta tu puerta para asegurarse de que estuvieras sana y salva dentro de tu hogar.

–Si sabes que no es necesario que me lleves hasta la puerta, ¿verdad? Nada me va a pasar desde tu coche hasta aquí.–Reíste buscando las llaves en tu bolsa.

–Lo sé, pero aún así quiero asegurarme de que quedes dentro de tu casa cuando me vaya.–Te dijo con una sonrisa y ambas manos en sus bolsillos.

–¿Puedo confesarte algo?–Le preguntaste insertando la llave en la puerta y abriéndola dejándola así, quedando con las llaves en tu mano.

–Claro, si.

–Siempre que me traes tengo la esperanza de que finalmente vas a intentar algo, pero nunca sucede nada...–Le dijiste con una sonrisa dando un paso hacia él.

–¿Q-qué? ¿Tú qué?–Preguntó confundido frunciendo el ceño y sacando las manos de sus bolsillos.

–...así que lo voy a hacer yo.–Dijiste con una sonrisa antes de tomaste por la chaqueta de su traje y así acercarlo a ti.

Besaste sus labios conternura y Tangerine al principio se quedó helado, pero pronto se recobró y envolvió su brazo alrededor de tu cintura y su otra mano la dejó en tu mejilla para acariciarla.

El beso al principio era suave y tierno, pero pronto te hizo retroceder hasta la pared donde te pegó contra ésta cuidando de no lastimarte y metió su lengua en tu boca para enredarla con la tuya mientras tu mano desordenaba su cabello.

Cuando ya se estaban quedando sin aire, ambos se alejaron con grandes sonrisas en sus rostros y acariciaste su cuello con ternura antes de darle un suave beso.

–¿Enserio era tan evidente?–Te preguntó con una pequeña sonrisa.

–Demasiado.–Reíste antes de volver a besarlo y arrastrarlo contigo dentro de la casa sin alejarte de él.

Tangerine Oneshots (Bullet Train)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora