Prólogo: Tangerine se enferma durante un trabajo y te quedas con él para cuidarlo.
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Tangerine estaba enfermo a pesar de que no quería admitirlo.
Los tres, Tangerine, Lemon y tu habían terminado un trabajo en Rusia y estaba haciendo un frío horrible. Y Tangerine fue quien pagó las consecuencias de ello.
Después de llegar a Londres y de dejar a Lemon en su hogar, llevaste a Tangerine a su departamento donde le ayudaste a subir hasta su piso, abrir su puerta e incluso llevarlo hasta su habitación y recostarlo a su cama al estar tan débil por la fiebre.
–Gracias por todo, pero ya puedes irte. Yo me haré cargo desde—. Ni si quiera alcanzó a terminar de hablar cuando una fea tos le interrumpió.
–No me voy a ir, Tangerine.–Le dijiste quitándote tu chaqueta y dejándola encima de su cama junto con las llaves encima de ésta, para luego cruzarte de brazos y verle toser miserablemente.
–No te necesito aquí. Acabamos de llegar de un largo viaje, ve a tu casa a desempacar, ver televisión, salir, no lo sé. Son solo pasadas las tres de la tarde como para que te quedes aquí encerrada.–Te dijo con voz ronca pasando ambas manos por su rostro.
–Okey, mira. Entiendo que siempre seas tu quien cuida de mi y me protege, y lo aprecio, de verdad que sí, pero no necesito eso, mucho menos ahora. Estás enfermo, estás ardiendo en fiebre y apenas puedes mantenerte de pie solo.
Te ves miserable y pareces vagabundo así. Y no me importa que me apuntes con una pistola directamente a la cabeza, pero yo me voy a quedar. Y te voy a hacer una sopa porque no haz comido nada.–Le dijiste muy seriamente mientras él te veía desde su posición recostada en la cama.
–Cómo sea, si te enfermas es tu culpa.–Te dijo sin tener realmente ánimos de discutir contigo en esos momentos porque sería inútil.
–Genial. Gracias.–Dijiste acercándote a él para quitarle los zapatos.
Luego le ayudaste a quitarse su traje y camisa para ponerle una playera de pijama, y luego le dejaste a él ponerse sus shorts dándote vuelta para darle privacidad.
Una vez se cambió de ropa, se metió bajo las sábanas y se recostó en la cama, quedándose dormido de inmediato mientras tú llevabas su ropa al cesto de la ropa sucia y tu chaqueta la colgabas en el perchero y las llaves en la puerta.
(.....)
–Tan... oye... despierta.–Le susurraste con suavidad.
Tangerine abrió los ojos con dificultad y al verte con una bandeja en las manos, se sentó para que la dejaras en su regazo.
–Gracias...–Murmuró con voz ronca antes de toser, y luego inhalar con dificultad por la nariz tratando de respirar bien.
Le preparaste una sopa y unas tostadas, junto con una taza de té con limón y miel para aliviar un poco el dolor de su garganta.
–Come algo y toma esto.–Le dijiste entregándole unas aspirinas.–Esto te va a ayudar a calmar el dolor de cabeza y bajar un poco la fiebre.
–¿A dónde vas?–Te preguntó tomando las aspirinas y viendo que caminabas hacia la puerta.
–Voy a limpiar las cosas en la cocina, pero tranquilo que voy a estar aquí en caso de que me necesites.–Le dijiste con una sonrisa antes de salir.
(.....)
Terminaste pasando todo el día con Tangerine en su hogar preocupándote de que se sintiera bien y ayudándole en lo más que podías.
Cuando cayó la noche no pudiste volver a tu casa ya que había comenzado a llover, así que te acomodaste en el sillón de la sala de estar arropándote con una manta que encontraste ahí y te recostaste para dormir.
No pasaron tantos minutos después de que te acomodaras, cuando abriste los ojos al sentir que alguien te movía ligeramente.
–¿Tangerine qué haces aquí? Vete a la cama.–Le dijiste viéndole con el ceño fruncido.
–Ven... duerme conmigo...–Te dijo con suavidad acariciando tú mano.
–¿Disculpa?
–Ven, vamos... el sillón es demasiado incómodo.–Insistió jalando tu mano débilmente.
–Tan, he dormido en lugares mucho más incómodos que éste, ya vete a la cama.
–Ven conmigo, por favor...–Te susurró viéndote a los ojos.
Nunca sabes le había visto así de débil y sensible. Tangerine siempre se mostraba como un hombre serio y difícil, que jamás en tus sueños más alocados te podrías haber imaginado prácticamente rogándote que te fueras a dormir con él. Porque honestamente no es porque fueras a estar incómoda, si no que era porque no quería estar solo, pero no quería admitirlo.
Soltaste un pequeño suspiro y le ofreciste una sonrisa, tomando tus zapatos del suelo para luego seguirlo sin soltar su mano hasta su habitación.
Tangerine se recostó y tu te diste la vuelta para recostarte en el otro lado de la cama, donde tan pronto te acomodaste Tangerine se acercó a ti y te abrazó dejando su rostro escondido en tu cuello.
–Tranquilo, aquí estoy... no me voy a ir...–Le susurraste acariciando su cabeza algo extrañada por el repentino cariño que te estaba demostrando, mientras que él ya se había quedado dormido en la comodidad de tu pecho.
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Tangerine Oneshots (Bullet Train)
Fanfiction🍊Oneshots 🍊Imaginas 🍊Tangerine es el tipo de... 🍊Reacciones 🍊Headcanons 🍊Escenarios con nuestro querido Tangerine (o Mandarina en español) de la película Bullet Train (Tren Bala). 🍊* en el título significa smut. 🍊Una gran cantidad de groserí...