La vida que te mereces

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Prólogo: Tangerine siempre soñó con poder darte una vida llena de lujos y comodidades.

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Cuando conociste a Tangerine, él tenía veinte y tu dieciocho.

Ninguno de los dos tenía mucho dinero, él vivía con Lemon y pronto los dos te llevaron con ellos ya que que recién habían comenzado en su nuevo trabajo como "contratistas externos", y temían que algo pudiese pasarte.

Sin embargo con el paso del tiempo comenzaron a ganar dinero, aunque no tanto como a Tangerine le hubiese gustado para darte todos los lujos que te merecías.

Eso, hasta que hizo un gran trabajo que les dio muchísimo dinero.

Tangerine llegó a casa ese día en un automóvil convertible y te llevó a dar un paseo por todo Londres en la noche muy feliz de verte así, siempre había querido darte muchos lujos, sin embargo nunca había podido por no tener el dinero suficiente.

Te llevó de viaje y el primer día fueron a cenar al restaurante más lujoso de Tokio, luego fueron a algún bar por ahí, y terminaron su noche en un hotel de cinco estrellas haciendo el amor en cada superficie que pudieron para celebrar, mientras Lemon disfrutaba su parte del dinero por ahí en algún bar o solo dios sabe dónde.

Al día siguiente cuando les llevaron el desayuno a su habitación, Tangerine te hizo entrega de tres tarjetas de crédito de las más lujosas con dinero para que pudieras comprar y hacer lo que quisieras con él.

Sus palabras exactas fueron: "Quiero darte los lujos y comodidades que no pude darte cuando nos conocimos. Lamento haberte hecho esperar tanto tiempo, pero finalmente puedo darte todo esto y más. Te amo más que a nada, y puta madre que me encanta verte feliz".

Al principio si se te hizo algo extraño ya que no estabas acostumbrada a tener tanto lujo, sin embargo ver a Tangerine así de emocionado te hacía feliz.

(.....)

Un par de horas más tarde, Tangerine seguía en la habitación de hotel con una bandeja llena de bocadillos y delicias, con una botella y vaso de whisky mientras terminaba de llenar informes y cosas relacionadas a su trabajo en su laptop cuando llegaste.

–¡Mi amor ya llegué!–Exclamaste desde la puerta donde llevabas al menos cinco bolsas en cada mano y un trabajador del hotel llevaba otras más en un carrito.–Muchas gracias.

–No se preocupe, Señorita. Tenga linda tarde.–Te dijo con una sonrisa bajando las bolsas para dejarlas en el suelo, y luego salió de la habitación con el carrito.

Cerraste la puerta mientras Tangerine se levantaba del escritorio y caminaba hacia la entrada de la gran habitación donde se estaban hospedando.

–Hola princesa... veo que estuviste ocupada.–Te dijo con una gran sonrisa, acercándose a ti para dejar ambas manos en tus caderas y besar tus labios con suavidad.

–Puede ser... tal vez... no te molesta, ¿o si? Quiero decir... a-ahora que lo pienso tal vez si me excedí.–Dijiste algo afligida viendo a las muchas bolsas alrededor de ustedes.

–Claro que no, princesa. Te di esas tarjetas porque quería que hicieras exactamente esto, que te compraras las cosas que más te gustan sin que tuvieras que preocuparte por el dinero. Y me alegra mucho que lo hayas hecho.–Te aseguró con una gran sonrisa, dejando ambas manos en tus mejillas mientras las acariciaba y juntando su nariz con la tuya.

–Bueno... no son solo cosas para mi, también te compré un par de cositas. Había un reloj que me gustó mucho, y también una camisa con un traje que se te vería muy bien, y-y un anillo. Perdón... no me pude resistir.–Reíste algo avergonzada en la parte final, con tus mejillas sonrojadas y bajando la vista hacia donde jugabas con tus manos.

Tangerine soltó una carcajada y envolvió sus brazos alrededor tuyo, dejando un beso en tu cabeza.

–Muchas gracias princesa, no tenías que molestarte en comprarme nada a mi.–Te dijo con una sonrisa y besando tu frente.

–Además compré un par de conjuntos de lencería... había uno de tu color favorito también.–Le dijiste con algo de timidez y a la vez coqueteo en tu voz, levantando la vista para verle a la cara con inocencia dejando tus manos en su pecho.

–¿Ah si? ¿Eso significa que puedo tener un desfile privado?–Te preguntó pegándote aún más a él, mientras sus manos estaban casi en tu trasero.

–Mhm... entonces... ¿empezamos?–Le preguntaste desabrochando un par de botones de su camisa.

–Pediré una botella de champán mientras te cambias.–Te guiñó un ojo acercándose para besar tus labios, mientras envolvías tus brazos alrededor de su cuello.

Tangerine Oneshots (Bullet Train)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora