Dudas antes de la boda (parte 8)

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Ya habían pasado cinco meses desde que su hija había nacido, y aún no habían tenido tiempo de buscar una casa o departamento donde pudieran cambiarse, aunque Lemon estaba pensando seriamente en él mismo buscar algo para él ya que realmente ni Tangerine ni tu habían hecho un gran esfuerzo por encontrar algo.

Tu licencia de maternidad en el trabajo había acabado y tuviste que volver, además porque también tu jefe tenía todo hecho un desastre y realmente necesitaba tu ayuda, sin embargo lo que no esperaban es que te enviara de viaje a otro lugar.

Por esa misma razón Tangerine y Lemon se quedaron con su hija, además de que habían acordado no empezar con trabajos aún ya que tenían dinero ahorrado y querían pasar tiempo con la pequeña.

Con lo que claramente no contaban, es que jamás se habían quedado los dos solos con ella sin tu ahí, y les estaba costando un poco sobrellevar las cosa.

–¡Que te digo que no tiene hambre, pendejo!–Le medio gritó, medio susurró Tangerine molesto a Lemon que estaba frente a él en la cocina.

Tangerine tenía a su hija sujetada por su brazo izquierdo apoyada en su hombro sobre su manta de Thomas y sus amigos, mientras con su otra mano acariciaba su espalda y ella lloraba sin parar.

–¡Oye estoy tratando de ayudarte aquí! ¡Tú eres su papá! ¡Tú deberías saber lo que le pasa y qué hacer!–Le respondió igual de molesto con el biberón en mano.

–¡Me estoy esforzando! ¡¿Okey?! ¡Así que mejor deja de decir puras mamadas porque estoy a la nada de darme de putos topes contra la puta pared!

–¡Ya deja de decirme putas groserías frente a la niña!–Le regañó dándole un golpe en el hombro con el biberón.

–Joder, dios mio... ¡¿Qué se supone que tenemos que hacer?!–Pasó una mano por su rostro y se dirigió a la sala de estar donde se sentó en el sillón.

Lemon le siguió con dos cervezas en mano y el biberón en la otra para sentarse a su lado.

Tangerine dejó a su hija en su regazo medio sentada donde aún estaba llorando con la espalda apoyada en el abdomen de su papá.

Tangerine tenía su mano en la panza de su hija para sujetarla, mientras que Lemon encendió la televisión ya agotado abriendo las botellas y entregándole una a su hermano.

Cuando la televisión se encendió estaba en el canal donde pasaban Thomas y sus amigos, y poco a poco su hija se fue calmando y tomó el dedo pulgar de Tangerine para dejarlo en su boca viendo hacia la pantalla.

Ambos hermanos fruncieron el ceño y se voltearon a ver antes de dirigir su atención a la niña que veía la televisión fascinada.

–¡JA! ¿Quién diría que sólo se necesitaba de Thomas para calmar a la princesa?–Dijo Lemon con una sonrisa victoriosa entregándole su biberón.–Te dije que es la mejor serie y la más educativa que podíamos enseñarle.

Tangerine solo rodó los ojos y reemplazó su dedo por el biberón sujetándolo con la mano.

–Salud mi hermano.–Le dijo chocando su botella contra la de Lemon.

Ambos bebieron un largo sorbo y se quedaron viendo la televisión.

(.....)

Eran casi las seis de la mañana cuando abriste la puerta del gran departamento y entraste con cuidado de no hacer ruido.

Caminaste hacia la sala de estar donde te detuviste y te quedaste viendo con una sonrisa a los chicos.

Tangerine tenía la cabeza hacia atrás, la boca abierta y durmiendo roncando ligeramente con la botella de cerveza en su mano libre, mientras la otra sujetaba a su hija y ella abrazaba el biberón aún medio sentada en su regazo, mientras que Lemon estaba todo esparcido y doblado de brazos cruzados y la botella entre ellos.

Sacaste tu teléfono y tomaste una foto de los tres durmiendo antes de acercarte y tomar a tu hija en brazo, sin embargo Tangerine dio un pequeño salto al sentirla moverse.

–¡Alto ahí y quien se mueva le disparo!–Murmuró apuntando con su botella.

–Shhh... tranquilo mi amor, soy yo.–Le dijiste con una sonrisa acariciando su mejilla.

–Princesa... volviste.–Dijo aún medio dormido.

–Sip, así es. Ahora ven conmigo a la cama.–Reíste ligeramente sin soltar a tu hija.

–Okey...

Tangerine se levantó medio dormido y cubriste a Lemon con la manta de tu hija antes de tomar la mano de tu esposo y caminar con él y su bebé dormida en tus brazos hacia su habitación para así poder seguir durmiendo.

Tangerine Oneshots (Bullet Train)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora