Tangerine Oneshots (Bullet Train)

La bodega (parte 2)

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_-GeeWay-_

Estabas sentada en el patio de un café leyendo un libro mientras bebías un té/café y comiendo un postre.

Hacía un bonito día con sol pero aún así el ambiente estaba frío, sin embargo eso no le impedía a la gente salir a caminar, ir a por un café, etc.

El incidente en aquella bodega había sido tres semanas atrás en las cuales habías tenido otros trabajos, sin embargo extrañabas tu arma favorita la cual perdiste ese día, y tal vez te hubiese gustado encontrarte con aquel hombre de nuevo.

No era poco usual que en tu línea de trabajo no hicieras muchos amigos ni que mucho menos tuvieras pareja. Era difícil conservar amistades al viajar tanto y tener que explicarle a alguien del por qué nunca estabas en casa era algo que preferías evitar.

Sin embargo debías admitir que te hubiese gustado llegar a conocer más a ese hombre, aunque aquel día casi se hubiesen matado para terminar sus trabajos.

Tomaste tu taza y la llevaste a tu boca para beber un sorbo de tu bebida caliente mientras leías, y luego la dejaste sobre su plato pasando la página cuando alguien se sentó frente a ti.

Levantaste la vista y viste al mismo hombre de hace tres semanas atrás, bien vestido sentado frente a ti acomodando su traje.

–Que casualidad que estás aquí, el mundo de verdad que es un pañuelo.–Le dijiste con una pequeña sonrisa volviendo a tu libro y comiendo un poco de tu postre.

–Para serte honesto, Londres es el último lugar donde pensé que podría encontrarte, pero aquí estás.–Respondió soltando un pequeño suspiro por la nariz.

–Osea que me has estado buscando.–Le dijiste con una pequeña sonrisa marcando la página de tu libro para dejarlo a un lado antes de beber de tu taza.

–Tal vez si, tal vez no.–Dijo sacando algo del interior de su chaqueta, y luego dejó tu arma desplegable que habías perdido sobre la mesa.–Creí que te gustaría tener esto de vuelta, se notaba que le tenías un gran aprecio.

Viste el objeto sin dejar de sonreír y luego volviste a desviar la vista hacia él cruzándote de brazos.

–¿Cómo sé que no le hiciste nada o que no tiene un GPS?–Le preguntaste sin apartar la mirada de la suya.

–Supongo que vas a tener que confiar en mi.–Se encogió de hombros con una diminuta sonrisa antes de apoyar sus brazos en la mesa e inclinarse hacia adelante.–¿Cómo se supone que debo llamarte?

–T/A.–Le dijiste sonriendo guardando tu arma y apoyándote en la mesa también.
(Tú Alias)

–¿No me vas a dar tu nombre entonces, princesa?

–Aún no te conozco, y no me digas princesa.

–Bueno, T/A, eso se puede cambiar. Soy Tangerine, ¿qué te parece si esta noche vamos por unos tragos y tal vez nos conocemos un poco más?–Te preguntó sonriendo extendiendo su mano hacia ti.

–Suena bien.–Respondiste con una sonrisa tomando su mano, y Tangerine la llevó a su boca para besarla.

–Nos vemos a la ocho aquí mismo.–Te dijo poniéndose de pie.

–Nos vemos a las ocho entonces.–Dijiste con una sonrisa apoyando la espalda en la silla y cruzándote de brazos.

Tangerine sonrió guiñándote un ojo guardando sus manos en sus bolsillos y luego se dio media vuelta para salir de ahí.