Binoculares

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Prólogo: Tangerine tiene un ataque de ansiedad después de ver a una persona de su pasado.

Word count: 972

Advertencia: Alusiones a que Tangerine y Lemon sufrieron de violencia siendo niños. Y también otra cosa, para quienes tal vez hayan leído mi primer libro de Moon Knight, sabrán que hay un capitulo donde menciono mi ansiedad, por lo que en éste capítulo el ataque de ansiedad que habrá más adelante será basado en lo que generalmente me pasa a mi. No a todxs les pasa lo mismo, pero se me hace más fácil hablar desde una experiencia propia que inventar alguna donde no tenga claro qué hacer. Espero no les moleste y gracias por tomarse el tiempo de leer esto ❤️

Tangerine es un hombre serio, que siempre termina su trabajo sin importar nada y que lleva haciendo éste tipo de trabajos desde hace mucho tiempo. Y nunca, pero NUNCA antes había tenido algún contratiempo personal que le haya impedido terminar lo que estaba haciendo.

Sin embargo para todo hay una primera vez.

Siendo niños Tangerine y Lemon pasaron por muchos hogares adoptivos provisorios, o algunos donde luego los terminaban devolviendo.

En uno de ellos había una mujer que los adoptó, pero que solía golpearlos todo el tiempo y por cualquier cosa. Sobre todo a Tangerine. No sabían porqué, ella solo lo hacía. Y eso quedó grabado en su mente para siempre.

—————

Tangerine, Lemon y tu habían sido contratados por un cliente suyo nuevamente para asesinar a una persona.

Lemon se encontraba sentado en una cafetería de incógnito ya que era el dueño del lugar a quien debían eliminar, y Tangerine y tu estaban en la azotea del edificio de enfrente con binoculares observando las calles.

–¿Ves algo desde ahí abajo, Lemon?–Le preguntaste a través de los comunicadores.

El tipo parece ser amigable, él mismo atiende su café.–Respondió tomando un sorbo de su taza.

–Sí... difícil creer que opera como un puto traficador de humanos.–Dijo Tangerine rodando los ojos tomando sus binoculares para seguir observando.

En un momento su vista se fijó en una mujer que iba caminando por ahí.

Al momento de verla, su respiración comenzó a aumentar poco a poco, inmediatamente sus manos empezaron a temblar y su mandíbula se tensó, quedando helado en su lugar.

–¿Oye Tan? ¿Estás bien?–Le preguntaste al notar lo que le ocurría.

Tangerine no respondió y se alejó del borde, poniéndose de pie para caminar hacia la puerta de la azotea donde se apoyó en la muralla de ésta, mientras que su respiración se agitaba y trataba de soltar la corbata de su traje.

–Tangerine...–Susurraste al notar lo que le estaba sucediendo.

–Mierda. Mierda... MIERDA. ¡¿POR QUÉ PUTAS NO ME PUEDO QUITAR EL PUTO TRAJE?!–Exclamó tratando de quitarse la chaqueta de su traje.

–Tangerine mírame. ¿Me puedo acercar? ¿Te puedo quitar la—. Le dijiste caminando lentamente hacia él.

–¡SOLO QUÍTAME ÉSTA MAMADA!–Te gritó cada vez más desesperado al no poder quitarse la chaqueta.

Te acercaste y la sacaste, para luego desabrochar los botones de su chaleco y después algunos de su camisa.

Tangerine apoyó la espalda en la muralla y poco a poco se deslizó hasta el suelo, sus manos temblando fuertemente y respirando agitado con lágrimas en los ojos.

–¡¿Qué putas me está pasando?! ¡¿Qué mierda es esto, T/A?!–Exclamó desesperado.

–Tangerine estás teniendo un ataque de ansiedad. Dime qué quieres que haga.–Le dijiste con suavidad agachándote a su lado.

–¡¿Un puto qué?! No. No esas cosas no me pasan nunca. Yo nunca he tenido un puto ataque de ansiedad.–Dijo hablando rápidamente y cruzándose de brazos, negándose a aceptar la realidad.

Al verlo notaste como apretaba sus brazos con fuerza y hacía presión en su pecho, por lo que te acercaste aún más a él.

–¿Te puedo abrazar?–Le preguntaste tratando de mantener la calma para no acelerarlo aún más.

–Yo no abrazo a nadie.–Te dijo con los dientes apretados y respirando agitado.

–Lo sé. Pero puede ayudarte, ¿así que te puedo abrazar?–Le preguntaste extendiendo tus brazos.

Tangerine te observó por unos segundos antes de acercarse a ti.

Lo acomodaste de tal manera que apoyaste tu espalda en la muralla y la suya en tu pecho, tomando tus manos por delante de sus brazos para hacer presión y juntaste tus piernas por delante suyo para crear el mismo efecto que en su pecho.

Pequeñas lágrimas comenzaron a salir por sus ojos y Tangerine se aferró con sus manos a las tuyas mientras temblaban y tu le seguías abrazando.

–Ya... está bien... no estás solo, aquí estoy contigo.–Le susurraste al oído con suavidad mientras su respiración se volvía cada vez más relajada.

Tangerine soltó un gran suspiro y dejó caer su cabeza hacia atrás en tu hombro, cerrando los ojos y sin moverse de su posición.

–¿Qué putas fue eso?–Te preguntó sin querer moverse de su lugar.

–Un ataque de ansiedad.

–A mi nunca me pasa eso.

–Siempre hay una primera vez...–Le respondiste con suavidad.–¿Quieres hablar de eso? ¿De la mujer que viste?–Le preguntaste con cuidado acariciando sus manos.

–No... prefiero que no...–Te respondió tragando el nudo en su garganta.

–Okey...–Susurraste dejando un beso en su cabeza.

Oigan par de sordos, ¿siguen ahí?–Escucharon a Lemon decir por su comunicador en el oído.

–Aquí estamos, solo un prqueño inconveniente, es todo.–Le dijiste sin soltar a Tangerine.–Nos vemos en el auto.

No le diste tiempo de responder y te quitaste el dispositivo del oído y luego quitaste el de Tangerine, guardándolos en tu bolsillo.

–Por favor no le digas a Lemon...–Te pidió con suavidad.

–No te preocupes, no diré nada.–Le aseguraste dejando otro beso en su cabeza, para luego él levantarse y ayudarte a ponerte de pie y tomar sus cosas para irse.

Tangerine Oneshots (Bullet Train)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora