Tangerine Oneshots (Bullet Train)

Me caí-

Prólogo: Tangerine, Lemon y tu están en una misión, y Tangerine no te deja terminar lo que intentas decirle por teléfono.

Word count: 713

Tangerine y Lemon estaban terminando de sacar algunos cuerpos que habían quedado de la misión en la que estaban, cuando el teléfono de Tangerine comenzó a sonar en su bolsillo.

–¿Si, mi querida futura esposa?–Dijo con una sonrisa, provocando que Lemon le quedara viendo extraño.

–Hermano enserio das miedo así.–Le dijo alejándose con la carretilla con tres cuerpos amontonados en ella, haciendo que Tangerine rodara los ojos.

–¿Tangerine dónde están?–Le preguntaste algo agitada.

–En la entrada del puto parque de diversiones tétrico éste. ¿Tú donde estás?–Te habló con voz suave.

–Tangerine me caí de—

–¿Del cielo? Claro que lo hiciste, porque eres un verdadero ángel, preciosa.–Te dijo sin dejar de sonreír, apoyándose en la pared de uno de los puestos de comida del lugar abandonado.

–No es tiempo para tus juegos. De verdad caí en—

–¿Mis redes y ahora estás enamorada de mi? Eso es porque tienes un excelente gusto mi querida.

–¿Ya sabes dónde está?–Le preguntó Lemon acercándose a él con la carretilla vacía, provocando que Tangerine levantara el dedo índice para señalar que guardara silencio.

–Tangerine enserio, creo que me rompí el brazo.

–¿Tu qué?–Preguntó confundido y la sonrisa borrándose de su rostro.–¿Dónde putas estás? ¿Qué te pasó?–Dijo mientras le señalaba a Lemon para que se subieran en un coche pequeño para andar por el parque, buscando tu localización con su teléfono en altavoz.

–Yo qué sé. Es como un barranco, un tipo me empujó y el muy idiota se tropezó conmigo, con tan mala suerte que se golpeó la cabeza contra una roca y murió.

–¡¿Por qué no dijiste eso antes?!–Exclamó frunciendo el ceño.

–A veces no sé si hablas enserio o solo me estás jodiendo.

–No te preocupes linda. Ya sabemos donde estás y vamos para allá.–Te dijo Lemon conduciendo más rápido.

–Aquí los espero.–Dijiste antes de colgar.

–Solo invitala a salir y deja de hacer el ridículo.–Le dijo Lemon viendo hacia el camino.

–Ya lo hice y dijo que no.–Dijo Tangerine cruzándose de brazos y apoyando la espalda en el asiento.

–Porque siempre lo haces en el peor de los momentos. Como tus coqueteos ahora.–Le dijo aparcando el coche al borde de dónde te caíste.

Tangerine rodó los ojos y se bajó del auto con Lemon.

Ambos se acercaron a la orilla y te vieron unos metros más abajo recostada en tu espalda en la tierra y al tipo del que hablabas cerca de ti.

–¡Hey! ¡Llegaron!–Exclamaste desde abajo con una pequeña sonrisa.

–Uuuh... ¡Espera un segundo! ¡Ya vamos!–Dijo Lemon alejándose del borde para buscar una forma de sacarte.

–Enserio te caíste.–Dijo Tangerine viéndote algo acomplejado.

–No me había dado cuenta.–Rodaste los ojos antes de que desapareciera de tu campo visual.

(.....)

–Okey, inhala...–Dijo Lemon tomando tú brazo con cuidado mientras tu estabas sentada en una de las bancas del parque donde ellos dos estaban antes, con Tangerine sentado a tu lado sujetando tu mano.

Al momento en que habló, hiciste lo que dijo y volvió a acomodar tu hueso en su lugar, haciéndote soltar un quejido.

–Ya está en su lugar, lo bueno es que solo se dislocó y no te rompiste el brazo.–Te dijo mientras amarraba la corbata de Tangerine en tu brazo a modo de cabestrillo improvisado.

–¿Cómo te sientes?–Te preguntó el otro, acariciando tú mano con delicadeza.

–Algo adolorida, pero nada que no pueda aguantar.–Le dijiste moviendo ligeramente el brazo para acomodarlo, mientras Lemon se alejaba para seguir limpiando su desastre.

–Sé que es un pésimo momento, pero... ¿te gustaría—. Iba hablando con suavidad antes de que le interrumpieras.

–Siempre eliges los peores momentos, pero acepto. Vamos a ir a una cita después de que nos paguen por esto.–Le dijiste con una sonrisa, tomando su rostro por la barbilla para dejar un beso en su mejilla y luego alejarte de ahí.

Tangerine se quedó sentado en la banca ligeramente boquiabierto, procesando lo que acababa de pasar, llevando su mano a la mejilla que besaste.

–¡SI!–Exclamó dando un pequeño salto antes de ir donde Lemon y tu.