No es tan fácil (parte 2)

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AshlyVelazquez8
Advertencia: golpes, menciones de sangre, disparos, muerte, final feliz.

Tangerine estaba en un estacionamiento en mitad de la noche, fumando un cigarro apoyado en un auto.

–¿Oye ti qué te pasa?–Le reclamó un tipo acercándose a él molesto.

–Eso no importa realmente.–Le dijo botando el cigarro al suelo para pisarlo.

–Entonces aléjate de mi puto auto ahora antes de que—

–¿De que qué? ¿Mm? ¿Qué me vas a hacer? ¿Me vas a golpear una y otra vez como lo hiciste con tu linda novia?–Le preguntó acercándose a él para verle con el ceño fruncido y quedar a centímetros suyo.

–No te atrevas a llamarla así. No sabes nada ni de ella ni de mi.–Le dijo apuntándole con el dedo índice.

Tangerine tomó su mano y la dobló en su espalda, pegando su pecho y rostro en el auto mientras se quejaba de dolor.

–Claro que la conozco. Estuvimos en el mismo orfanato juntos. En varios hogares provisorios también. Tu la estás lastimando pinche puto. Y nadie lastima a la gente que amo. Mucho menos a ella.–Le dijo con los fuentes apretado, ejerciendo más presión en su brazo.

–¡¿Qué te pasa puto imbecil?! ¡Ya suéltame! ¡Me estás lastimando hijo de tu puta madre!–Se quejó mientras Tangerine ejercía aún más presión en él para pegarlo al auto.

–¿Es eso lo que ella te decía? ¿Que la lastimabas? Apuesto a que si. Pero no la dejabas en paz, incluso cuando te dijo que quería romper contigo.–Le dijo antes de romperle el brazo y dar un paso hacia atrás.

El tipo cayó al suelo retorciéndose de dolo, y Tangerine se acercó para tomarlo del cabello y jalarlo, para después golpearlo con la rodilla en el rostro.

Nuevamente cayó al suelo y Tangerine comenzó a golpearlo una, y otra, y otra vez, haciendo que sangrara.

–Esto te putas pasa por andar golpeando a una dulce, linda, y hermosa mujer que nunca te hizo ninguna puta pinche cosa.–Le dijo mientras lo golpeaba, para después soltarlo y dejarle caer en el suelo.

–P-por favor, am-migo... déjame ir... no diré nada... me alejaré de ella... lo prometo...–Dijo con dificultad viéndole hacia arriba.

–No, puto imbecil. Yo también hice una promesa, y voy a cumplirla. Hiciste sangrar a T/N. Y NADIE hace sangrar a T/N, ni mucho menos le ponen una mano encima. No mientras yo esté aquí.–Le dijo sacando su arma de la parte de atrás de su pantalón para ponerle el silenciador, y comenzar a diapararle una y otra vez hasta que se quedó sin balas.

Tangerine estaba respirando agitado, y pasó la parte de atrás de su mano por su frente para limpiar el sudor en ella.

Después de eso, se encargó de esconder el cuerpo y llevarse el coche hasta otro lado para que nadie notara nada.

Una vez terminó su trabajo, fue hasta tu edificio y subió el elevador hasta tu piso, tratando de arreglarse un poco viéndose en los espejos del elevador.

Las puertas se abrieron y caminó por el pasillo hasta tu puerta, donde golpeó con suavidad.

Cuando abriste, tenías expresión adormilada y tu pijama puesto.

–¿Tan qué haces aquí? Son casi las cuatro de la mañana.–Le dijiste acostumbrándote a la luz del pasillo, para luego ver su ropa con salpicaduras de sangre y luego sus manos con los nudillos rotos.–Oh dios... ¿Tangerine qué te pasó?

Le tomaste del brazo y le hiciste entrar, cerrando la puerta para llevarlo hasta el sillón.

Rápidamente fuiste al baño para traer algo de alcohol y algodones para limpiar sus nudillos rotos.

Te sentaste junto a él y tomaste su mano izquierda con delicadeza para comenzar a limpiar.

–¿En qué te metiste ahora?

–Estoy bien, no me pasó nada, no te preocupes... pero te prometí que me haría cargo de la situación...–Te dijo con una pequeña sonrisa.

–¿Qué fue lo que hiciste, Tangerine?–Le preguntaste con el ceño fruncido, levantando la vista para verle a la cara.

–Lo que tendría que haber hecho desde el principio, pero no te preocupes, ahora todo va a estar bien. Ese puto imbecil no se te va a volver a acercar nunca más.–Te dijo con suavidad, llevando su mano derecha para acariciar tu mejilla donde tu herida ya estaba sanando.

Los ojos se te llenaron de lágrimas, y te acercaste para abrazarle con fuerza, mientras Tamgerine te devolvía el abrazo y acariciaba tu espalda.

–Gracias...–Le susurraste al oído.

Ambos se alejaron para quedar a poca distancia del otro, mientras Tangerine se te quedó viendo con una sonrisa.

–Tu sabes que haría lo que fuera por ti.–Te dijo pasando un mechón detrás de tu oído, para después dejar un beso en tu mejilla y volver a abrazarte.

Tangerine Oneshots (Bullet Train)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora