Un rosario de groserías

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Prólogo: Tangerine y Lemon jamás te habían visto así de enojada en su vida.

Word count: 861

Por lo general eras una persona muy tranquila. Siempre paciente, sin necesidad de apresurarse, decías muy pocas groserías (por no decir nada), y siempre eras quien mantenía la calma y era la más razonable de los tres.

Sin embargo ese día no sabías qué te pasaba que estabas enojada con el mundo, querías que alguien en la calle te dijera algo para así poder partirle su madre con razón y gritarle a medio mundo.

Aunque lamentablemente no podías.

Tangerine estaba sentado a tu derecha y Lemon a tu izquierda, los tres frente a un escritorio y del otro lado el hombre más quisquilloso y tedioso del mundo.

Era un cliente que los había contactado para deshacerse de alguien, sin embargo tu ya habías dejado de prestarle atención hacía al menos diez minutos porque ya estaba siendo demasiado específico y quería que hicieran cosas con mucho lujo de detalle, y digamos que tampoco es como que ofreciera una gran cantidad de dinero que los motivara.

Por eso estabas cruzada de brazos y con la cabeza hacia atrás, mientras Tangerine observaba al tipo hablar con expresión seria y Lemon tenía ambas manos en su regazo tratando de poner atención.

–Entonces después de que hagan eso, quiero que vayan y—. Iba explicando con detalle, cuando ya no pudiste soportar más.

–¡Ya cierre la pinche puta boca!–Le dijiste completamente harta levantando la cabeza para verle, provocando que Tangerine y Lemon se voltearan lentamente hacia ti para verte sorprendidos ya que era la primera vez que te escuchaban decir una grosería.

–¡¿Disculpa?!–Exclamó ofendido el hombre.

–¡Que te cayes puta madre! ¡Llevas todo el puto rato diciendo qué putas quieres que hagamos en lugar de darnos putos nombres y ni si quiera nos vas a pagar bien! ¡Me tienes las bolas que no tengo hinchadas por la re putisima madre que te parió!–Le gritaste azotando ambas manos en la mesa y poniéndote de pie.

Tangerine se te quedó viendo boquiabierto y aclaró su garganta incómodo al sentir que empezaba a tener una erección al verte por primera vez de esa manera, mientras Lemon te veía boquiabierto y sorprendido.

–¡Nosotros somos putos profesionales no putos artistas que se van a preocuparar por dejar el puto cuerpo a cuarenta y pico grados inclinado o que van a cortar de cierta manera O CUALQUIER MAMADA QUE ESTÁS DICIENDO! ¡Porque eso es lo que estás haciendo! ¡Estás hablando solo puras pinches putas mamadas Y NI SI QUIERA SABEMOS A QUIÉN PUTAS TENEMOS QUE MATAR POR LA PUTA MADRE!–Le gritaste azotando ambas manos en la mesa mientras el hombre te veía espantado y sorprendido.

–O-oye T/A tal vez—. Te iba diciendo Lemon posando su mano en tú brazo, pero la apartaste de un solo golpe.

–¡QUE NO ME TOQUEN PUTA MADRE! ¡¿Y sabes qué cabrón?! ¡Métete tu pinche puto dinero y tus putas instrucciones por el puto culo hasta que te salgan POR LA PINCHE BOCA Y LOS PUTOS OJOS CON LENTILLAS AZULES QUE TIENES! Gracias. Y mamáme un ovario hijo de tu re putisima madre cabrón de mierda.–Le dijiste parándote derecha y arreglando la chaqueta de tu traje formal, para luego darte media vuelta y salir por las puertas.

Tangerine y Lemon se quedaron viendo las puertas atónitos y luego volvieron hacia el hombre.

–Fue un gusto hablar con usted.–Dijo Lemon poniéndose de pie y acomodando la silla.

Tangerine aclaró su garganta y le ofreció una sonrisa incómodo, sacándose la chaqueta formal antes de ponerse de pie y luego sujetarla en su brazo y cubrir su parte delantera.

Ambos hermanos salieron por las puertas y caminaron detrás de ti hasta llegar al elevador.

Los dos se quedaron atrás de ti apoyados en las paredes y tu moviendo el pie inquieta y de brazos cruzados murmurando un rosario de groserías.

Lemon volteó la vista hacia su hermano al verle moverse incómodo tratando de arreglar sus pantalones bajo la chaqueta de forma disimulada.

Tangerine levantó la vista y vio a Lemon viéndole con una cara de "¿es enserio?" Y Tangerine solo le hizo un gesto para que le dejara en paz, ambos sin ganas de hablar en caso de que les dijeras algo.

Las puertas se abrieron y bajaste con ellos siguiéndote detrás para caminar hacia el auto fuera del edificio.

–¿Oye linda te gustaría ir a—. Te iba diciendo Lemon hasta que le interrumpiste.

–¡No me hables pinche cabrón! No tengo ganas de escuchar a nadie ahora.–Le dijiste levantando la mano para después subirte en la parte trasera del auto.

–Okey...–Dijo mientras Tangerine se acercaba a él.–¿Y a ésta qué bicho le picó?

–No sé pero tenemos que llegar a rápido a la puta casa.–Dijo Tangerine con los dientes apretados acomodando sus pantalones.

–Que puto asco.–Rodó los ojos Lemon.

–Cierra la puta boca pinche mamón.–Le dijo Tangerine dándose la vuelta para subirse en el asiento del copiloto.

–Esto pasa porque se junta mucho contigo.–Le dijo Lemon antes de subirse en el asiento del conductor e irse rápidamente a su hogar.

Tangerine Oneshots (Bullet Train)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora