No es tan fácil

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Prólogo: Tangerine descubre que aún sigues con tu novio abusivo.

Word count: 835

Advertencia: violencia, descripción de heridas, relación abusiva y tóxica.

Llevabas dos bolsas llenas de cosas, una en cada mano cuando bajaste del elevador para caminar hacia la puerta de tu departamento donde encontraste a Tangerine sentado en el suelo fuera de ésta.

–¡Al fin vuelves! Dios... mujer... ¿Dónde putas andabas?–Te preguntó mientras se ponía de pie.

–T-tangerine... yo... amm... f-fui a la tienda. ¿Cuanto tiempo llevas aquí?–Le preguntaste algo nerviosa evitando verle a la cara cubriendo tu rostro con tu cabello suelto y la capucha de tu sudadera.

–Llegué hace poco... ¿estás bien?–Te preguntó tomando las bolsas de tus manos para tú sacar las llaves de tu bolsa.

–Sí si, todo está perfecto.–Le respondiste sin levantar la vista.

Tangerine frunció el ceño tratando de ver tu rostro, e inhaló profundamente al ver tus muñecas moradas con manos marcadas y tus nudillos con heridas al momento en que la manga de tu sudadera se subió cuando abriste la puerta.

Entraste y te hiciste a un lado para dejarle pasar y Tangerine dejó las bolsas en la cocina.

–¿Tienes hambre? ¿Quieres que te prepare algo de comer?–Le preguntaste después de cerrar la puerta y caminando hacia la cocina para sacar las cosas de las bolsas.–Ese trabajo debió ser agotador.

–Estot muriendo de hambre así que eso estaría bien, si...–Te dijo cruzándose de brazos y apoyando la espalda detrás en el mesón de la cocina.–¿Qué te pasó en las manos y muñecas?

–¿Q-qué? Nada... nada solo pequeños accidentes, es todo.–Le dijiste con una sonrisa tomando algunas cosas para dejarlas en el refrigerador a su lado.

Tangerine puso su brazo en frente de ti para impedirte pasar y puso ambas manos en ellos para acercarse a ti.

Tomó las cosas de tus manos y las dejó a un lado, para después subir las mangas de tu sudadera y luego quitar la capucha de tu cabeza.

–Esas no son marcas por pequeños accidentes.–Te dijo seriamente pero a la vez con suavidad, pasando sus pulgares por las zonas lastimadas.

–Tal vez alguien me apretó muy fuerte y no lo noté.–Le dijiste tratando de alejarte, pero Tangerine te lo impidió.

–T/N mírame.–Te ordenó con voz suave, levantando tu cabeza por tu barbilla.

Al momento en que pudo ver tu rostro, su mandíbula se tenso e inhaló profundamente de la rabia que estaba sintiendo.

Tenías en ojo derecho morado y el labio inferior cortado, al igual que tú mejilla izquierda que tenían pequeños parches que evitaban se abrieran. En tu cuello había una mano marcada y ya estaba morada.

–¿Esto también fue un puto pequeño accidente?–Te preguntó visiblemente enojado apartando tu cabello para inspeccionar bien tus heridas, volteando tu rostro con delicadeza.

–No es nada, Tangerine.–Le dijiste con voz desanimada alejándote de él para guardar las cosas en el refrigerador.

–¿No es nada? ¡¿T/N cómo putas no va a ser nada?! ¡Mírate cómo estás! ¡Esas mamadas se ven recientes!–Exclamó molesto viéndote darle la espalda para seguir sacando las cosas de la otra bolsa.–Dime quien putas fue.

–Tangerine olvídalo, ¿quieres?–Le dijiste soltando un pesado suspiro, apoyando ambas manos en el mesón.

–¡¿Cómo putas quieres que me olvide de esto?! ¿Fue tu noviecito ese el del bar? ¿El mismo al que te dije que dejaras?–Preguntó acercándose a tu lado para verte mientras seguías evitando su mirada.–¡Te dije que te alejaras de él! ¡¿Cómo putas puedes seguir estando con—

–¡PORQUE NO ES TAN FÁCIL, TANGERINE!–Le gritaste perdiendo todo control que te quedaba, volteando tu cuerpo hacia él para verle con lágrimas en los ojos y manos temblorosas.–¡Yo no soy como tú! Yo no tengo un arma cargada en mi pantalón para dispararle a cualquiera que me haga algo. No puedo alejarme de él porque no me lo permite.

Hice lo que me pediste. Terminé con él pero eso él no lo acepta. ¿O qué acaso crees que esto lo hizo por diversión? Fue para asegurarse de hacerme saber que nunca me voy a poder alejar de su lado, que soy suya, que le pertenezco a él y que no puedo dejarlo. Y no sabes el asco que siento conmigo misma por eso.–Le dijiste entre lágrimas.

La mirada de Tangerine se suavizó viéndote comenzar a llorar apoyando ambas manos en el mesón de la cocina.

–Ven aquí...–Susurró acercándose a ti para abrazarte, dejando tu rostro en su pecho y acariciando tú espalda y cabello sin importarle que mojaras su nuevo traje con tus lágrimas.

–Ya no sé qué hacer...–Sollozaste abrazándolo con fuerza.

–Lo sé... yo me voy a encargar de ahora en adelante, ¿entendido?–Te dijo con voz suave alejándose para tomar tú rostro con ambas manos y verte a la cara limpiando tus lágrimas.

–De acuerdo...–Le respondiste mientras Tangerine se acercaba para dejar un beso en tu frente y luego volver a abrazarte.

Tangerine Oneshots (Bullet Train)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora