Tangerine Oneshots (Bullet Train)

Una preocupación extraña

Prólogo: Durante una misión recibes una bala por Tangerine y su forma de preocuparse es algo inusual.

Word count: 739

Advertencia: herida de bala.

T/A = Tu Alias.

Tangerine no dejaba de dar vueltas frente a la cama donde estabas inconsciente en la habitación de hotel después de que te dispararan durante una misión.

Lemon había salido para comprar algo de comer para cuando despertaras, mientras Tangerine se quedó cuidándote.

Ni si quiera sabía cómo es que había pasado ya que fue todo tan rápido, lo único que sabía es que habías saltado frente a él para que la bala te llegara a ti, también disparando tu arma y matando al tipo.

Tangerine alcanzó a sujetar tu cuerpo antes de que cayeras al suelo, y mientras te gritaba mil groserías, entre ellas que no cerraras los ojos, no pudiste evitar hacerlo y caer inconsciente.

Lemon y Tangerine te llevaron a un hotel barato en medio del camino y removieron la bala y parcharon la herida. Afortunadamente no perdiste tanta sangre, pero de todas formas ambos estaban preocupados.

Tangerine daba vueltas frente a la cama pasando sus manos por su cabello y barbilla de forma nerviosa, sintiendo como si cada minuto que estabas dormida era un siglo entero.

En un momento te escuchó soltar un leve quejido, así que se apresuró a tu lado y se sentó junto a ti en la cama.

Una vez abriste los ojos frunciendo el ceño, soltó un suspiro aliviado pasando ambas manos por su rostro un última vez.

–¡Puta madre al fin despiertas babosa!–Exclamó mientras tú veías a tu alrededor confundida.–¡Me tenías asustado pendeja!

–¿Dónde estamos?–Le preguntaste con voz ronca.

–En un un puto hotel barato que encontramos en medio del puto camino.–Dijo poniéndose de pie pasando ambas manos por su cabello otra vez, mientras tú te sentabas en la cama posando una mano en tú herida.–¡¿QUÉ PUTAS PASA CONTIGO?! ¡PUDISTE HABER MUERTO POR ANDAR DE PENDEJA SALTANDO FRENTE A LA GENTE CUANDO LES VAN A DISPARAR PUTA MADRE!

–No estaba pensando con claridad, ¿si? Pudiste haber muerto.–Le dijiste ya un poco más despierta y sentada en la cama.

–¿"Pudiste haber muerto"?–Susurró viéndote atónito.–¿Pude haber muerto? ¡TÚ PUDISTE HABER MUERTO POR PENDEJA!

–Pero no lo hice, ¿okey? Estoy bien, sabes que son riesgos del trabajo.–Le dijiste viéndole con la cabeza y espalda apoyadas en el respaldo.–Tú forma de preocuparte es algo extraña.

–Esa puta bala se suponía que debía ser para mi, no para ti.–Te dijo molesto ignorando tu último comentario y apuntándote con el dedo índice, volviendo a sentarse junto a ti, apoyando su mano al otro lado de tus piernas en la cama.

–Y te salvé. Podrías al menos agradecerme en lugar de solo gritarme.–Le dijiste aún con la voz ligeramente débil.

–Pudiste haber muerto, T/A.–Dijo más calmado viéndote a los ojos.–Pudiste haber muerto y no estaríamos en ésta situación ahora. No debiste haberte puesto en medio.

–No podía dejar que te dispararan. Además, lo hecho hecho está.–Le dijiste cerrando los ojos.

–Uno de estos días me vas a dar un puto ataque al corazón.–Se quejó pasando una mano por su frente.

–Te estás volviendo atento y cariñoso conmigo, Tan.–Le dijiste con una sonrisa, viéndole a la cara.

–Eso no es verdad.–Rodó los ojos cruzándose de brazos.

–¿Entonces si te pido que te recuestes conmigo y me abraces porque eso me va a hacer sentir mejor no lo vas a hacer?

–Claro que no.–Te dijo irritado levantándose de la cama.

Tangerine se volteó hacia ti y te vio abrir tus brazos y extenderlos hacia él, provocando que rodara los ojos y se quitara el chaleco encima de su camisa y sus zapatos, para luego rodear la cama y recostarse a tu lado mientras te acercabas y escondías tu rostro en su pecho.

–¿Mejor?–Te preguntó seriamente.

–Mucho. Gracias.–Le dijiste con una sonrisa, alejándote un poco para verle a los ojos.–Te dije que te estabas volviendo cariñoso y atento conmigo.

–Ya cállate de una puta vez.–Se quejó desviando la mirada hacia otro lado.

–Cállame.–Le dijiste con una sonrisa pícara.

Por un milisegundo pudiste ver una diminuta sonrisa en sus labios y sus mejillas casi, CASI en una tonalidad muy suave de rosa, haciéndote reír ligeramente para volver acercarte a él y abrazarlo, cerrando los ojos para disfrutar del momento.