Tangerine Oneshots (Bullet Train)

Dudas antes de la boda (parte 2)

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–Hermano, ¿quieres quedarte quieto por solo cinco minutos?–Le dijo Lemon viendo a Tangerine pasearse en círculos frente a él donde estaban en la playa fuera del hotel, listos para su boda.

Habían puesto un pequeño arco de madera con tus flores favoritas y consiguieron un sacerdote para oficiar la boda.

Tangerine tenía puesta una camisa con las mangas dobladas en sus brazos, unos shorts y sin zapatos, al igual que Lemon.

–¿Quedarme tranquilo? ¡¿Cómo putas quieres que me quede tranquilo?! ¡Me voy a casar, puta madre! ¡Me voy a casar y mi futura esposa todavía no llega!–Le dijo con los dientes apretados y evidentemente nervioso, provocando que el sacerdote alzara ambas cejas ante su vocabulario pero sin decir nada.

–Ya va a venir, tranquilo. Recuerda que no hay nadie quien la ayude a prepararse.–Le dijo Lemon arreglando el cuello de la camisa de su hermano.

–¿Qué pasa si se arrepintió? ¿O si escapó y me dejó?

–¿Y con quien y por qué escaparía? Tangerine, literalmente la sacamos de su boda ayer por la mañana y la trajimos a Grecia porque ella aceptó huir contigo.–Le dijo Lemon pasando sus manos por los hombros de su hermano para estirar la camisa y luego hacerse un paso hacia atrás.–Todo va a estar bien, ya vas a ver. En pocos minutos T/N va a aparecer y se van a casar.

–¿Falta mucho o la novia ya está por llegar? Miren que no tengo todo el día, tengo otros asuntos que—. Iba diciendo el sacerdote, pero Tangerine le interrumpió.

–Usted mejor cierre el pinche puto hocico porque lo que le estamos pagando está muy por encima de lo justo. Así que si tiene algún reclamo u otra cosa que hacer, mejor pospongala y cállese si quiere seguir teniendo lengua.–Le dijo Tangerine seriamente, apuntándole con el dedo índice.

–Disculpelo, cuando está nervioso tiende a insultar la gente, incluso a mi.–Le dijo Lemon con una pequeña sonrisa.

Tangerine pasó una mano por su rostro y luego su cabello, soltando un suspiro tenso y nervioso.

–¡Ah! ¡Ahí está! Así que mejor deja de decir groserías que ya viene tu futura esposa.–Le susurró Lemon.

Tangerine levantó la vista y te vio caminando con un vestido blanco que te llegaba hasta un poco más abajo de la rodilla, con un corte en la pierna izquierda para dejar ver tus piernas y una sola flor de tus favoritas en tus manos.

Una gran sonrisa se le formó en el rostro y juraste haberle visto al borde de las lágrimas cuando llegaste a su lado y tomó tus manos.

–Te ves preciosa...–Te dijo con una gran sonrisa.

–Tú tampoco te ves tan mal, y disculpa la tardanza, no podía abrochar el vestido.–Reíste ligeramente.

–Yo podría haberte ayudado...

–Sí... y no habríamos llegado nunca a nuestra boda.–Le susurraste de vuelta, haciendo que el sacerdote aclarara su garganta incómodo.

–¿Estamos listos para comenzar?–Les preguntó sujetando la pequeña biblia en sus manos.

–Así es.–Le dijiste con una sonrisa dándole un suave apretón a la mano de Tangerine en la tuya.

El sacerdote dijo unas cuantas palabras, mientras Tangerine lo único que deseaba es que llegara a la parte del "Sí, acepto", y así poner su anillo en tu dedo.

–Ahora, Señor Tangerine...–Dijo algo confundido el sacerdote.–¿Acepta a T/N T/A como su esposa, en salud y en enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?

–Acepto.–Dijo él con una gran sonrisa viéndote a los ojos, para luego sacar de su dedo meñique su anillo y lo deslizó en tu dedo.

–Muy bien, y ahora, Señorita T/N T/A, ¿acepta a Tangerine como su esposo, en salud y en enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?

–Acepto.–Dijiste emocionada, entregándole por un segundo la flor a Tangerine para quitarte tu collar con un adorno de (lo que tu quieras), y luego ponerlo alrededor del cuello de Tangerine con una sonrisa y tomando la flor otra vez. La boda había sido tan apresurada que ni si quiera habían teniendo tiempo de comprar anillos. Literalmente habían llegado hacía cosa de un par de horas atrás.

–Okey...–Dijo el sacerdote algo confundido por tu elección de joyería para poner en Tangerine y sellar su matrimonio.–Entonces por el poder que se me ha otorgado, los declaro marido y mujer, puede besar a la novia.

Tangerine te tomó de la cintura y se acercó para besarte, mientras tu pasabas tus brazos alrededor de su cuello con la flor aún en tus manos y sonriendo en la boca del otro, mientras Lemon celebraba y tomaba fotos del momento, y el sacerdote aplaudía.

–Muy bien, ahora debo irme o llegaré tarde.–Dijo el sacerdote.

–Ya váyase, ¿quiere?–Dijo Tangerine en tu boca haciéndote reír.

Ambos se abrazaron dejando de besarse y te tomó en sus brazos para dar vueltas contigo mientras Lemon aplaudía.

–¡VIVAN LOS NOVIOS!–Exclamó Lemon sacando pétalos de rosas de su bolsillo para lanzárselos.

Tangerine y tu rieron mientras te dejaba en el suelo.

–Prometo que te voy a comprar un anillo más bonito que éste.–Te dijo tomando tú mano en la suya.

–A mi me gusta, yo debería ser quien te compre un anillo.–Le dijiste acariciando su cuello y viendo tu collar en él, para luego verle a los ojos.

–Pues a mi me gusta el collar, así que no será necesario ningún anillo.–Te dijo con una sonrisa antes de volver a besarte.

–Ustedes son la pareja más hermosa que jamás haya visto en mi vida...–Sollozó limpiando sus lágrimas  provocando que Tangerine se alejara de ti rodando los ojos mientras tu reías.–Cómo sea, ¿a qué hora comemos?

–¡Sí! Yo también tengo hambre.–Les dijiste con una sonrisa.

–Nos tienen una comida especial en el hotel.–Dijo Tangerine con una pequeña sonrisa viéndote a su lado.

–¡Siii!–Exclamaron Lemon y tu.–¡El último en llegar invita los tragos!–Dijiste mientras salías corriendo hacia el hotel, empujando a Tangerine para que no avanzara y dejándole la flor en el pecho.

–¡Nos vemos!–Le gritó Lemon mientras corría detrás de ti.

–¡Oigan eso no es justo!–Se quejó sosteniendo la flor y corriendo detrás de ustedes.